HACER LIMPIEZA, ORDENAR ARMARIOS, COLOCAR DESPENSAS, ORDENAR ESTANTERÍAS O SIMPLEMENTE REDISTRIBUIR EL ESPACIO EN LA MESA DE DESPACHO SON TAREAS QUE, DE VEZ EN CUANDO, SE PRESENTAN ABSOLUTAMENTE NECESARIAS. LO MISMO SUCEDE CON LAS EMOCIONES, CON QUIENES NOS RODEAN Y CON LOS PROCESOS MENTALES.
Hay una tendencia al equilibrio después del caos, después de un tiempo de intensa actividad en los logros que nos hemos marcado, todo de forma inconsciente dentro de nosotros tiende a recolocarse. La tempestad trae la calma y la torrencial lluvia, da paso a un día hermoso y soleado.
Uno no puede seguir por inercia, cargando a la espalda la mochila con cosas que ya no sirven, no utilizamos y que han caducado. Hay que tomar las riendas de lo que en el camino se va descolocando, se va perdiendo o simplemente ya no nos es válido, por eso sin prisa pero sin pausa debemos volver a recomponer el escenario de la obra de teatro que cada cual protagonizamos, renovando el decorado y actualizándolo.
COMO HACEMOS EN NUESTRO DÍA A DÍA QUE CADA VEZ QUE LLEGA UNA NUEVA ESTACIÓN, ES NECESARIO REVISAR LOS ARMARIOS PARA HACER HUECO A LO NUEVO, IGUALMENTE HAY QUE HACERLO CON LAS IDEAS, PENSAMIENTOS, SENTIMIENTOS Y EMOCIONES QUE YA NO NOS SIRVEN, PARA QUE LO NUEVO QUE VENGA, ENCUENTRE SU SITIO.
Así debemos hacer con todo lo que se mueve en nuestro interior no podemos seguir reteniendo actitudes de las que siempre renegamos, ni comportamientos que nos alejan de lo que nos gustaría ser, ni pensamientos o formas de pensar que nos dificultan obtener los logros que nos hemos propuesto. Alguna vez hay que sentarse frente a uno mismo y con total sinceridad dialogar con lo que uno siente, desea y anhela para cumplir con sus metas.
Los propósitos que al comienzo del año, la ayoría de las personas solemos hacer, hay que revisarlos nuevamente. Con seguridad aún no estarán concluidos y con suerte, tal vez, aún no estén abandonados. Pasados unos meses este es el momento de recolocar las intenciones, de renovar los contratos con uno mismo y de coger impulso de nuevo para retomar el trabajo y el esfuerzo e incluso ponernos un logro más grande.
De vez en cuando, las emociones se descolocan. La mente se dispersa. De cuando en cuando, las tareas por hacer se acumulan. Los propósitos también.
NO QUEDA OTRA QUE PONERSE A LA TAREA PARA REVISAR, ORDENAR, LIMPIAR, TIRAR O RECICLAR, NO VAYA A SER QUE CARGUEMOS, DÍA TRAS, DÍA CON LA BASURA MENTAL (CONSECUENCIA DE TODO LO QUE NOS IMPREGNAMOS DE CUANTO NOS RODEA) QUE NOS ACOMPAÑA SIEMPRE Y A LA QUE A FUERZA DE PUJARLA, PARECE NUESTRA. PERO NO LO ES.
ASÍ QUE COMENCEMOS SIN DEMORA LA LIMPIEZA ANTES DE QUE PIDA PASO TODO LO QUE HA DE LLEGAR. QUE SEA LO QUE FUERE, ENCUENTRE AIREADA LA MENTE Y FRESQUITO EL CORAZÓN.
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