LA EVOLUCIÓN DEL CONOCIMIENTO
CIENTÍFICO HA EXPERIMENTADO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS UN AVANCE QUE ADQUIERE
DIMENSIONES SORPRENDENTES. EL UNIVERSO HA SIDO UNO DE SUS OBJETOS DE ESTUDIO
CON DESCUBRIMIENTOS DE NUEVAS GALAXIAS, ESTRELLAS Y PLANETAS, ADEMÁS DE
NOVEDOSAS TEORÍAS QUE EXPLICAN SU GÉNESIS Y FUNCIONAMIENTO SOBRE LA BASE DE
APASIONANTES MODELOS QUE LA NUEVA FÍSICA VIENE DESARROLLANDO.
La evolución biológica de la
especie humana también ha sido objeto de estudio y de permanentes
actualizaciones a partir de los nuevos descubrimientos y tecnologías
disponibles en la antropología.
Asimismo, resulta fascinante el
viaje que la ciencia realiza a la intimidad de la vida biológica, descifrando
el mapa del genoma humano, comprobando la íntima relación entre todos los seres
vivos.
Sin olvidar la gran revolución del
mundo digital, las comunicaciones, las redes sociales, además de la tecnología cuántica, la
inteligencia artificial, las neurociencias y lo más avanzado la neurotecnologia.
De esta manera, cuanto más avanzamos
en la búsqueda de lo infinitamente grande (el universo), vamos comprendiendo
mejor lo infinitamente pequeño (el mundo de la célula o el del átomo).
Sin embargo, muchas facetas de
un fenómeno tan complejo como la vida continúan siendo una incógnita para la
ciencia. Sobre el nacimiento y el desenvolvimiento de la conciencia y de la
razón, características esenciales de la vida humana, sólo existen teorías,
diferentes y hasta antagónicas, y estamos lejos de llegar a una síntesis conceptual.
Ocurre que la conciencia y la
razón no son visibles ni al telescopio ni al microscopio.
La conciencia, el campo donde
conviven el amor y el odio, la ternura y la violencia, la sabiduría y la
ignorancia, refleja un nuevo territorio de investigación, tan apasionante y
revolucionario como el del mundo de la materia.
DESDE EL PUNTO DE VISTA
CONOCIMIENTO ESPIRITUAL, ESTE ES EL TERRITORIO DEL ESPÍRITU, SOPORTE ESENCIAL
DE LA CONCIENCIA Y QUE UTILIZA A LA RAZÓN COMO INSTRUMENTO, QUE, EN UN LENTO
PROCESO EVOLUTIVO, IMPREGNADO DE SUCESIVAS EXPERIENCIAS EN LA MATERIA, RESULTA
INDISPENSABLE PARA SU EVOLUCIÓN.
Si bien es cierto que nuevas
corrientes de pensamiento, no sólo de las ciencias humanísticas, sino también
de las ciencias duras como la física cuántica, son más proclives a incluir un
universo más amplio que el de nuestra realidad física, aún imperan viejos
paradigmas y prejuicios que actúan como barreras a la evolución del conocimiento,
al igual que en la antigüedad ocurrió con tantos descubrimientos finalmente
aceptados.
QUIZÁS LA PRÓXIMA FASE DEL
CONOCIMIENTO HUMANO SEA LA INTEGRACIÓN DE ESTOS DOS FACTORES, EL FÍSICO Y EL
ESPIRITUAL, EL BIOLÓGICO Y EL DE LA CONCIENCIA.
El conocimiento espiritual,
hace un aporte en este sentido, proponiendo una auténtica ciencia del espíritu,
con importantes derivaciones filosóficas para la vida del hombre, libre de
condicionamientos dogmáticos y abierto a la evolución del conocimiento universal.
A través del conocimiento
espiritual, el ser humano comienza el aprendizaje de las leyes que rigen su
verdadera esencia, su capacidad de análisis adquiere nuevas dimensiones,
conduciéndolo a una ética universal y a la comprensión de que todos somos iguales
y que todos estamos inmersos en el mismo proceso evolutivo.
LA TRANSFORMACIÓN INDIVIDUAL Y
SOCIAL, VA DE LA MANO DEL CONOCIMIENTO EN TODAS SUS FACETAS, ENCAMINANDO AL SER
HUMANO HACIA NUEVOS PARADIGMAS, EN UN PROCESO CONTINUO DE APRENDIZAJE Y NIVELES
CRECIENTES DE CONCIENCIA, DANDO COMO RESULTADO QUE EN SU ESCALA DE VALORES ESTE
EN PRIMER LUGAR LO ÉTICO Y LO MORAL ANTES QUE LO MATERIAL.
CONVIENE RECORDAR QUE “SOLO EL CONOCIMIENTO NOS HARÁ LIBRES”
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