EN SU LIBRO «SÍMBOLOS DE
TRANSFORMACIÓN», CARL GUSTAV JUNG ESCRIBE QUE EL SER HUMANO Y EL
FÉNIX TIENEN MUCHAS COSAS EN COMÚN.
ESTA ICÓNICA CRIATURA
ARDIENTE, CAPAZ DE RESURGIR MAJESTUOSAMENTE DE LAS CENIZAS DE SU PROPIA
DESTRUCCIÓN, TAMBIÉN SIMBOLIZA EL PODER DE LA RESILIENCIA, LA HABILIDAD
INCOMPARABLE DE RENACER MUCHO MÁS FUERTE, MÁS VALIENTE Y MÁS BRILLANTE.
Si hay un mito subyacente a
casi todas las doctrinas, culturas y leyendas de nuestros países, es sin duda
el que se refiere al fénix. Se dice que sus lágrimas estaban curando,
que tenía una gran resistencia física, que era capaz de controlar el fuego y
que poseía una sabiduría infinita.
SEGÚN JUNG, ERA
ESENCIALMENTE UNO DE LOS ARQUETIPOS DE MAYOR CONSIDERACIÓN, PORQUE SU FUEGO
CONTENÍA CREACIÓN Y DESTRUCCIÓN, VIDA Y MUERTE …
«EL HOMBRE QUE SE LEVANTA ES
MÁS FUERTE QUE EL QUE NUNCA CAYÓ» -Viktor Frankl-
Del mismo modo, es
interesante saber que, tanto en la poesía árabe como en la cultura grecorromana
e incluso en gran parte del patrimonio histórico oriental, existen referencias
tempranas a su mitología. En China, por ejemplo, el Fénix (o Feng Huang)
simboliza no solo la máxima expresión de integridad, poder y prosperidad,
sino también el concepto de yin y yang, esa dualidad que armoniza
todo lo que sucede en el universo.
Sin embargo, cabe recordar que
los primeros testimonios culturales y religiosos que giran en torno a esta
figura proceden del Antiguo Egipto, donde, a su vez, toma forma esta
imagen que ahora asociamos con la resiliencia. Cada detalle, matiz y
símbolo que caracteriza a este mito nos ofrece sin duda un excelente punto de
partida para reflexionar.
RESILIENCIA Y EL MITO
DEL AVE FÉNIX
EL PODER DE RESURGIR DE LAS
PROPIAS CENIZAS
Viktor Frankl,
neuropsiquiatra y fundador de la logopedia, sobrevivió a la tortura de los
campos de concentración.
Tal como se explicó en muchos de sus libros, una experiencia traumática
siempre es negativa, pero la reacción a ella está estrechamente relacionada con
la persona que la experimenta.
DEPENDE DE NOSOTROS ELEGIR
SI LEVANTARNOS Y RETOMAR NUESTRA VIDA RESUCITANDO DE LAS CENIZAS EN UN TRIUNFO
SIN IGUAL; O, POR EL CONTRARIO, LIMITARNOS A VEGETAR Y DESCOMPONERNOS …
Esta admirable capacidad de
renacer, de recuperar el aliento, de encontrar las ganas de seguir adelante y
la fuerza para hacerlo, a partir de nuestras desgracias y los pedazos rotos que
llevamos dentro, pasa ante todo por un período realmente oscuro, ciertamente
común a muchos: la «muerte».
Cuando nos enfrentamos a un
momento traumático, «morimos un poco», abandonamos una parte de nosotros que
nunca volverá a ser la misma.
Carl Gustav Jung, de hecho,
establece nuestra similitud con el fénix porque esta criatura fantástica
también muere, también permite que se den las condiciones necesarias para
morir, porque sabe que de sus restos surgirá una versión mucho más fuerte de sí
mismo.
Entre todos los mitos sobre esta figura, el egipcio nos ofrece, como dijimos
antes, excelentes ideas en las que detenernos. Comprender mejor la relación
entre el fénix y la resiliencia.
Egipto y el ave fénix. El
fénix en Egipto. En sus textos, Ovidio explicó que en Egipto el fénix moría y
renacía una vez cada 500 años. Los egipcios identificaron esta majestuosa
garza con Bennu, un pájaro asociado con las inundaciones del Nilo, el sol y la
muerte. SEGÚN EXPLICARON, EL FÉNIX NACIÓ BAJO EL ÁRBOL DEL BIEN Y DEL MAL,
SABÍA QUE ERA NECESARIO RENACER PERIÓDICAMENTE PARA ADQUIRIR UNA MAYOR
SABIDURÍA Y, CON ESTE FIN, SIGUIÓ UN PROCESO MUY METICULOSO.
Voló por todo Egipto para
construir un nido con los mejores elementos: ramas de canela, roble, nardo y
mirra. Instalándose en su nido, cantó una de las melodías más elegantes
que los egipcios jamás habían escuchado y luego dejó que las llamas la
consumieran por completo. Tres días después, el fénix renació lleno de
fuerza y poder, tomó su nido y lo dejó en Heliópolis, en el templo del sol,
para comenzar un nuevo ciclo que fue fuente de inspiración para el pueblo egipcio.
LA RESILIENCIA ES EL «NIDO»
DE NUESTRA TRANSFORMACIÓN
Como hemos visto, el mito
egipcio del fénix es una hermosa historia. Sin embargo, analicemos ahora
algunos detalles. Detengámonos, por ejemplo, en la forma en que el fénix
construye su nido. Busca los materiales más ricos de su tierra: delicados
y resistentes al mismo tiempo, capaces de ayudarla en su transformación, en su
ascenso.
Si lo pensamos bien, este
proceso es muy similar al que da forma a la dimensión psicológica de la
resiliencia. Porque nosotros también buscamos estos elementos mágicos con
los que construir un nido bien resistente en el que juntar todas nuestras
fuerzas. El ser humano debe extender sus alas para volar sobre su universo
interior en busca de las ramitas de su autoestima, la flor de su motivación, la
resina de su dignidad, la tierra de sus sueños y el agua tibia de su amor
propio …
Todos estos componentes le
ayudarán en su ascenso, pero no antes de que sea consciente de que habrá
un final; una parte de nosotros se irá, se convertirá en cenizas, en los
restos de un pasado que nunca volverá.
SIN EMBARGO, ESTAS CENIZAS
NO SERÁN ARRASTRADAS POR EL VIENTO, AL CONTRARIO, FORMARÁN PARTE DE
NOSOTROS PARA FORMAR UN SER QUE RENAZCA DEL FUEGO MUCHO MÁS FUERTE, MÁS GRANDE,
MÁS SABIO …
UN INDIVIDUO QUE PODRÍA SER
FUENTE DE INSPIRACIÓN PARA LOS DEMÁS PERO QUE, EN PRIMER LUGAR, NOS PERMITIRÁ
SEGUIR ADELANTE CON LA CABEZA EN ALTO Y CON ALAS BIEN ABIERTAS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario