ALGO TAN SIMPLE Y COMPLEJO A LA VEZ COMO ES LA FORMA DE AFRONTAR TU DÍA A DÍA, COBRA UNA VITAL IMPORTANCIA, PUES SERÁ LO QUE MARQUE LA DIFERENCIA ENTRE SER TÚ QUIEN MANEJE TU VIDA O PERMITIR LA INFLUENCIA DE LOS DEMÁS EN ELLA. POR ESO ES PRECISO QUE DECIDAS SI QUIERES ACTUAR O REACCIONAR.
Conforme el ser humano desarrolla la consciencia y se percata de todos los procesos que su mente expresa durante el día, está en condiciones de evitar la “reacción” automática y ejercer la “acción” voluntaria y consciente.
La diferencia entre “reaccionar” o “accionar” está en que, mientras REACCIONAR DEPENDE DE UN AGENTE EXTERIOR que provoca una respuesta emocional irrenunciable y ajena, el ACCIONAR, POR EL CONTRARIO, ACTÚA DESDE LA INDEPENDENCIA y la consciencia, auto-generándose en coherencia con los valores de nuestra vida.
Sea cual sea la ofensa, el conflicto o contratiempo que nos pongan delante, lo más conveniente y sensato es no responder de manera reactiva al “supuesto agresor”, es decir, ejercer la capacidad de aplazar y a la vez, mantener el control para optar por la acción más adecuada. Si no elegimos cómo actuar, serán las circunstancias sin nuestra intervención las que elegirán por nosotros.
Es evidente que, conforme el ser humano incrementa su nivel de consciencia, desarrolla consecuentemente la capacidad de imaginar su vida y como consecuencia de ello, puede reinventarse a sí mismo y renovar la existencia.
SI EN ESTE MISMO MOMENTO, ALGUIEN LE PREGUNTA QUÉ ES LO QUE QUIERE USTED DE LA VIDA, TAL VEZ SE SORPRENDERÍA DE LA CANTIDAD DE TITUBEOS Y GENERALIZACIONES QUE SU MENTE HARÍA.
Es muy posible que nos dé miedo concretar lo que queremos de la vida y, tal vez, la causa de esa resistencia esté en el hecho de vivir en “la prisión” que nuestros hábitos mentales conforman.
La mente, al igual que un barco, necesita objetivos y metas para navegar. Si no nos decidimos a imaginar y crear ese guión para nuestra vida, serán las olas las que guiarán nuestra nave al hilo de vientos y tormentas. Para navegar la vida, convendrá que pongamos rumbo y dirección.
Una forma de hacerlo es la siguiente: imagine cómo sería un día completo de su vida, una vez pasados cinco años. Imagine todo lo que sea usted capaz de crear con su mente ilimitada. No se deje sabotear por sus creencias limitadoras y ponga el listón bien alto. Escriba el guión de ese día... desde que se despierta, imagine todo lo que hace durante esas 24 horas de su vida futura.
(Construya su sueño minuciosamente con todos los detalles que sea capaz, dónde vive, cómo es su casa, con quién vive, qué decide hacer al levantarse, qué piensa, de qué habla, con quién se encuentra, en qué trabaja, qué es lo que más le importa de la vida, qué cualidad ha desarrollado en mayor medida, qué información selecciona, cómo cuida su cuerpo, cómo se alimenta, qué amigos tiene, cómo cultiva su interior, qué tipo de lectura maneja, cómo es su trabajo y con quién trabaja, qué le importa, qué aficiones tiene, cuánto dinero gana, cuál es su mayor éxito, cómo se gratifica, a quién ama, cómo abraza y expresa sus sentimientos, cómo es su sexualidad, a quién beneficia, en qué es usted más útil, qué proyectos tiene, cuál es su concepción espiritual de la vida, cuál es su contribución a la sociedad, qué desarrollo ha alcanzado en su mente, qué grado de consciencia expresa, qué pasa en sus sueños mientras duerme...).
Un proceso creador que, al igual que un guión biográfico, conviene realizar por escrito, liberándose de los sabotajes limitadores que la mente racional tienda a elaborar. UN PROGRAMA POR EL QUE PERMITIRSE TODAS LAS UTOPÍAS QUE INTELIGENTEMENTE SE PUEDAN CONFORMAR EN LA TRAMA DE ESE FUTURO DÍA.
SI AL FINALIZAR, LO ENSEÑA USTED A UN AMIGO Y ÉSTE LE DICE QUE ESTÁ USTED LOCO, ESO SIGNIFICARÁ QUE SU EJERCICIO HA VALIDO LA PENA.
PASADO EL TIEMPO, SENTIRÁ QUE UN DÍA, HACE UNOS AÑOS, USTED HIZO MAGIA.
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