EXPRESA GOVADONGA O'SHEA EN SU LIBRO LA
BRÚJULA DE LA VIDA: "SI PARA HACER DE FORMA SEGURA CUALQUIER RECORRIDO POR
EL PLANETA ES IMPRESCINDIBLE TENER UNA ORIENTACIÓN CERTERA Y TOMAR LA RUTA
ADECUADA HASTA EL DESTINO QUE UNO SE HA PROPUESTO, ¿CÓMO NO SE VA A NECESITAR,
DE MANERA ACUCIANTE UNA BRÚJULA QUE INDIQUE EN TODO MOMENTO DÓNDE ESTA EL NORTE
AL QUE SE DIRIGE LA EXISTENCIA?".
Este interrogante encierra en sí mismo
a muchos otros y nos plantea, en síntesis, la pregunta acerca del proyecto de
vida personal, lo que implica saber qué se quiere y cómo es posible lograrlo,
considerando que las decisiones para optar por un trayecto u otro, dependen en
gran medida, de las convicciones que se tengan, surgidas estas como
consecuencia de los conocimientos, sentimientos y experiencias aquilatadas en
esta y en otras encarnaciones.
Muchas son las alternativas que se
pueden tomar para sortear las diferentes situaciones que se presentan
cotidianamente en los distintos órdenes: familiares, laborales y sociales.
Estas problemáticas generalmente nos conmueven y movilizan a logros y
superaciones que muchas veces ignoramos poder alcanzar.
Algunas experiencias que se enfrentan
son difíciles de resolver, más aún cuando ellas nos encuentran sumidos en
estados de pesimismo o abatimiento pero, cuando el espíritu reconoce el sentido
de dichas pruebas, valora su trascendencia, surge entonces, en primer lugar, la
aceptación y la comprensión de la dimensión espiritual que tienen y luego, el
impulso al progreso y a la felicidad que devienen de saber que se está haciendo
todo lo posible por cambiar.
PERO, ¿QUÉ CONSTITUYE PARA EL SER
HUMANO LA FELICIDAD? Proponer encontrar su significado se torna complejo, pero
sin dudas, son las vivencias fundadas en los valores universales que se
sintetizan en expresiones de amor a uno mismo y a los demás, y se concretan en
acciones que sustituyen al egoísmo por la solidaridad y la generosidad, al
orgullo por la humildad, a la apatía por la voluntad de acción, a la intolerancia
por la comprensión, a la imposición por la sensibilización y la empatía...
Ya Aristóteles en su libro Etica para
Nicómano, explica el porqué: "En realidad, vivir como hombre significa
elegir un blanco - honor, gloria, riqueza, cultura- y apuntar hacia él con toda
la conducta, pues no ordenar la vida a un fin es señal de gran necedad.
Previamente es necesario, sin precipitación y sin negligencia, determinar en
qué consiste vivir bien y bajo qué condiciones se alcanza esa meta. Se reconoce
sin duda que la felicidad es el mayor y el mejor de los bienes humanos. Pero,
¿en qué consiste lo mejor? [...] la vida dirigida por la razón es específica
del hombre. Y como lo propio y principal del hombre es la razón, la vida
conforme a la razón será la más feliz".
No es posible pensar que un bien tan
deseado por el ser humano sea inasequible. Todos tenemos la posibilidad de
alcanzarla, si nos detenemos a mirar lo que acontece a nuestro alrededor, que
es valioso y nos hace feliz, la familia, los amigos, la posibilidad de
aprender, experimentar y crecer. Tal vez, sea necesario cambiar la orientación
de la brújula que usamos en la búsqueda de una vida plena de realizaciones y
nos detengamos a observar y descubrir los sentimientos de felicidad que nos
producen diferentes acontecimientos y personas que nos rodean.
Ser capaces de apreciar el valor que
encierran los distintos sucesos de la vida, nos producirá optimismo y alegría que,
sin dudas, constituyen la felicidad que todos los seres humanos aspiramos
alcanzar. LA VIDA ADQUIERE SENTIDO CUANDO SE DESCUBRE SU PROPÓSITO Y SE LUCHA
POR CONQUISTARLO CADA DÍA, PORQUE, AUNQUE IMPLIQUE MUCHO ESFUERZO LOGRARLO,
TODOS LOS ACTOS QUE SE REALICEN TIENEN PARA EL ESPÍRITU VALOR Y CONTENIDO, porque
la felicidad sentida emana del vivir en forma coherente con uno mismo, con las
propias creencias, en armonía con los demás, con el propio trabajo, con las circunstancias
y con el universo.
MULTIPLICAR ESA FELICIDAD A NUESTRO
ALREDEDOR CONTRIBUYE NO SÓLO AL BIENESTAR Y PAZ INTERIOR, SINO QUE ADEMÁS SE
CONSIGUE UN APORTE DE ENERGÍAS POSITIVAS QUE CONTAGIAN Y ALIVIAN A OTROS EN SUS
PESARES Y DIFICULTADES.
Si cada día logramos comprender,
sonreír, esperar los tiempos de los demás, acariciar, sugerir con palabras
suaves en el momento oportuno, alentar y ayudar a quien sufre, desplegar buen
humor, en éstas y otras tantas actitudes encontraremos no sólo la dicha
personal sino también la felicidad de aquellos seres con los que nos
relacionamos, y unen distintas razones.
INTENTARLO, IMPLICA UNA ILUSIÓN Y TODO
UN DESAFÍO.
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