EL ESTUDIO DEL SER HUMANO EN
SUS DIFERENTES ÓPTICAS HA OCUPADO UN ESPACIO PREPONDERANTE EN MUCHAS RAMAS DEL
CONOCIMIENTO. CADA UNA DE ELLAS HA CONTRIBUIDO DESDE SU ÁMBITO A INDAGAR SOBRE
LOS GRANDES TEMAS QUE LO TIENEN COMO CENTRO. LA CIENCIA, ESTUDIANDO SU ORIGEN Y
EVOLUCIÓN BIOLÓGICA Y LA FILOSOFÍA, LA PROBLEMÁTICA QUE ENCIERRA SU REALIDAD
EXISTENCIAL.
DESDE EL PUNTO DE VISTA
FILOSÓFICO, EL SER HUMANO ES UN SUJETO, UN YO QUE TIENE CONCIENCIA DE SU
EXISTENCIA Y DE LOS SERES Y COSAS QUE LO RODEAN.
El ser humano sabe que existe y
que existe el mundo. De esta condición se deriva que el saber no es un
accidente sino un fundamento y el ser humano se afianza como tal desde que sabe que
existe.
Pero este saber y razonar lo
lleva también a grandes interrogantes: su origen, su esencia, su destino, la
finalidad de su vida.
La antropología filosófica no
desmiente los resultados de la biología, en lo que hace a la constitución y
evolución orgánica, pero sostiene que lo meramente biológico es incapaz de
abarcar un concepto integral del ser
humano.
De esta manera, su relación con
la naturaleza, consigo mismo y con sus semejantes plantean un aspecto moral,
que son tratados por un amplio abanico de corrientes de pensamientos.
La filosofía espiritualista,
considera al ser humano como una entidad psico-bio-energética, compuesta por un
espíritu, un cuerpo y un componente energético muy sutil, intermediario entre ambos.
Dentro de este enfoque
sistémico e integral del ser humano, en sintonía con algunas tendencias
modernas del pensamiento filosófico y científico, el espíritu es el que
trasciende a la muerte orgánica y el centro de fuerzas donde residen todas
nuestras potencialidades.
ES EL QUE PIENSA, SE EMOCIONA,
DESEA Y AMA CONSTITUYENDO LA VERDADERA INDIVIDUALIDAD DEL HOMBRE, SU YO
INDESTRUCTIBLE.
El cuerpo biológico es la
pantalla donde se proyecta el espíritu, el complemento para su manifestación
durante la encarnación y la herramienta de progreso que necesita para sortear
todas las alternativas que implica la existencia física. Esta función del
organismo en el ser humano debe ser rescatada y valorizada en su justa medida a
través de una educación integral del hombre que contemple todos aquellos
aspectos que tienen que ver con la salud, la higiene, el deporte, la
recreación, el estudio y el trabajo, así como
el cuidado del medio ambiente.
Finalmente, el nexo energético
entre espíritu y materia, ya mencionado en antiguas filosofías orientales bajo
diferentes denominaciones, participa activamente, entre otras funciones, en una
amplia gama de fenómenos que tienen que ver con la salud física y mental del
individuo y es estudiado hoy dentro del nuevo paradigma que encierra la
concepción de lo que es el ser humano.
De esta manera, el ser humano
integralmente concebido, adquiere una figura
multidimensional, holística,
proyectándose desde el organismo hacia campos mucho más sutiles y trascendentes,
pero no por eso menos reales: el campo del espíritu.
ES RESPONSABILIDAD DEL SER
HUMANO ENTONCES, PROCURAR LOS MEDIOS QUE PERMITAN CONTEMPLAR UNA COMPLETA
EDUCACIÓN DE SU PERSONA: ATENDER AL DESARROLLO FÍSICO E INTELECTUAL, PERO
INCENTIVANDO AQUELLOS ÁMBITOS DE ESPIRITUALIDAD QUE A VECES, POR EL INCESANTE
RITMO DE VIDA, QUEDA RELEGADO A UN SEGUNDO PLANO.
EL SER HUMANO SE COMPLETA Y
TRASCIENDE CUANDO OBRA EN ARMONÍA CON SU CONCIENCIA, CON SUS DESEOS DE BIEN Y
DE PROGRESO MORAL, ÚNICAS FORMAS DE ALCANZAR LA ÍNTIMA FELICIDAD.
UNA BELLISIMA HISTORIA DE AMOR
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