EL DUELO POR UNO MISMO
IMPLICA PERMITIRNOS SANAR A TRAVÉS DE LA ACEPTACIÓN Y LA COMPRENSIÓN DE LAS
EMOCIONES. ES UNA HERRAMIENTA QUE ALIVIA EL DOLOR DE LOS TRAUMAS PARA
RECONSTRUIR NUESTRO YO.
EL DUELO POR UNO
MISMO NOS PERMITE PROCESAR LAS EMOCIONES DIFÍCILES QUE INTEGRAN DESDE LOS
TRAUMAS HASTA CUALQUIER TRASTORNO DEL ESTADO DEL ÁNIMO.
Es una labor psicológica de
gran valor que implica pasar por diversas etapas. A través de ellas, lidiamos
con las heridas y el laberinto de los sufrimientos para dar forma a un yo más
resiliente y saludable.
Son muchas las personas que
han pasado por un trauma. Cabe la posibilidad incluso de que también
nosotros debamos enfrentarnos a una experiencia así en algún momento. Son
vivencias en las que se entremezclan realidades que cuesta asumir y entender,
hechos que generan rabia, miedo y un elevado dolor.
EL DUELO POR EL YO NOS SIRVE
PARA DAR NOMBRE A CADA EXPERIENCIA, A IDENTIFICAR EMOCIONES Y ATENUAR ESAS
“LESIONES EMOCIONALES” DE UNA MANERA MÁS EFICAZ.
Poco a poco, favorecemos esa
necesitada aceptación de lo ocurrido para después incluirla en nosotros sin el
peso del sufrimiento que ahoga y paraliza.
El duelo por nuestro yo implica,
por encima de todo, transformar las emociones para sanar las heridas y
permitirnos recuperar el control de nuestras vidas.
EL DUELO POR UNO MISMO: ¿EN
QUÉ CONSISTE?
Los seres humanos maduramos
o evolucionamos de manera natural o bien sucede algo que nos cambia a la fuerza.
Porque si hay algo que sabemos es que el destino puede ser cruel, y gusta de
hacernos vivir hechos para los cuales no estamos preparados.
Las experiencias estresantes
mantenidas en el tiempo dejan marcas y alteran la personalidad. Además,
amortiguan la capacidad para mirar al presente y al futuro con esperanza. Y lo
que es peor, arrastran consigo el relieve de los problemas mentales y la
infelicidad.
El duelo por uno mismo es
sanación en movimiento y un acto de valiente transformación. Implica
sentir las emociones que integran la herida del trauma, describirlas,
compartirlas y aceptarlas.
Esto implica transitar
con el propio ser por una serie de fases para explorar la herida, apaciguar el
dolor y entender que no somos ese sufrimiento. Tenemos derecho a
la libertad y al bienestar.
Somos seres cuyos
trastornos emocionales tienen un origen concreto que hay apaciguar, resolver y
sanar. Una vez cauterizada esa herida nos revelaremos en un yo más resiliente.
El duelo por uno mismo es un recurso que busca hacer “florecer” nuevamente a la
persona.
El duelo por uno mismo y la
positividad: no te compadezcas de ti mismo lo que se necesita realmente
alcanzar el empoderamiento psicológico, despertar fortalezas.
El duelo por uno mismo
acompaña a la persona a través de las experiencias emocionales
correctivas. Propone que cada uno desafíe sus creencias y actitudes
patológicas. Le guía para que tome contacto con estados emocionales más
positivos al recordar sus valías y su potencial interno.
Todos mejoramos
emocionalmente después de un duelo. Así, y aunque no seamos la misma
persona que ayer, podemos volver a mirar al presente con positividad tras
cerrar esas fracturas emocionales que antes nos invalidaban.
EL DUELO POR UNO MISMO NOS
DEBE CONDUCIR, POCO A POCO, A DAR LA BIENVENIDA A UN NUEVO YO. LO SUCEDIDO
Y DEJADO ATRÁS NO SE OLVIDA, PERO PODEMOS APRENDER A VIVIR DE NUEVO, SIN
SUFRIMIENTOS Y CON ESPERANZAS RENOVADAS.
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