CASI NUNCA ESTAMOS SOLOS O POCAS VECES. LO QUE LOS DEMÁS VEN DE NOSOTROS NO SOMOS NOSOTROS MISMOS EN MUCHAS DE LAS OCASIONES.
NOS VEN RIENDO, SIGUIENDO
UNA CONVERSACIÓN, QUE ESTÁ PUDIENDO PARECERNOS ESTÚPIDA AL FRAGOR DE NUESTROS
PENSAMIENTOS, HABLANDO COMO SI LA VIDA INTERIOR, LO QUE NOS PREOCUPA Y ASOLA,
NO EXISTIESE. PERO EXISTE.
Ni nosotros mismos queremos
escuchar a esa voz que nos pone delante de la verdad. Posiblemente porque la
verdad sea un imposible o porque nos hemos alejado tanto de ella que la
distancia se hace insoportable.
TE HAS PARADO A PENSAR ¿QUÉ
OCURRE DENTRO DE TI? ¿QUÉ SUCEDE MIENTRAS LA VIDA VA PASANDO? O tal vez sea
mejor no saberlo y seguir la comedia de la existencia como un actor más
necesitado de un rescate.
Es importante escucharnos.
Más que oír, sentir lo que pasa por nuestras venas: el rugido de la pulsión del
corazón queriendo llegar al mar de los más profundos deseos.
Es importante quedarnos a
solas. Sin juicios. Sin condicionantes. Sin etiquetas ni opiniones. A solas con
nuestro silencio interior. Libres en la amplitud de nuestra conciencia. Siendo
uno con nuestra alma al desnudo.
Entonces ahí, en ese lugar
sin espacio y en ese momento sin tiempo, acariciar lo mejor que hayamos tenido;
lo mejor que seamos, lo más puro que esté vivo en nosotros. Respirar profundo y
dejar que nuestra conciencia se expanda tan ampliamente que lleguemos a
olvidarnos de que la vida sigue su curso lejos de ese centro dulce y suave que
solo nosotros conocemos.
Hagamos este ejercicio
alguna vez en el día. No hay experiencia más grata.
SÉ CONTIGO LO QUE QUIERAS,
DONDE QUIERAS Y POR LO QUE QUIERAS. SUCEDERÁ DENTRO. NADIE HA DE VERLO. A SOLAS
CON LO MEJOR DE TI.
SERÁ ÚNICO.
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