UNA DE LAS FORMA DE EXPRESIÓN MÁS FRECUENTE, DE LA MOLESTIA QUE NOS PRODUCE ALGO, ES LA QUEJA. ESE LAMENTO QUE POCOS ESCUCHAN A PESAR DE QUE NUESTRA INTENCIÓN SEA SER RECONOCIDOS EN AQUELLO QUE FORMA PARTE DE NUESTRA QUEJA.
Nos quejamos demasiado, porque quejarse es algo fácil de hacer y nos pasa que pretendiendo ser escuchados conseguimos en numerosas ocasiones la reacción contraria.
El efecto de la queja es como el de un veneno que solamente nos tomamos nosotros. A los demás no les importa demasiado porque de otro modo no sería precisa y estaríamos a disposición de la comprensión de quienes tenemos al lado, sin necesitarla.
Posiblemente esté justificada y aún sea necesaria como desahogo del alma. Sin embargo, casi nunca consigue sus objetivos que en el fondo son aquellos ligados a la necesidad de ser escuchados y un apoyo aunque sea únicamente moral.
Otras veces, la queja se hace rutina y se instala de tal modo que se añade a nuestra comunicación diaria, sin darnos cuenta. Tan acostumbrados estamos a sugerir ser vistos y oídos, sin ser escuchados, que la incorporamos como muletillas donde apoyamos los mensajes que transmitimos.
Pero nuevamente, recae sobre nosotros y nos va intoxicando como un lento y letal narcótico que nos produce la sensación de que todo en nuestra vida va mal. Por esta razón, entre otras, debemos evitar quejarnos continuamente.
Podemos elegir, sin embargo, un diálogo con nosotros mismos contándonos lo que nos pasa e imaginando a nuestro yo delante como el mejor interlocutor. Nadie nos va a entender mejor que nosotros, nadie tan dispuesto como uno mismo a tender su mano para consolarnos y sobre todo, nadie que nos lleve hasta el centro del corazón para aliviar nuestro pesar con el mejor de los besos.
Si alguna vez tenemos que quejarnos, probemos a hablarnos en voz alta incluso. Y por qué no, a contestarnos desde el otro lado para ver qué tiene que decirnos nuestro yo interior, dejando que responda libremente lo que llega a nuestra mente.
ESTAREMOS DESPUÉS MÁS CALMADOS Y SOBRE TODO, VEREMOS LOS PROBLEMAS DESDE OTRA DIMENSIÓN PORQUE HABREMOS LOGRADO ASCENDER NUESTRO SUBCONSCIENTE A LA PARTE CONSCIENTE Y AHÍ SER AYUDADOS POR LOS PATRONES DE CONDUCTA QUE DE VERDAD ACTÚAN SIN DARNOS CUENTA.
ES TODA UNA EXPERIENCIA.
OS ANIMO A PONERLA EN PRÁCTICA.
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