UNA DE
LAS PREGUNTAS QUE CON MÁS FRECUENCIA ME HACEN ES "¿QUÉ ENSEÑAS, ACERCA DE LOS PROCESOS DE
LA MUERTE Y DEL MÁS ALLÁ DE LA MUERTE?"
A PESAR DEL TIEMPO QUE UNO LLEVA DEDICADO A ENSEÑAR EL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL, ME SIGUE PARECIENDO EXTRAÑA ESTA PREGUNTA, ES LO MISMO QUE SI ME PREGUNTARAN : "¿QUÉ ENSEÑAS ACERCA DE LA ACERA DE ENFRENTE DE LA CALLE?"
PUES PARA SABER LO QUE HAY EN LA ACERA DE ENFRENTE DE LA CALLE LE BASTARÁ AL QUE ME PREGUNTA, VERLO CON SUS PROPIOS OJOS.
El matiz esta, que la multitud de pruebas de las meramente teóricas y dogmáticas enseñanzas de la mayoría de educadores y predicadores del mundo occidental, son "como ciego que guía a otro ciego", pues carecen de medios para comprobar sus afirmaciones y se conforman con transmitir lo que ciegamente recibieron de otros, quienes a su vez aprendieron del mismo modo su conocimiento.
Por el contrario, hay muchos seres humanos con facultades psíquicas y espirituales para quienes los fenómenos de la otra vida son tan familiares como los de la terrena, y el mundo de ultratumba es para ellos tan real y efectivo como el ordinario ambiente del mundo físico.
Para los que transitamos por el camino del conocimiento espiritual, no es el más allá un mar inexplorable sino tan perfectamente conocido en sus corrientes, profundidades, islas y generales características como para el experto marino pueda serlo la mar.
ADEMÁS, SOMOS CONSCIENTES QUE LOS FENÓMENOS DEL OTRO MUNDO NO HAN DE SER MATERIA DE CREENCIA POR FE, SINO QUE PUEDEN CONOCERLOS EFECTIVAMENTE CUANTOS SERES HUMANOS, QUIERAN EMPLEAR TIEMPO Y ESTUDIO EN EDUCAR LAS FACULTADES LATENTES QUE TODO SER HUMANO POSEE EN SU INTERIOR.
Por lo cual muchas personas que no han tenido experiencia en ciertos fenómenos psíquicos y espirituales en que se fundan las enseñanzas sobre la vida después de la muerte, exige "pruebas concluyentes" de dichos fenómenos antes de pasar adelante.
Por otra parte, para conocer estos fenómenos es indispensable experimentarlos personalmente, y así no valen argumentos ni razones para convencer de una verdad que ha de servir de fundamento a las enseñanzas.Al explicar los fenómenos del más allá, debe tener en cuenta quien se acerque a estudiar dichos fenómenos que no se le podrá proporcionar ninguna prueba material si no tiene muy actualizadas sus facultades psíquicas y espirituales, porque sin ellas la prueba demandada sería semejante a la que un ciego exigiera de la existencia de los colores o un sordo de la del sonido.
LA NATURALEZA INMATERIAL DE LAS COSAS IMPIDE DAR PRUEBA MATERIAL EN DICHO CASO.
¿QUÉ
MÉTODO CABRÍA EMPLEAR PARA EXPLICAR LA SENSACIÓN GUSTATIVA DEL AZÚCAR A QUIEN
JAMÁS HUBIESE PROBADO UN DULCE?
"Los que impartimos las enseñanzas sobre el más allá no exigimos a nadie que acepte ciegamente lo que se le enseña. Por el contrario, se advierte al estudiante que sólo acepte por verdad lo que haya comprobado personalmente, pues ninguna verdad es verdadera hasta que uno la ha corroborado por su propia experiencia.
"Pero también se le advierte que para comprobar una así, verdad ha de educar y vigorizar las facultades indispensables para la comprobación.
"Los que enseñamos el conocimiento espiritual y los procesos de la muerte, antes, durante y después que se produce, sólo queremos que las personas que se acercan a estudiar este conocimiento, confíen en nosotros, como en quien le señala el camino, y le dice: `Éste es el camino. Ve por él y encontrarás lo que te he enseñado. Tómalo, pésalo, mídelo, pruébalo y lo conocerás por ti mismo.
CUANDO LLEGUES A CUALQUIER PUNTO DEL CAMINO SABRÁS TANTO COMO YO Y QUIENQUIERA QUE HAYA PASADO POR AQUEL PUNTO; PERO HASTA QUE ALLÍ LLEGUES NO TENDRÁS MÁS REMEDIO QUE ACEPTAR CUANTO TE DIGAN QUIENES YA LO TRANSITARON O RECHAZAR TODO CUANTO A DICHO PUNTO SE REFIERA.
NO ACEPTES NADA DEFINITIVAMENTE HASTA QUE POR TI MISMO LO HAYAS COMPROBADO; MAS SI ERES PRUDENTE APROVECHARÁS LOS CONSEJOS Y EXPERIENCIAS DE QUIENES EN EL CAMINO TE PRECEDIERON. CADA CUAL HA DE APRENDER POR PROPIA EXPERIENCIA, PERO LOS YA EXPERIMENTADOS PUEDEN SEÑALAR EL CAMINO A LOS INEXPERTOS.
En cada etapa observarás que quienes ya están más adelante dejaron señales, hitos y marcas para la comprensión de los que les seguían.
El ser humano prudente aprovecha estas señales. No te exijo fe ciega sino tan sólo confianza hasta que seas capaz de demostrar por ti mismo las verdades, que te expongo, como a mí me las expusieron los que me enseñaron. “Los escépticos podrán objetar que no damos "pruebas científicas" de nuestras afirmaciones acerca de los fenómenos del más allá.
Si por "pruebas científicas" se entienden las de la ciencia física; estamos de acuerdo en que no las aportamos; mas para los estudiantes avanzados el adjetivo "científico" tiene un significado mucho más amplio.
Quien espere pesar, medir y calcular las cosas espirituales con métrica, Material fracasará sin remedio, pues nunca obtendrá la deseada prueba.
Los aparatos físicos sólo sirven para objetos físicos, y el mundo espiritual tiene peculiares aparatos con que registrar sus fenómenos.
Tampoco argumentare en este blog, porque no hay base de argumentación entre los que ven el más allá y aquellos cuya visión se limita al plano físico.
Sin embargo, esto no significa que vayamos a exponer un cúmulo de absurdas afirmaciones con la pretensión de que el lector las reciba como artículo de fe. Lejos de mi semejante intento.
Porque aunque la razón por sí sola no sea capaz de rasgar el velo que separa la vida de la muerte, puede, no obstante, si está libre de prejuicios dogmáticos, percibir cierta racionalidad en las afirmaciones verídicas de los fenómenos del mundo invisible, que por lo congruentes con otros fenómenos ya aceptados explican racionalmente lo que de otro modo fuera inexplicable.
En resumen, se verá que las enseñanzas que se dan a través del conocimiento de las Leyes Espirituales, concilian hechos en apariencia antitéticos y enlazan muchos puntos obscuros que, si bien aceptados por la razón, no se habían podido estructurar ordenadamente en un concepto mental.
Aun así, convendrá que vuelva a leer y considerar cuanto espongo en el blog en ocasiones sobre el mundo espiritual, o como se le conoce habitualmente….el más allá, y después se pregunte: "¿No parece todo esto lógico y probable?" Si sólo puede aceptarlo como hipótesis, que con ello se de por satisfecho, aunque le animo a que profundice un poco más hasta comprobar por si mismo lo que experimentalmente comprobaron seres humanos de todas las épocas.
Pero si detenidamente se consideran las enseñanzas expuestas en este blog, resultarán cada vez más razonables según transcurran el tiempo, pues todas las experiencias del ser humano se acomodarán al carácter general de las enseñanzas, que irán substituyendo a los viejos conceptos.
No es fácil apartarse o desechar la verdad una vez conocida, porque hurgará con irresistible prurito luego de alojada en el oído mental de quien la escuche, y tras el oído está aquella parte del ser humano que aunque revestida de varias envolturas conoce la verdad.
Por mucho que la niegue el ser humano no podrá substraerse a la verdad una vez que su semilla le haya caído en la conciencia, porque la nutrirá en su subconsciente y en tiempo oportuno brotará y florecerá.
De suerte que no importa si el lector es incapaz de asimilar las enseñanzas desde luego, porque largo es el tiempo y cada cual lo tendrá de sobra para madurar el conocimiento adquirido.
Al fin y al cabo, toda enseñanza no es más que un procedimiento de siembra.
Algunas semillas caerán en pedregales; otras en las márgenes del camino donde las devoren las aves; otras en suelo estéril; pero no dejarán de caer, aunque sean pocas, las que arraiguen en el buen terreno y con el tiempo broten, entallezcan, medren, florezcan y fructifiquen.
LA ILUSIÓN DE LA MUERTE
La humanidad está
hipnotizada por la idea de la muerte. En labios de quienes debieran tener mayor
conocimiento oímos expresiones como las de "la implacable gua-daña de la
muerte", "tronchada en la flor de su edad", "desaparecido
para siempre", "todo acabó para él", "pérdida
irreparable", etc., al hablar de una persona que acaba de marcharse de
este mundo, como si diesen a entender que ha dejado de existir y ya no es nada.
La generalidad de los seres
humanos, independientemente de la fe que
profesan, temen la muerte, les espanta su imagen y les conturba su recuerdo con
invencible terror.
Sin embargo, quienes conocen
la ilusión de la muerte no experimentan tan siniestras emociones; y aunque
naturalmente sientan la temporánea separación del ser amado, saben que no lo
han perdido para siempre, sino que tan sólo pasó a otra fase de vida y que nada
de él se ha aniquilado.
RELATA UNA FÁBULA ÍNDICA:
QUE AL NOTAR UNA ORUGA
LA LANGUIDEZ ANUNCIADORA DEL FIN DE SU ESTADO REPTANTE Y EL PRINCIPIO DE SU
LARGO SUEÑO DE CRISÁLIDA, REUNIÓ A SUS COMPAÑERAS Y LES DIJO: "TRISTE ES
PENSAR EN EL FORZOSO ABANDONO DE ESTA VIDA QUE TAN HALAGÜEÑAS VENTURAS ME
PROMETÍA. SEGADA POR LA GUADAÑA DE LA MUERTE EN LA FLOR DE MI EXISTENCIA, SOY
UN EJEMPLO DE LA CRUELDAD DE LA NATURALEZA. ¡AGUR! MIS BUENAS AMIGAS, ¡AGUR!
PARA SIEMPRE. MAÑANA YA NO EXISTIRÉ." ACOMPAÑADA POR LAS LÁGRIMAS Y
LAMENTACIONES DE LAS AMIGAS QUE RODEABAN SU LECHO DE MUERTE, LA ORUGA PASÓ A SU
OTRO ESTADO. UNA VIEJA ORUGA EXCLAMÓ TRISTEMENTE: "NUESTRA HERMANA NOS HA
DEJADO. SU DESTINO ES TAMBIÉN EL NUESTRO. UNA TRAS OTRA NOS ABATIRÁ LA GUADAÑA
DESTRUCTORA COMO A LA HIERBA DE LOS PRADOS. LA FE NOS MUEVE A ESPERAR
OTRA-VIDA, PERO ACASO SEA UNA VANA ESPERANZA. NINGUNA DE NOSOTRAS SABE NADA DE
CIERTO SOBRE OTRA VIDA. LAMENTAMOS EL COMÚN DESTINO DE NUESTRA RAZA." DESPUÉS
SE MARCHARON TODAS TRISTEMENTE.
La oruga ignore la gloriosa
vida que le espera cuando despierte del sueño de la muerte y se metamorfosee en
policromada mariposa. Pero no hemos de sonreírnos, porque todos tenemos la
misma ilusión que la oruga.
Esta fábula simboliza en unas formas inferiores de
vida, la ignorancia e ilusión de la humanidad.
Todos los conocedores de las
Leyes Espirituales, reconocen en los tres estados de oruga, crisálida y mariposa
una imagen de la transformación que aguarda a cada ser humano.
Porque la muerte para el
hombre no es más que el estado de crisálida para la oruga.
En ninguno de ambos casos
cesa la vida por un solo instante, sino que persiste mientras la Naturaleza
efectúa sus transformaciones.
No hay muerte. Sólo hay vida
con muchas fases y modalidades, a una de las cuales llaman "muerte"
los que desconocen las leyes Espirituales.
Nada muere realmente aunque
todo experimenta un cambio de forma y actividad.
ASÍ
DICE EL BHAGAVAD GITA:
"NUNCA
NACIÓ EL ESPÍRITU NI NUNCA DEJARÁ DE SER. NUNCA HUBO TIEMPO EN QUE NO FUERA,
PUES SUEÑOS SON EL PRIN-CIPIO Y EL FIN. SIN NACIMIENTOS NI MUERTES NI MUDANZAS
PERMANECE EL ESPÍRITU POR SIEMPRE. LA MUERTE NO LO TOCA, AUNQUE PAREZCA MUERTA
LA CASA EN QUE MORA."
Los materialistas arguyen
frecuentemente contra la inmortalidad del alma diciendo que todo en la
naturaleza se disuelve y destruye.
Si así fuese resultaría
lógico inferir de ello la muerte del alma; pero en verdad no hay nada semejante
porque nada muere realmente.
Lo que llamamos muerte o
destrucción, aun del más insignificante ser inanimado, no sé más que un cambio
de forma o condición de su energía y actividades.
Ni siquiera el cuerpo muere
en el estricto sentido de la palabra. El cuerpo no es una entidad sino un
agregado de células que sirven de vehículo a ciertas modalidades de energía que
las vitalizan.
Cuando el alma deja el
cuerpo, las células se disgregan en vez de agregarse como antes.
La unificadora fuerza que
las mantenía agregadas retiró su poder y se manifiesta la actividad inversa.
HA
DICHO ACERTADAMENTE UN AUTOR: "NUNCA ESTÁ EL CUERPO MÁS VIVO QUE CUANDO
MUERTO." Y HA DICHO OTRO AUTOR: "LA MUERTE NO ES MÁS QUE UN ASPECTO
DE LA VIDA, Y LA DESTRUCCIÓN DE UNA FORMA MATERIAL ES EL PRELUDIO DE LA
CONSTRUCCIÓN DE OTRA."
Así vemos que el silogismo
de los materialistas carece de premisa mayor y por tanto ha de ser forzosamente
falsa la conclusión de todo razonamiento en él fundado.
Nadie que transite el camino
de la espiritualidad tomarían en serio el argumento de los materialistas,
aunque fuera cien veces más lógico.
Porque han educado y
actualizado sus facultades psíquicas y espirituales que les dan a conocer que
el alma no perece cuando se disgrega el cuerpo.
Cuando el ser humano es
capaz de desprenderse temporáneamente de su cuerpo físico y actuar
efectivamente en los planos ultraterrenos, le parece fútil y absurda toda
discusión especulativa sobre la vida después de la muerte:
SI
UN SER HUMANO QUE NO HA LLEGADO TODAVÍA A LA ETAPA DE DESENVOLVIMIENTO PSÍQUICO
Y ESPIRITUAL EN QUE SE TIENE PRUEBA SENSORIA DE LA SUPERVIVENCIA DEL ALMA,
DEMANDA UNA PRUEBA DE ELLA, DIGÁMOSLE QUE EN VEZ DE FIJAR SU MIRADA MENTAL EN
EL EXTERIOR LA ENFOQUE, EN SU INTERIOR Y ALLÍ HALLARÁ LA PRUEBA DESEADA.
PORQUE,
COMO NOS ENSEÑA LA FILOSOFÍA, EL MUNDO INTERNO ES MUCHO MÁS REAL QUE EL MUNDO
EXTERNO DE LOS FENÓMENOS.
En efecto, el hombre no
tiene un positivo conocimiento del mundo exterior, pues todo cuanto posee es el
informe que el interno le proporciona de las impresiones recibidas del
exterior.
El hombre no ve el árbol que
mira, sino tan sólo la imagen invertida del árbol retratada en su retina.
Además, su mente ni siquiera
percibe esta imagen, sino sólo el vibratorio informe de los nervios cuyos filamentos
terminales excitó la imagen.
Así no hemos de
avergonzarnos de aprovechar las reservas acopiadas en las intimidades de la
mente donde permanecen muchas verdades profundas.
En el subconsciente de la mente está el conocimiento de muchas verdades fundamentales del universo, entre
ellas las dos siguientes:
1.- La certidumbre de la existencia
de una suprema Potestad que compenetra y mantiene el universo;
2.- La certidumbre de la
inmortalidad de nuestro verdadero ser, del íntimo Yo que ni el fuego abrasa ni
el agua ahoga ni el aire aventa.
La vista mental enfocada en nuestro
interior hallará siempre el Yo con la certeza de su indestructibilidad.
La verdad buscada pertenece
a la interna vida espiritual y no a la externa física, y así por dentro y no
por fuera se ha de buscar al alma.
La mente concreta sólo puede
relacionarse con objetos físicamente materiales; la mente superior, subjetiva o
intuitiva, se relaciona con objetos psíquicos y espirituales.
La mente concreta se
relaciona con el cuerpo y la intuitiva con el alma de las cosas. Por lo mismo,
hemos de buscar el conocimiento respectivo en la región apropiada de nuestro
ser.
DEJAD
QUE EL ALMA HABLE POR SÍ MISMA Y ESCUCHARÉIS SU SONORO, ARMÓNICO, VIGOROSO Y
ESPLENDIDO CANTO, QUE DICE: "NO HAY MUERTE, NO HAY MUERTE, NO HAY MUERTE.
NO HAY MÁS QUE VIDA, Y ESTA VIDA ES ETERNA."
TAL
ES EL CANTO DEL ALMA. ESCUCHADLO EN EL SILENCIO, PORQUE ÚNICAMENTE ASÍ PODRÁN
LLEGAR A VUESTRO OÍDO SUS VIBRACIONES.
ES
EL CANTO DE VIDA NEGADOR DE LA MUERTE. NO HAY MUERTE. SÓLO HAY ETERNA,
SEMPITERNA VIDA.
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