EL SER HUMANO ESTA TRANSITANDO TIEMPOS DIFÍCILES,
CON DIFICULTADES DE TODO TIPO, MUCHAS DE LAS CUALES SON NUEVAS Y NO SABE MUY
BIEN CÓMO AFRONTARLAS Y QUIZÁ LA MEJOR FORMULA PARA ELLO SEA AUNAR DOS
FACULTADES, UNA LA “PACIENCIA” Y LA OTRA EL “ESTAR DESPIERTO”
ES DECIR, ESTAR ATENTO Y OBSERVAR TODO LO QUE OCURRE
EN NUESTRA VIDA. TENIENDO PRESENTE QUE LA PACIENCIA NO ES LA
CAPACIDAD DE ESPERAR, SINO LA HABILIDAD DE MANTENER UNA BUENA ACTITUD MIENTRAS
SE ESPERA.
El famoso Oráculo de Delfos ofrece a sus visitantes
una inscripción que literalmente dice así: Conócete a ti mismo. Una
máxima que señala la dirección de para estar despierto y que goza del más
unánime consenso entre todas las culturas del planeta. Al parecer, para la
condición humana, las claves de salida del Laberinto, lejos de hallarse
en los textos más eruditos de las academias, se encuentran tras la puerta de
algo tan intangible y subjetivo como lo pueda ser el propio escenario de la
consciencia.
Un estado que no sólo promete la cesación del
sufrimiento, sino que, al parecer, también posibilita una paz y plenitud
perfectas.
Estar despierto aquel que se conoce a sí mismo no es
una especialidad más que nos faculta a manipular mejor el mundo, sino que más
bien señala un proceso de desaprendizaje mental para vivir lo que
acontece sin perturbación ni ceguera transitoria. El despertar del que se
conoce a sí mismo conlleva un manantial de competencias emocionales y mentales
que, lejos de expresarse en niveles que adormecen la inteligencia mundana,
despiertan la capacidad de observación y permiten experimentar los múltiples
reflejos de la vida, por variados y contradictorios que estos sean.
El despertar del que se conoce a sí mismo, tras
haberse desenmascarado una y mil veces, propicia un vivir el presente
con plena consciencia de los procesos que nuestro cuerpo y nuestra mente
elaboran. Algo así como comer cuando se come, caminar cuando se camina, llorar
cuando se llora y abrazar cuando se abraza. Un estado sin exclusiones ni focos
de sombra que, de otra forma, tienden a desestabilizar a la persona y al
ambiente emocional que la rodea.
RECUÉRDESE QUE LO QUE DEBE IMPORTAR, NO ES TANTO LO
QUE SE VIVE, SINO CÓMO SE VIVE.
Cada ser humano, en función de su capacidad y
evolución, interpreta los sucesos externos de manera diferente. Lo que merece
nuestra atención en el camino de la excelencia, no es lo que sucede, sino lo que
significa. Para unos, lo que sucede será motivo de angustia y, para
otros, significará una enseñanza para el alma.
Conforme se logran despejar las nubes que
parcializan nuestra conciencia y conforme se hace luz en las profundidades de
la mente, no se borrará de un plumazo la otra orilla del río, ni se
eliminará la cruz de toda moneda por más áurea que ésta sea.
Sin embargo, sí sucederá que estaremos facultados
para que la visión dual y contradictoria, inherente a la mente que piensa, nos
resulte tan lúdica como anecdótica.
EN LA CONCIENCIA, NO EXISTEN LA OSCURIDAD Y LUZ,
SINO MÁS BIEN, LUZ, ALGO QUE NO ENCIERRA OPOSICIÓN, SINO UN PROCESO
CONTINUO DE EXISTIR EN EL FLUJO DEL ETERNO AHORA.
La oposición es una categoría de la mente humana, no
un elemento de la Realidad. La clave de la Unidad está en el que “VE” y
no en lo visto. Y donde realmente conviene despejar los nubarrones de la vida
es en el ojo que percibe más sus miles de objetos percibidos como proyecciones
ilusorias. Sin duda, un trabajo que nos conduce al interior, al conocimiento
pleno del SÍ MISMO QUE, LEJOS DE QUEDARSE EN EL YO SUPERFICIAL,
TRASCIENDE A ÉSTE Y SE ADENTRA EN LOS TERRITORIOS DE LA ESENCIA.
SE DICE QUE EL QUE CONOCE A LOS DEMÁS ES SABIO. SIN
EMBARGO, PARA PERCIBIR EL CORAZÓN DEL OTRO, ES PRECISO ADENTRARSE EN EL PROPIO.
NO PODREMOS RECONOCER LOS REFLEJOS DEL ALMA AJENA QUE NO HAYAN SIDO PREVIAMENTE
RECONOCIDOS EN LA DE UNO MISMO. SIN DUDA, CUANDO SE RECUPERA TAL NIVEL
DE DESPERTAR, SUCEDE QUE, DE PRONTO, LOS LLAMADOS PROBLEMAS, SIMPLEMENTE, YA NO
IMPORTAN.
UN VIDEO MUY INTERESANTE PARA DESPERTAR A LO QUE ESTA OCURRIENDO AHORA
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