TODOS HEMOS SIDO DEMASIADO
DUROS CON NOSOTROS MISMOS ALGUNA VEZ. EN ESTOS, Y OTROS CASOS, NOS COMPORTAMOS
COMO NUESTROS PEORES ENEMIGOS. HABLAMOS DEL PERFECCIONISMO, LA AUTOCRÍTICA Y LA
AUTOCOMPASIÓN, EXPONIENDO EL PAPEL QUE JUEGAN EN ESOS MOMENTOS DE INJUSTICIA
CON EL YO.
¿Por qué nos criticamos
tanto? ¿Por qué nos cuesta tanto reconocer los logros y tan poco subrayar
nuestros fallos? CUANDO SOMOS NUESTROS PEORES ENEMIGOS, TODO ES
SUSCEPTIBLE DE VERSE MÁS GRIS, MÁS INCIERTO Y MÁS NUBLADO. Tratarse
compasivamente dista de ser una tarea fácil, pero a veces se torna muy
necesaria.
Existen dos conceptos que
utilizamos con mucha frecuencia; la razón es que están poco definidos en el
acervo lingüístico y cultural cotidiano: EL PERFECCIONISMO Y LA AUTOCRÍTICA.
Cuando somos nuestros peores
enemigos, tendemos a criticarnos en exceso, a veces como consecuencia de
sentirnos distanciados de haber sido todo lo perfectos que hubiéramos deseado.
¿QUÉ ES EL
PERFECCIONISMO?
EL PERFECCIONISMO ES LA
TENDENCIA A EXIGIRNOS ALTOS ESTÁNDARES DE DESEMPEÑO A LA VEZ QUE NOS EVALUAMOS
EN EXCESO.
Además, el resultado de
estas evaluaciones es, con frecuencia, la autocrítica, que desemboca en una
creciente preocupación por cometer más errores. Existen dos tipos de
perfeccionismo:
PERFECCIONISMO ADAPTATIVO
El perfeccionismo adaptativo
implica, además de altos estándares de desempeño, una baja discrepancia si las
cosas distan de salir como queremos: nos reconocemos que hacerlo todo bien
siempre es imposible.
El perfeccionismo
adaptativo se refiere al hecho de que, a pesar de exigirnos mucho, nos tratamos
compasivamente cuando fracasamos en nuestras metas.
PERFECCIONISMO DESADAPTATIVO
En contraparte, el
perfeccionismo desadaptativo alude al hecho de exigirnos mucho, pero también de
autocastigarnos con dureza si los resultados distan de ser los
esperados. Implica discrepar en exceso con el resultado de nuestras
acciones, es decir, tener la percepción continua de que constantemente uno
dista de cumplir con los más altos estándares que se ha establecido.
¿QUÉ ES LA
AUTOCRÍTICA?
LA AUTOCRÍTICA Y EL
PERFECCIONISMO SON HERMANAS. LA AUTOCRÍTICA PUEDE DEFINIRSE COMO UN
ESTILO COGNITIVO DE PERSONALIDAD A TRAVÉS DEL QUE NOS EVALUAMOS Y JUZGAMOS A
NOSOTROS MISMOS.
Para entenderlo, la
autocrítica alude al hecho de estar vigilante ante el mínimo fallo y
juzgarlo negativamente en consecuencia. La autocrítica también tiene una parte
adaptativa y otra disfuncional.
AUTOCRÍTICA ADAPTATIVA
Saber en qué fallamos ayuda
a afrontar con más entereza los momentos vitales delicados. Además, es
importante en la formación de la identidad, puesto que al evaluarnos y ver cómo
podemos mejorar nos sentimos más capaces de lidiar con las contingencias
negativas de la vida.
AUTOCRÍTICA DISFUNCIONAL
Cuando solo percibimos
conductas inadecuadas, o cuando a pesar de obtener un éxito, distamos de
reconocerlo, aparecen los problemas. Actuando como nuestros peores enemigos,
menospreciamos los resultados positivos de nuestras acciones porque estas son
consideradas, por ejemplo, meras obligaciones.
En consecuencia, cuando
alcanzamos la meta propuesta, podemos experimentar un elevado grado de
insatisfacción al pensar que “en realidad lo conseguido distaba de ser tan
importante”. Esto se denomina desvalorización de los logros y confirma el
fracaso global.
LA IMPORTANCIA DE PRACTICAR
LA AUTOCOMPASIÓN
Para diversos autores
implica un sentimiento de bondad, cuidado y comprensión por uno mismo, aun
cuando los resultados distan de ser los que queríamos. También está
asociada al reconocimiento de que, como seres humanos, somos frágiles e
imperfectos.
La persona con autocompasión
busca su felicidad y su bienestar, aceptando que tiene limitaciones.
Para Neff, experto en autocompasión, son tres las características fundamentales:
- La BONDAD como uno mismo,
entendida como el tratarse a uno mismo con cuidado y comprensión, en vez
de hacerlo con un juicio crítico.
- La HUMANIDAD COMPARTIDA, es decir,
reconocer el hecho de que los demás también pasan por sufrimientos que son
similares a los nuestros.
- La ATENCIÓN PLENA o la
capacidad de darse cuenta, de prestar atención y aceptar lo que está
ocurriendo en el momento presente.
Es común que confundamos la
autocompasión como si fuera el hecho de “darnos lástima a nosotros mismos”, y
es un error. La autocompasión va mucho más allá al
implicar ver nuestra propia vida y la de los demás desde una posición de
desconexión, sin distorsiones que aminoren la experiencia.
EN CONCLUSIÓN, UN BUEN
RECURSO CUANDO SOMOS NUESTROS PEORES ENEMIGOS ES CONVERTIRNOS EN NUESTROS
MEJORES ALIADOS Y ENTENDER QUE ES NATURAL ERRAR Y FALLAR. PORQUE EL FALLO DISTA
DE SIGNIFICAR SER PEORES O MEJORES, SINO HUMANOS, IMPERFECTOS Y HERMOSOS.
“La autocompasión
implica ser cálidos y comprensivos con nosotros mismos en vez de criticarnos
cuando estamos sufriendo, cuando sentimos que hemos fallado o cuando nos
sentimos incompetentes”. -Neff-
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