Al final de cada una de nuestras vidas, lo único que permanece es el amor
“El motivo de nuestra existencia es la conquista del amor, y su sentido, es la búsqueda de este amor en todas sus manifestaciones”
En nuestra vida terrenal, es difícil recordar que somos almas y no simples cuerpos físicos.
Constantemente nos distraen las ilusiones y desilusiones de este mundo. Nos enseñan que el dinero, el poder, el prestigio y las posesiones materiales son de suma importancia y a veces incluso el motor de nuestras vidas.
Nos enseñan que para ser felices tenemos que lograr que los demás nos aprecien y nos respeten. Estar solo, nos dicen, es ser desgraciado. En realidad somos seres inmortales que nunca se separan energéticamente de los que aman. Tenemos almas gemelas y familias espirituales que son eternas. Los espíritus guardianes nos guían y nos aman siempre.
Nunca estamos solos. Al morir no nos llevamos las ‘cosas’ que poseemos.
Nos llevamos nuestros actos y nuestras obras, los frutos de la sabiduría de nuestro corazón. Cuando despertamos a la idea de que todos somos seres espirituales, cambian nuestros valores.
Y por fin podemos ser felices y estar en paz. Hay mucha belleza, mucha verdad y amor a nuestro alrededor, pero muy pocas veces nos tomamos las cosas con la suficiente calma para apreciarlos, como para darnos cuenta. A veces hace falta que suframos una gran pérdida para recordar la belleza y el amor que nos rodean, pero solemos olvidarnos pronto y caer en la rutina.
Tomemos las cosas con calma. Gocemos de los frutos de este magnífico jardín. Este mundo se te entrega, no solo para que vivas y aprendas en el, sino para que con tu trabajo y aprendizaje, lo mejores y ayudes a los demás a que lo hagan también, para así de esa forma cuando dejemos este mundo, dejarlo mejor que lo encontramos.
“Toda existencia activamente vivida, deja una huella imborrable en el mundo. Hoy el mundo es diferente porque tú has vivido. La vida que parece más insignificante es, con frecuencia, en realidad, la que más influye en la evolución del mundo. Y el recién nacido que no tuvo tiempo de aprender una sola palabra, que paso a la otra vida dejando tan solo un tierno recuerdo suyo en el corazón de su madre, ha hecho mas para reformar la historia del mundo que todo cuanto pueda concebir él mas profundo de nuestros pensadores.
Jamás ha vivido un solo ser que no haya aportado su contribución útil al progreso del mundo. El mal mismo es un instrumento de Dios para el progreso. Gracias a los errores se adquiere experiencia; la debilidad engendra la fuerza; el bien nace del mal; la miseria y el dolor hacen germinar la dicha; la ignorancia da lugar a la ciencia”
“El motivo de nuestra existencia es la conquista del amor, y su sentido, es la búsqueda de este amor en todas sus manifestaciones”
No hay comentarios:
Publicar un comentario