lunes, 4 de enero de 2010

LOS MIEDOS



Un viaje a las causas del miedo y una propuesta para su superación


Existe un miedo con mayúsculas esa sensación de peligro que empuja a ponerse a salvo.

Pero existe también el miedo infundado y pequeños miedos cotidianos que parecen poco importantes y, sin embargo, resultan paralizadores: miedo a decir “no”, a defraudar, a opinar.


Conocer el mecanismo de los miedos puede ayudarnos a resolverlos o, al menos, a tenerlos bajo control


Mi opinión personal es que todos en algún momento de nuestra vida por no decir en todos hemos sido conscientes de nuestros miedos, miedos que por una u otra razón. (Qué luego analizaremos) sentimos y padecemos

De todas las emociones que amargan nuestros corazones como, la angustia, la timidez, la inquietud, el terror, la vulnerabilidad es la que más me preocupa y la experiencia me dice que no es una rareza mía sino que hay infinidad de personas que comparten esta preocupación por ejemplo el filosofo ingles Hobbes escribió una frase terrible que podríamos asumir todos “el día que yo nací mi madre parió dos gemelos yo y mi miedo”


Por ello, los psicólogos sensatos suelen dedicar el tiempo necesario a explicar a sus pacientes cuáles son los mecanismos de sus miedos excesivos. Esto permite desmontar las creencias erróneas que están en el fondo de muchos miedos. Salir del círculo vicioso de la culpabilidad

Y de las preguntas inútiles por ejemplo ¿soy responsable de lo que me pasa?, puesto que una postura más activa seria ¿Qué puedo hacer con mis miedos?


La mayor parte de los miedos se aprenden
Y también pueden desaprenderse

Siempre me ha preocupado comprobar que hay personas más miedosas que otras.
Hay personas que viven en un estado de ansiedad continuo
Hay personas tímidas y personas atrevidas

¿De dónde proceden esas diferencias? ¿Son innatas o adquiridas? ¿Hay una predisposición para el miedo?

En los últimos años, la investigación ha descubierto que hay temperamentos vulnerables a la ansiedad, niños que nacen con una “afectividad negativa “
Parecen dotados de antenas para captar los estímulos peligrosos o perturbadores del entorno
También sabemos que por fortuna es una propensión que se puede combatir ¿Cómo no va a ser importante conocer los métodos para lograrlo?
Por ello una de las obligaciones que tienen los investigadores es poner a disposición de las personas aquellos conocimientos que puedan mejorar su calidad de vida.


Y como ya les dije
La mayor parte de los miedos se aprenden
Y también pueden desaprenderse

Por eso conviene conocer bien sus modos y variaciones, sus múltiples rostros.
Hay miedos normales y miedos patológicos, y se diferencias por su intensidad.

La timidez excesiva se convierte en fobia social, que es un trastorno severo.

La preocupación por la salud, sin duda conveniente, puede derivar en hipocondría.

La higiene es necesaria, pero lavarse las manos compulsivamente es fruto de un miedo irracional

Conviene no olvidar que esos miedos exagerados se dan en personas que en todo lo demás pueden ser muy inteligentes y sensatas.


¿Por qué entonces llegan a esos extremos?
Estaremos de acuerdo en que todas las emociones son útiles El miedo es la emoción provocada por la presencia de un peligro y nos sirve para ponernos a salvo

Se convierte en un problema cuando lo sentimos aunque no haya peligro real o cuando dura demasiado tiempo o es muy intenso.
A veces nos atenaza un miedo sin que haya una amenaza real
Es una ansiedad que no sabemos explicar, que “nos encoge el estómago”: la angustia

Quien la sufre, se siente asustado continuamente, como si esperara un mal que no sabe precisar.
Junto con la depresión con la que está estrechamente relacionada es el malestar que lleva a más gente a las consultas médicas o psicológicas

La psicología clínica y la psiquiatría estudian y tratan esos miedos terribles como son la angustia, los ataques de pánico, las fobias, las obsesiones, los síndromes postraumáticos
Los estudios más fiables nos dicen que el psicoanálisis no resulta eficaz para eliminar los miedos
Si lo son las terapias cognitivas que intentan cambiar las creencias que están en el origen de muchos miedos

Y las conductuales que entrenan para reducir el poder del miedo y suelen comenzar con in periodo “de sensibilización” ante los objetos o situaciones que lo provocan.
Nos vamos a centrar ahora en los miedos cotidianos y voy a ponerles algunos ejemplos

Hay un miedo especial a tener que adoptar una postura firme ante horas personas para mantener las propias ideas, expresar las necesidades o sentimientos, reclamar los derechos; nuestra timidez se puede manifestar de muchas maneras
Así que si es incapaz de negarle algo a alguien, reclamar una deuda, expresar el desacuerdo, protestar frente a un comerciante , otro caso muy frecuente es el miedo a decir “no” las personas que lo sienten son presas fácil de vendedores, a los que no se atreven a desairar. Por ello prefieren comprar en supermercados y grandes almacenes, donde pueden mirar sin ser acosados por un empleado

A veces, el medio a afirmar los propios derechos se reduce a algunos temas específicos como por ejemplo el dinero. No nos consideramos tímidos pero a la hora de hablar de ese tema nos sentimos cohibidos tensos y a disgusto así que la mayor parte de las veces preferimos dejar las cosas como están, pensamos que es un defecto de nuestro carácter y nos acostumbramos a vivir con ello

Pero ahora sabemos que podemos cambiarlo
A este grupo de miedos a tomar una postura firme podemos incluir otro temor; la dificultad de decir adiós, de terminar una relación

Si investigamos a fondo, comprobaremos que puede haber varias razones: por no hacerse daño, por alterar su imagen, por temer la reacción de la otra persona, por no saber que decir después de haber dicho adiós

En muchas ocasiones no se trata de una preocupación ante el hecho en sí de la reparación – porque el protagonista querría que ya hubiera pasado y sentirse libre- sino al primer enfrentamiento

Por eso suele resultar más fácil hacerlo por carta
En el fondo de estas situaciones suele estar el miedo a defraudar a la otra persona

Esta es la razón más poderosa

Y ese miedo a dañar la imagen que se tiene de mi se basa en la idea de que mi integridad, mi identidad y mi dignidad dependen de la evaluación de los otros, implica que mi juicio sobre mi mismo depende del juicio ajeno, y no sólo del juicio de alguien significativo, sino de cualquier persona
En este caso hay un desajuste de algo necesario. El aprecio de los demás
Esta dependencia es tan exagerada que produce una anulación del valor intrínseco, sacrificado a la evaluación exterior
Como ven es un tema rico, complicado y próximo
Hay personas que pueden decir que nunca han sentido envidia o celos o agresividad, pero no hay nadie que pueda decir que no ha sentido miedo
La especie humana es la más miedosa de la naturaleza, porque a los miedos reales añade los miedos imaginarios, lo que produce muchas desdichas que podrían evitarse
Desactivar esos miedos creados es primordial si queremos vivir una vida feliz y digna

LA MAYOR ALIADA DEL MIEDO ES NUESTRA PROPIA MENTE
PERO, A LA VEZ, ES LA MEJOR HERRAMIENTA PARA DESARTICULARLO


Las claves

Distingue los miedos
El primer paso es no confundir los miedos amigos con los miedos enemigos

1.- Los miedos amigos te advierten del peligro para que te pongas a salvo para que te libres de la amenaza y no para que caigas en sus manos. Los miedos amigos te preparan para enfrentarte a una situación determinada
Por el contrario, los miedos enemigos te disuaden de que luches y, además, te debilitan y desaniman

2.- Tú no eres tu miedo
Debes tener en cuenta que el miedo tiene sus artimañas
Una de las más insidiosas, cuyo fin es debilitar nuestra fuerza, es que nos identifiquemos con él y nos sintamos avergonzados
Cuando asumimos nuestros miedos como un rasgo negativo de nuestra personalidad, nos condenamos al silencio, al secretismo y, como consecuencia de esto, no buscamos ayuda.
Tienes que pedir el mismo respeto por tus miedos que por tus dolencias físicas
3.- No colabores con él

Además de esconderlos también tendemos a alimentar nuestros miedos Todos podemos ser colaboracionistas sin darnos cuenta, el miedo es invasor y como Tal tiende a hundir o anular a quien lo padece
Puede apoderarse de la conciencia entera del sujeto y alterar sus relaciones Conviene por ello que lo aísles de tu dinamismo mental
No intentes justificarlo
No puedes decir hoy no voy a esa reunión porque va a ser muy aburrida”
Cuando deberías reconocer, “no voy porque me da miedo la gente”
No puedes decir “no vale la pena reclamar una cosa tan boba, cuando en el fondo lo
Que está pensando es que no sabes cómo hacerlo o no te atreves

4.- Adopta una posición activa
Una vez son conscientes debes declarar la guerra a los miedos enemigos que han Invadido tu intimidad Hay que movilizarse, es decir afrontarlos activamente

TIENES VARIAS OPCIONES PARA HACERLO

A- Fortalece tu cuerpo
Podemos hacer dos cosas para solucionar nuestro miedo una es disminuir el peligro la otra aumentar los recursos personales
Tenemos que preparar nuestro organismo para la batalla
El miedo emerge de la biología, aunque tiene también otras causas
Está demostrado que el ejercicio físico es un antídoto contra las sensaciones que provienen de él
Entre otras virtudes aumenta la tolerancia al esfuerzo
No olvidemos que las personas con tendencia a la angustia suelen eludir el ejercicio físico


B- se tu `propio entrenador
Los entrenadores saben muy bien que el atleta debe animarse a si mismo antes de realizar un ejercicio o hacer un esfuerzo
Algunos terapeutas insisten en preguntar a sus pacientes que opinan de la terapia que Reciben saben que unos comentarios de valuadores limitaran la eficacia del tratamiento

C- debilita a tu enemigo
Crítica las creencias en que se basa el miedo
Desenmascara sus jugadas de farol
Búrlate de él
Desarrolla el sentido del humor para desactivarlo
Aprovecha todo lo que sabes para hacerle daño
Tienes que convencerte de que no es tan importante, exponte gradualmente al miedo

D- busca buenos aliados
Es difícil combatir solo el miedo, y si éste es patológico, imposible
Busca consejo y ayuda de personas competentes
Busca también a quien pueda darte ánimo cuando estés desalentado
El afecto como apoyo venga de donde venga es la mejor solución a muchos de nuestros problemas, incluido el miedo


TODOS EXPERIMENTAMOS LOS MISMOS MIEDOS EN ALGÚN MOMENTO DE NUESTRAS VIDAS ASÍ PODEMOS SUPERARLOS

ATREVERSE A SER FELIZ

Según Abraham Maslow, gran psicólogo humanista que desarrollo su trabajo en los años sesenta, todos tenemos miedo de vivenciar nuestras potencialidades más positivas tenemos miedo de llegar a ser lo que podemos atisbar en los momentos de mayor perfección y coraje
Seguramente para muchas personas es así
Ser felices se convierte en algo inalcanzable porque les asusta conseguirlo
Pero, ¿a qué se debe este miedo?
La respuesta está en las creencias en las que basamos nuestra identidad más profunda
Hay muchas personas que tienen un concepto de sí mismas muy negativo, creen que no merecen nada o que no pueden hacer cosas valiosas e, incluso que no tendrían que existir
Estos conceptos negativos de si mismo son más comunes de lo que pensamos
Cuando un niño no encuentra en sus padres una respuesta afectiva, es muy fácil que desarrolle la idea de que no tiene derecho a ser amado o que no tiene capacidad para conseguir nada
Alguien con estas ideas negativas no intentará ser feliz. Es como si partiera de la posición del perdedor
Son estas creencias las que logran que el miedo nos paralice y que no nos arriesguemos a hacer cosas nuevas, a conseguir nuestros deseos
Y si no nos arriesgamos, no aprendemos, no generamos experiencias gratificantes, nos quedamos bloqueados y estancados con la consiguiente frustración
Para salir de este círculo vicioso es necesario pasar a la acción, hacer las cosas que uno desea despacio y a pesar del miedo, atreverse a realizar nuevos aprendizajes
También hay personas capaces de llevar a cabo todo lo necesario para conseguir sus sueños, pero cuando están a punto de lograrlo, abandonan..
Exageran la responsabilidad del éxito. Es como si estuvieran preparados para el esfuerzo pero no para el disfrute. Creer que tenemos tanta capacidad de experimentar el sufrimiento como el placer, y que las dos cosas pueden ser iguales de buenas, nos puede ayudar a no tener miedo de ser felices.
Todo ser humano tiene derecho a disfrutar de la vida.
Esta creencia es la base para poder llevar a cabo nuestros sueños.
Tenemos que darnos pequeños placeres de vez en cuando, así aumenta nuestra satisfacción y al comprobar que no somos castigados por ello, iremos a por deseos más grandes.

VALORAR EL CAMBIO

“más vale malo conocido que bueno por conocer”
Diciendo esto me he enseñado a refugiarme en la rutina
Convencido de que lo actual lo vigente ofrece una seguridad que lo nuevo no podría garantizar
La persona rutinaria transita por el camino pero se pierde la fiesta del paseo, refugiado en el itinerario que no cambia
Pero la vida es un permanente fluir, es un entrar y salir. Entramos en nuevas relaciones, trabajos, amores y mundos desconocidos, para salir y entrar en otras relaciones, trabajos, amores y mundos desconocidos. Algunas entradas son triunfales y otras vergonzantes, algunas son forzadas y otras buscadas
Cuando salimos dejamos huellas que hablan de nuestro paso algunas son gloriosas y otras tristes. Pero todas construyen nuestra historia
“vivimos cambiando y cambiamos viviendo”

Cuando intentes un cambio, imagina qué ventana abres, reconoce tu libertad para elegir, y recuerda que cada día es una nueva invitación a la fiesta, una nueva oportunidad de caminar.
Ten en cuenta que corres el riesgo de perdértela si repites hoy, ciegamente el día de ayer.

DEL ERROR TAMBIÉN SE APRENDE

Vivimos en una sociedad altamente competitiva en la que el éxito lo es todo.
Por lo tanto no es de extrañar que exista tanto miedo al fracaso, no se nos enseña a aprender del error sino a actuar con el fin de no equivocarse.
Para la antigua filosofía china son los errores los que nos acercan a la verdad. Si observamos los fundamentos de la ciencia comprobaremos que su funcionamiento es análogo.
Cuando un niño pequeño empieza a caminar, fracasa continuamente a la hora de ponerse en pie, lo que le sirve de enseñanza, para al fin, lograrlo. Si impidiéramos que cayera a se diera el más mínimo golpe, nunca aprendería.
De hecho está comprobado que los niños protegidos en exceso tardan mucho más tiempo en caminar porque se les genera más inseguridad y miedos.
La vida no puede ser “pensada “solo puede ser “vivida”
Difícilmente superaremos el miedo al fracaso si sopesamos pros y contras para protegernos de la incertidumbre antes de actuar.
Por el contrario si actuamos y luego extraemos conclusiones, iremos en la dirección adecuada y el miedo no nos bloqueará.

Si el miedo a equivocarse está demasiado presente, les sugiero:

1º ante la duda de actuar o no actuar debemos actuar siempre, así aprenderemos algo nuevo. De lo que hay que tener miedo es de quedarnos quietos

2º estropear para arregla. Cuando nos encontremos frente a un problema aparentemente irresoluble, podemos aplicar la antigua filosofía china que propone dejar de buscar soluciones durante un momento para pensar en cómo podríamos complicar aún más la situación.
Este pensar a la inversa, paradójicamente libera la mente de forma que, en poco tiempo y espontáneamente, se nos ocurren nuevas vías de salida.

3º un pequeño error al día. Cuando estamos muy tensos ante un proyecto no nos permitimos el mínimo error, lo que nos provoca ansiedad. En estos casos cometer voluntariamente un pequeño error nos liberará.

SERENIDAD FRENTE A LA MUERTE

En algunas ocasiones nos encontramos con personas que padecen una grave enfermedad y como consecuencia de ello su muerte esta próxima, intentamos ayudarles de muy diversas maneras pero no solemos preguntar que sienten ante esta situación.
Si lo hiciéramos quizás nos sorprenderían al saber que tienen aceptada su situación y que no tienen miedo a la muerte y en ese momento nos mirarían a los ojos y nos preguntarían y tú ¿tienes miedo a la muerte? , muy posiblemente la respuesta fuera sí.
Y entonces esas personas nos dirían:
No te engañes. El miedo a la muerte es un sentimiento que no es tuyo. Te han enseñado a temerla. Porque la muerte aunque te cueste creerlo es una realidad tan natural como la vida. Como supiste nacer, sabrás morir.
Vive la vida como un regalo para que, el día de tu muerte, sepas que ha valido la pena vivirla. Y vete cada noche a dormir sabiendo que no tienes nada pendiente con nadie. Y sobre todas las cosas que tu motor sea siempre el amor. De esta manera desaparecerá tu temor. Y de esta manera tan natural nos darían una lección increíble y real

SIN TEMOR AL RECHAZO

En una ocasión el filósofo estadounidense William James dijo:
“el principio más profundo de la naturaleza humana es el anhelo a ser apreciado”
Sentir que pertenecemos a una familia, a un grupo, nos define y nos aparta seguridad.
El rechazo es todo lo contrario nos provoca una herida emocional que nos hace sentir pequeños, como niños reprendidos, y nos genera una terrible sensación de inseguridad.
Para evitar esa sensación aprendemos a adaptarnos a lo que se espera de nosotros.
Se trata de ganarnos un lugar en nuestro entorno, pero una herida temprana o crecer en un ambiente donde no se nos valoró lo suficiente, puede crearnos un temor excesivo a no ser aceptados.
Entonces nos centramos en intentar que no se escapen emociones, pensamientos o actitudes inadecuadas, pero en ello ahogamos la propia espontaneidad y vivimos en tensión.
Para resolver este temor a ser uno mismo, es preciso atreverse a mostrarse más:
Primero recuperando esa conexión con las propias emociones y pensamientos .
Segundo dando el pasó de expresar lo que uno siente, opina o piensa., aunque sea distinto a lo que sienten, opinan o piensan los demás Así superando el miedo a diferenciarnos, llegaremos a desplegar lo que en realidad somos y a vivir las relaciones con mayor profundidad

MIEDO AL COMPROMISO

Cuando nos enamoramos de alguien lo hacemos, en gran medida, de la persona que se quiere o se necesita ver, es decir, inventamos a nuestra pareja y la construimos en función de nuestras necesidades.
En un periodo en el que todo fluye y surge espontáneamente, no se requiere de esfuerzos ni voluntad.
Con el tiempo, esta visión narcisista, choca contra la realidad y empezamos a percibir la diferencia entre lo que nuestra pareja es y lo que deseamos que sea.
Es aquí justamente donde se demostrará la predisposición al compromiso.
Pero este compromiso requiere de una serie de habilidades personales y de una madurez que, en ocasiones, desborda los recursos de que se dispone, favoreciendo que el miedo se apodere de la relación.
Aceptar un compromiso supone afrontar este miedo y pasar por el duelo y la pérdida de la imagen idealizada y narcisista que tenemos de nuestra pareja, un hecho que implica un grado de angustia importante, pues siempre flota en el ambiente la idea de que esa persona ideal nos estará esperando en alguna otra parte.
La única forma de acercarse a nuestro ese ideal interno es a partir de la construcción u búsqueda conjunta con la pareja que elegimos para, desde una visión más realista, construir codo con codo el camino que ascienda a ese ideal.

EL ENCUENTRO CON LA SOLEDAD

El ser humano es gregario, es decir, nace con la predisposición y la necesidad de vivir en grupo,
Cuando crecemos, toda nuestra estructura psicológica apunta hacia una vida compartida En familia, con la pareja, los amigos, los compañeros de trabajo. Esto es así porque el ser humano, para solucionar sus necesidades cotidianas, les hace falta la colaboración con otros individuos.
Las razones anteriores explican por qué, cuando por alguna razón nos encontramos solos, no nos sentimos del todo a gusto, nos falta la compañía de otros seres humanos.
En algunas personas este deseo natural de compañía toma la forma de un auténtico miedo a la soledad, especialmente cuando el hecho de encontrarse solo se traduce en “un estar sin pareja”.
Pero los momentos de soledad también forman parte del ser humano, igual que los tiempos compartidos
El ser humano no sólo es un animal gregario también es un individuo
Por tanto, la soledad no es un estado carencial, es una oportunidad.
Cuando estamos solos podemos desvincularnos de las obligaciones y constricciones que nos impone estar con otros – tener que compartir, dialogar, negociar, competir, ceder – para encontrarnos con nosotros mismos. Podemos hacer cosas pensando sólo en nosotros mismos y mimarnos con aquello que nos gusta.
La soledad puede ayudarnos a descubrir nuevas facetas de nosotros mismos y vernos de otra manera.
En una palabra cultivar nuestra individualidad.
Y es que es precisamente nuestra individualidad, nuestra forma de ser diferentes de los demás, lo que nos hace atractivos para los otros.
Debemos aceptar que la soledad es el polo opuesto, pero necesario, de la compañía, y el tiempo solitario empleado de forma positiva nos capacitará para la vida con los demás.
Solo si sabemos disfrutar de nuestra soledad sabremos disfrutar también de la compañía .

A.A.M.
La Palma 2.008

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