viernes, 24 de septiembre de 2021

LA PRESIÓN PSICOLÓGICA ALGO MUY HABITUAL HOY EN DÍA (Reflexiones para el fin de Semana)

 


 

LOS MOMENTOS QUE EN LA ACTUALIDAD VIVIMOS LOS SERES HUMANOS, SON MUY COMPLEJOS Y LLENOS DE CONCEPTOS NUEVOS, ESO UNIDO A LA CANTIDAD DE INFORMACIÓN DE TODO TIPO QUE RECIBIMOS, DA COMO RESULTADO, EL VIVIR SOMETIDOS A UNA FUERTE PRESIÓN PSICOLÓGICA.

LA PRESIÓN PSICOLÓGICA ES UNA SENSACIÓN PSÍQUICA, PRODUCTO DE DOS FUERZAS MENTALES QUE TIRAN EN SENTIDOS OPUESTOS.

Estas fuerzas pueden tener naturalezas muy distintas, como deseos u obligaciones contraídas. Hablamos de una situación que provoca malestar. Así, en principio, podría pensarse que se trata de algo negativo y, sin embargo, no siempre lo es.

Todos hemos vivido alguna vez una situación de presión psicológica. Además, también todos hemos tenido la sensación de que era necesaria para que diéramos un paso hacia delante al que nos resistíamos en alguna ocasión. Otras veces, esa presión no aportó nada.

Veamos los diferentes tipos de presión psicológica a los que nos podemos ver sometidos:

1.- POSITIVA

La presión psicológica positiva es aquella que nos aporta iniciativa. La forma más típica de esta es el “tú puedes, hazlo”. Tiene lugar cuando las dudas o el miedo hacen de freno y es necesaria una dosis extra de energía para actuar.

La principal característica de la presión positiva es que favorece la ejecución o el rendimiento. Se trata de situaciones que una persona debe superar para estar mejor y la función de la presión es motivarla para que lo logre.

2.- NEGATIVA

Hay presión psicológica negativa cuando se intenta persuadir u obligar a alguien para que actúe de una forma que puede ser destructiva para sí misma. Lo usual es que quien presiona se pase en su insistencia, llegando a saturar al receptor.

La presión negativa también puede ser ejercida por una circunstancia. Por ejemplo, cuando alguien se ve obligado a vender su casa para pagar deudas pendientes. O cuando el desempleo es muy alto y esto obliga a conformarse con salarios más bajos. En estos casos, lo más adecuado es resistir de forma activa o buscar un camino rápido por el que esta presión se pueda disminuir.

3.- INTERIOR

La presión psicológica interior es aquella que nace de la propia persona que la experimenta. Por lo general, tiene que ver con el sentido del deber. Sin embargo, también puede estar dictada por la angustia, el miedo, la ira y otras emociones o estados de ánimo. En este caso, su característica esencial es el hecho de que surge en la mente de quien la sufre.

LA PRESIÓN INTERIOR PUEDE SER POSITIVA O NEGATIVA.

ES POSITIVA CUANDO NACE DE LA CONCIENCIA PERSONAL. En ese caso, la persona ve la realidad con cierta objetividad y sabe que es conveniente exigirse para lograr algo que desea, o mantener algo que valora. Así las cosas, no hay incompatibilidad entre la presión y el deseo.

Este tipo de presión PSICOLÓGICA SE TORNA NEGATIVA CUANDO NACE A PARTIR DE UN DESEO NEURÓTICO O UN ESTADO DE ÁNIMO EXACERBADO. Por ejemplo, cuando una persona se presiona para ser perfecta o alcanzar logros que en realidad no desea, pero que pueden satisfacer a otros. El resultado de ejercer esa presión es un conflicto interno.

4.- EXTERIOR

AL IGUAL QUE OCURRE CON LA INTERIOR, LA PRESIÓN EXTERIOR TAMBIÉN PUEDE SER POSITIVA O NEGATIVA.

Todo depende del contexto en el que se produzca y del horizonte hacia el cual se dirija. Uno de los rasgos básicos de este tipo de presión es que la persona que la recibe también tiene el poder de darle significado.

Una situación común que ilustra esto se produce cuando a alguien se le exige que entregue un trabajo un determinado día o a determinada hora. El reloj y el calendario no tienen nada que ver con cómo viva o actúe esa persona. Son estímulos neutros y es el individuo quien los convierte en un elemento constructivo o destructivo.

Hay quienes convierten la presión externa en una limitante absoluta. Otros la asimilan y la incorporan, de tal modo que no genere efectos negativos.

COMO PODEMOS VER, TODO DEPENDE DE CÓMO SE GESTIONA Y NO DE LA PRESIÓN EN SÍ MISMA.

 

CONCLUSIÓN

ES EVIDENTE QUE LA PRESIÓN PSICOLÓGICA ESTÁ PRESENTE EN NUESTRO DÍA A DÍA EN MAYOR O MENOR GRADO.

POR ESO ES CONVENIENTE APRENDER A IDENTIFICAR EL TIPO DE PRESIÓN, O PRESIONES PSICOLÓGICAS, QUE NOS AFECTAN YA QUE EN OCASIONES PODEMOS ESTAR SOMETIDOS A UNA O VARIAS SIMULTÁNEAMENTE, PARA UNA VEZ IDENTIFICADA, PODER PONER LA SOLUCIÓN ADECUADA.

CON ELLO, CONSEGUIREMOS VIVIR UNA VIDA MÁS PLENA.




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