SUFRIMOS MUCHO CUANDO NOS
EQUIVOCAMOS. NOS HAN ENSEÑADO QUE QUIEN COMETE UN ERROR, O UN ERROR TRAS OTRO,
ES UN FRACASADO, PERO NO ES ASÍ.
CONFUNDIR ERROR CON FRACASO
NOS TRAERÁ GRAVES PROBLEMAS. HAY UN IMPORTANTE MATIZ ENTRE UN CONCEPTO Y OTRO.
EL ERROR se concreta en una
posibilidad de aprendizaje, de no volver por el camino que motivó la confusión.
El error deja abierto un camino a través del cual volver a intentarlo.
EL FRACASO nos posiciona
ante una pared. Nos dimos contra ella. Caímos en el abismo. No hay vuelta
atrás, ni hacia delante. Anula las posibilidades de mejorar.
Aprendemos con la dinámica
del ensayo-error. La humanidad ha evolucionado con ese proceso de equivocaciones
y logros.
Hay personas que no se
permiten un error; personas a las cuales les han educado para el
perfeccionismo, para la exigencia ante la duda, para la excelencia a ultranza.
Pero esta polarización de la conducta coloca una losa sobre quien busca siempre
el éxito a cualquier precio.
En este contexto, el que se
equivoca mucho es un inútil y, en último término, un fracasado.
CON EL ERROR PUEDE TOMARSE
DECISIONES EQUIVOCADAS, PERO TAMBIÉN PUEDE EMPEZARSE DE NUEVO. CON EL FRACASO,
NO.
EL FRACASO IMPRIME CARÁCTER
Y DETERMINA EL FUTURO DEL FRACASADO CONDENÁNDOLE A REPETIR LO MISMO. A SER LO
MISMO.
Cada error puede ser un
reto, un desafío. El error es información sobre uno mismo. Nos sirve para
entender cómo funcionamos. Nos lleva al autoconocimiento.
EL FRACASO ES UN INVENTO QUE
CARGAS SOBRE TI MISMO PARA DECIRTE QUE “NO VALES LA PENA”.
NO SE PUEDE CONFUNDIR ERROR
CON FRACASO. EMPECEMOS DE NUEVO. EL ERROR NO ES MÁS QUE EL PROCESO NATURAL DE
LA EVOLUCIÓN DEL SER HUMANO. EN DEFINITIVA, UNA POSIBILIDAD DE
AVANZAR. SIEMPRE.
REFLEXIÓN FINAL
** EL AMOR ES EL ÚNICO CAMINO
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