HAY ETAPAS DE LA VIDA EN LAS QUE TODO PARECE IR MAL. EN LAS QUE SE SUCEDEN LAS DESGRACIAS O EN LAS QUE POR NO HABER NADA QUE NOS SACUDA, NI SIQUIERA ELLAS APARECEN.
Hay momentos difíciles en
los que hay que resistir. Encontrar nuestras fortalezas, apoyarnos en nuestras
creencias, sean estas las que sean, relativizar los daños y enfocarnos en el
instante presente para no rememorar desgracias o adelantar las que aún no han
venido.
Hay instantes en los que
quisiéramos que nos tragase la tierra y dejar así de sufrir. Sin embargo, la
verdadera conquista está en no claudicar, en seguir, en estar presente otro
rato, en continuar un minuto más, unas horas más, unos días más…
Hay situaciones que parecen
propias de un mal sueño, pero aún de las pesadillas se despierta. Todo pasa. Lo
primero que nunca debes olvidar es que tú mismo/a vas a desaparecer, con más
tiempo, con menos pero igualmente lo harás.
Entonces todo se suaviza,
todo es más relativo, más simple, todo menos inmediato y destructivo. Y
mientras te serenas en la desesperación, va apareciendo la calma que siempre da
paso a nuevas situaciones.
OTRAS DISTINTAS EN LAS QUE
YA SABRÁS CÓMO ACTUAR. OTRAS EN LAS QUE TENDRÁS HERRAMIENTAS SUFICIENTES PARA
PARAR TU MENTE ACELERADA Y LLEVARLA TAN CERCA DE LA ESPERANZA COMO TUS DESEOS
DE ALCANZARLA TE INVADAN.
CIERRA LOS OJOS. RESPIRA
PROFUNDO. SUELTA LA ANGUSTIA. SIGUE…
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