jueves, 5 de septiembre de 2013

VALORAR LA FUNCIÓN DE CADA SEXO

COMPRENDER LAS DIMENSIONES MÁS GENERALES DE LA SEXUALIDAD, ASÍ COMO EL PAPEL QUE ESTAS CUMPLEN EN LOS DISTINTOS ÁMBITOS, ES ESENCIAL PARA ABRIR CAMINOS FIRMES Y SEGUROS QUE PLANTEEN DISTINTAS POSIBILIDADES Y OPCIONES DE REALIZACIÓN EN LA IDENTIDAD SEXUAL DEL HOMBRE Y DE LA MUJER.

Este análisis propone ampliar la perspectiva acerca de la sexualidad, tema AMPLIO que no sólo incluye los aspectos fundamentales de la reproducción sino que abarca también las relaciones, los valores humanos y la gran cantidad de habilidades necesarias para conducirse acertadamente en la vida.

LA SEXUALIDAD CONSTITUYE UNA PARTE IMPORTANTE EN LA TRAYECTORIA DEL SER ENCARNADO- DESDE QUE SE ES NIÑO HASTA QUE SE LLEGA A ADULTO- Y DESEMPEÑA UNA FUNCIÓN DESTACADA A LO LARGO DE TODA LA VIDA. El fundamento en su crecimiento consiste en proporcionar la información que permita tomar decisiones con conocimiento y responsabilidad sobre los actos, ademá de llegar al conocimiento, que es el propio ser, el arquitecto de su propio desarrollo físico, intelectual, emocional y espiritual.   

Por lo tanto es necesario entender la esencia espiritual que cada sexo conlleva, para imprimir en cada acción realizada, la responsabilidad que deviene de la comprensión profunda de los compromisos específicos que cada sexo tiene.

La personalidad espiritual femenina y la masculina presentan diversos elementos de análisis, su naturaleza es diferente, pero se necesitan y deben complementarse. Es menester valorar entonces, el rol específico de cada sexo.

Al incorporarse la mujer en los distintos ámbitos laborales, culturales, educativos, amplía su visión y proyección personal, lo cual es, gratificante y estimulante. Pero la mujer cumple una función única y específica y que en su íntimo debe valorar, y es la de ser la portadora de la vida ayudando a la perpetuación de la especie de forma particular y a la creación de forma general.

Esta función deben comprenderla por la magnitud que tiene, aceptando sus demandas y posibilidades. Cuando puede valorar esta función en su profundidad, el espíritu encarnado en mujer recibe un conocimiento, que lo faculta a comprender y apoyar otros niveles de acción creativa, impulsando así el progreso en general.

El hombre y la mujer se pueden disponer a la recepción intuitiva del Espíritu Protector y abrir su mente y corazón para lograr momentos de sensibilidad especiales, que les permitan descubrir no sólo los deberes que como sexo deben cumplir, sino también, percibir sus capacidades y aptitudes con las cuales pueden superar barreras y limitaciones.

ESTA MANERA DE ENFRENTAR EL DESAFÍO QUE EL SEXO LE PRESENTA AL ESPÍRITU, IMPLICA ASUMIR EL COMPROMISO PERSONAL DE SUPERACIÓN, EVALUAR LA RELACIÓN ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER EN CADA UNO DE LOS AMBIENTES DONDE ESTOS SE MUEVEN Y SUPERAR SI EXISTEN, LOS ROCES QUE GENERAN ESTADOS REBELDES, DISCONFORMES, DE DOLOR MORAL, IGNORANCIA E IMPOSICIÓN.

CUANDO LA VISIÓN DE UN SEXO HACIA EL OTRO SE TIÑE DE ESTOS ERRORES, NO ES POSIBLE VER EL APORTE PARTICULAR INDIVIDUAL DE CADA UNO Y ESTO SE TRADUCE EN DESVALORIZACIÓN.ESTE SENTIMIENTO TANTO EN UNA MUJER COMO EN UN HOMBRE, ES PARTE DEL ORGULLO QUE SE TRADUCE LUEGO EN ESTADOS DE MACHISMO Y FEMINISMO.

Por eso, cada uno debe buscar en su interior, si hay manifestaciones de sobre valoración que son rasgos que aún quedan por depurar de la personalidad y que limitan valorar el aporte que el otro sexo pude hacer a la pareja, a la vida, al progreso.

ESTE ENCUENTRO DE LOS VALORES DEL OTRO SEXO, ES UN TRABAJO SUTIL QUE PREDISPONE EL SENTIMIENTO DE HUMILDAD Y COMPRENSIÓN.

EL DESAFÍO DE CADA SEXO RADICA TAL VEZ, EN CONSTRUIR Y TRABAJAR JUNTOS SIN EGOÍSMOS, NI INDIVIDUALISMOS, PARA ENRIQUECERSE CON LA DIFERENCIA Y PROYECTARSE ARMONIOSAMENTE, EN OBJETIVOS COMUNES DE EVOLUCIÓN Y PROGRESO.

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