EL Marketing de La Locura y un Cuento para la Reflexión Final.
La compra-venta de la enfermedad es una estrategia altamente exitosa que convierte las situaciones normales de la vida en condiciones de enfermedad psiquiátrica, haciendo que la gente de todos los estratos sociales se preocupe acerca de la "enfermedad mental" más reciente; y que soliciten una pastilla.
LA TEORÍA DEL "DESEQUILIBRIO QUÍMICO DEL CEREBRO" ES EL FRAUDE MÁS EXITOSO DE LA PSIQUIATRÍA.
Al paso de los años, la psiquiatría ha convencido a millones de personas que sus cambios emocionales, se deben a la deficiencia de serotonina y que solamente pueden ser aliviados tomando fármacos que trastornan la mente, como los antidepresivos.
Cuando se dio a conocer la teoría del desequilibrio químico cerebral, surgió una avalancha de críticas y cuestionamientos, tanto que, el Dr. Steven Sharfestein, entonces presidente de la Asociación Americana Psiquiátrica (APA) tuvo que retractarse públicamente diciendo que "no existe 'ninguna prueba contundente de laboratorio que determine la existencia de un desequilibrio químico en el cerebro".
El vocero de la APA, el Dr. Marc Graff, dijo que la teoría del desequilibrio químico del cerebro, ERA PROBABLEMENTE UNA AFIRMACIÓN PROVENIENTE DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA
(No resulta para nada sorprendente si consideramos que sólo por la venta de antidepresivos se mueven más de 13 mil millones de dólares anuales).
Cuando se le preguntó al Dr. David Burns, ganador del premio A.E. Bennett de la Sociedad de Bioética de Psiquiatría, sobre el estatus de la teoría del desequilibrio químico de la serotonina, dijo: "pasé los primeros años de mi carrera, investigando tiempo completo el metabolismo de la serotonina, pero nunca encontré ninguna evidencia convincente de que cualquier trastorno psiquiátrico, incluyendo la depresión, fuera debido a una deficiencia de serotonina del cerebro, de hecho no hay forma de medir los niveles de serotonina en una persona viva, por lo que no hay forma de probar éstas teorías".
A pesar de estos hechos, se les ha prescrito psicofármacos a decenas de millones de personas en todo el mundo, Muchos de los consumidores creen, debido al bombardeo de publicidad, que están corrigiendo una condición física, CONDICIÓN QUE SIMPLEMENTE NO EXISTE.
Recién en el 2004, y después de las innumerables tragedias que se habían registrado, se alertó al público del riesgo que corren los niños y adolescentes al tomar antidepresivos. También los adultos corren los mismos riesgo (entre ellos el suicidio).
Los antidepresivos son peligrosos, causan entre otras cosas, ansiedad, agitación, ataques de pánico, insomnio, irritabilidad, hostilidad, impulsividad, acatisia (intranquilidad severa), hipomanía (excitación anormal, manía leve) y manía (psicosis caracterizada por sentimientos exagerados y alucinaciones).
Mientras que los psiquiatras insisten en que la enfermedad es una condición neurobiológica, y han gastado miles de millones de dólares sin haber conseguido evidenciar esta teoría, el psicólogo Bruce Levine, autor de Commonsense Rebellion (La Rebelión del Sentido Común) está dentro de aquellos que han enderezado los conceptos diciendo: NO SE HAN ESTABLECIDO MARCADORES BIOQUÍMICOS O GENÉTICOS PARA EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN, EL TRASTORNO OPOSICIONISTA DESAFIANTE, LA DEPRESIÓN, ESQUIZOFRENIA, ANSIEDAD, COMPULSIÓN POR EL ALCOHOL O EL ABUSO DE DROGAS, SOBREALIMENTARSE, APOSTAR, O NINGÚN OTRO DE LOS SUPUESTOS ENFERMEDADES, MALES O TRASTORNOS MENTALES.
Evidentemente somos ganado viviendo en una granja de experimentación y exterminio, donde quienes se creen dueños, hacen lo que se les ocurre con el resto de los humanos...
SALGAMOS DE ELLA DE NOSOTROS DEPENDE
UN POCO DE HUMOR PARA DESDRAMATIZAR:
Con un poco de humor, podemos apreciar varios temas: los intereses de los laboratorios farmacéuticos, como la predisposición de la mente a enfermarnos nos juega esa mala pasada y por último como el paradigma de la edad y la fecha de vencimiento que tenemos...eso también está cambiando!!!
Mi tío Poroto
Mi tío Poroto se encontraba bien de salud, hasta que su mujer, mi tía Porota, a instancias de su hija, mi prima Tota, le dijo: Poroto, vas a cumplir 70 años, es hora de que te hagas una revisión médica.
Y para qué si me siento muy bien ?
Porque la prevención debe hacerse ahora, cuando todavía te sientes joven, contestó mi tía.
Por eso mi tío Poroto fue a consultar al médico.
El médico, con buen criterio, le mando a hacer exámenes y análisis de todo lo que pudiera hacerse y que la obra social pudiera pagar.
A los quince días el doctor le dijo que estaba bastante bien, pero que había algunos valores en los estudios que había que mejorar. Entonces le recetó Simgras Grageas, para el colesterol, Bobex para el corazón; Diabetol Plus, para prevenir la diabetes, Total Vitaminol, complejo vitamínico, Abajopres para la presión, Alergicatel para la alergia. Como los medicamentos eran muchos y había que proteger el estómago, le indicó Omeopancex.
Mi tío Poroto fue a la farmacia y gastó una parte importante de su jubilación, por varias cajitas primorosas de colores variados.
Al tiempo, como no lograba recordar si las pastillas verdes para la alergia las debía tomar antes o después de las cápsulas para el estómago, y si las amarillas para el corazón iban durante o al terminar las comidas, volvió al médico.
Este, luego de hacerle un pequeño fixture con las ingestas, lo notó un poco alterado y algo contracturado, por lo que le agregó Nervocalm y Aflojex Max.
Esa tarde, cuando entró a la farmacia con las recetas, el farmacéutico y sus empleados hicieron una doble fila para que él pasara por el medio mientras ellos lo aplaudían.
Mi tío, en lugar de estar mejor, estaba cada día peor.
Tenía todos los remedios en el aparador de la cocina y casi no salía de su casa, porque no pasaba momento del día en que no tuviera que tomar una pastilla.
A la semana, el laboratorio fabricante de varios de los medicamentos que él usaba lo nombró "cliente protector" y le regaló un termómetro, un frasco estéril para análisis de orina y una birome con el logo de la empresa.
Tan mala suerte tuvo mi tío Poroto, que a los pocos días se resfrió y mi tía Porota lo hizo acostar como siempre, pero esta vez, además del té con miel, llamó al médico. Este le dijo que no era nada, pero le recetó Gripedin Dúo y un antibiótico, Sanaxidal.
Para colmo mi tío Poroto se puso a leer los prospectos de todos los medicamentos que tomaba y así se entero de las contraindicaciones, las advertencias, las precauciones, las reacciones adversas, los efectos colaterales y las interacciones médicas. Lo que leía eran cosas terribles.
No sólo se podía morir, sino que además podía tener arritmias ventriculares, sangrado anormal, náuseas, hipertensión, insuficiencia renal, parálisis, cólicos abdominales, alteraciones del estado mental y otro montón de cosas espantosas.
Asustadísimo, llamó al médico, quien al verlo le dijo que no tenía que hacer caso de esas cosas porque los laboratorios las ponian por poner.
Tranquilo, Don Poroto, no se excite le dijo el médico mentras le hacía una nueva receta con Antideprezol Forte Supositorios.
En ese tiempo, cada vez que mi tío cobraba la jubilación iba a la farmacia donde ya lo habían nombrado cliente VIP.
Esto lo hacía poner muy mal, razón por la cual el médico le recetaba nuevos e ingeniosos medicamentos.
El pobre de mi tío Poroto, llegó un momento en que las horas del día no le alcanzaban para tomar todas las pastillas, por lo cual ya no dormía, pese a las cápsulas para el insomnio que le habían recetado.
Tan mal se había puesto que un día, haciéndole caso a los prospectos de los remedios, se murió.
Al entierro fueron todos, pero el que más lloraba era el farmacéutico.
Aun hoy mi tía Porota afirma que menos mal que lo mandó al médico a tiempo, porque si no, seguro que se hubiese muerto antes.
CUALQUIER SEMEJANZA CON LA REALIDAD ES:
" P U R A C O I N C I D E N C I A O NO”
El Marketing de la Locura - Vendiendo la Enfermedad
EL Marketing de La Locura y un Cuento para la Reflexión Final.
La compra-venta de la enfermedad es una estrategia altamente exitosa que convierte las situaciones normales de la vida en condiciones de enfermedad psiquiátrica, haciendo que la gente de todos los estratos sociales se preocupe acerca de la "enfermedad mental" más reciente; y que soliciten una pastilla.
LA TEORÍA DEL "DESEQUILIBRIO QUÍMICO DEL CEREBRO" ES EL FRAUDE MÁS EXITOSO DE LA PSIQUIATRÍA.
Al paso de los años, la psiquiatría ha convencido a millones de personas que sus cambios emocionales, se deben a la deficiencia de serotonina y que solamente pueden ser aliviados tomando fármacos que trastornan la mente, como los antidepresivos.
Cuando se dio a conocer la teoría del desequilibrio químico cerebral, surgió una avalancha de críticas y cuestionamientos, tanto que, el Dr. Steven Sharfestein, entonces presidente de la Asociación Americana Psiquiátrica (APA) tuvo que retractarse públicamente diciendo que "no existe 'ninguna prueba contundente de laboratorio que determine la existencia de un desequilibrio químico en el cerebro".
El vocero de la APA, el Dr. Marc Graff, dijo que la teoría del desequilibrio químico del cerebro, ERA PROBABLEMENTE UNA AFIRMACIÓN PROVENIENTE DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA
(No resulta para nada sorprendente si consideramos que sólo por la venta de antidepresivos se mueven más de 13 mil millones de dólares anuales).
Cuando se le preguntó al Dr. David Burns, ganador del premio A.E. Bennett de la Sociedad de Bioética de Psiquiatría, sobre el estatus de la teoría del desequilibrio químico de la serotonina, dijo: "pasé los primeros años de mi carrera, investigando tiempo completo el metabolismo de la serotonina, pero nunca encontré ninguna evidencia convincente de que cualquier trastorno psiquiátrico, incluyendo la depresión, fuera debido a una deficiencia de serotonina del cerebro, de hecho no hay forma de medir los niveles de serotonina en una persona viva, por lo que no hay forma de probar éstas teorías".
A pesar de estos hechos, se les ha prescrito psicofármacos a decenas de millones de personas en todo el mundo, Muchos de los consumidores creen, debido al bombardeo de publicidad, que están corrigiendo una condición física, CONDICIÓN QUE SIMPLEMENTE NO EXISTE.
Recién en el 2004, y después de las innumerables tragedias que se habían registrado, se alertó al público del riesgo que corren los niños y adolescentes al tomar antidepresivos. También los adultos corren los mismos riesgo (entre ellos el suicidio).
Los antidepresivos son peligrosos, causan entre otras cosas, ansiedad, agitación, ataques de pánico, insomnio, irritabilidad, hostilidad, impulsividad, acatisia (intranquilidad severa), hipomanía (excitación anormal, manía leve) y manía (psicosis caracterizada por sentimientos exagerados y alucinaciones).
Mientras que los psiquiatras insisten en que la enfermedad es una condición neurobiológica, y han gastado miles de millones de dólares sin haber conseguido evidenciar esta teoría, el psicólogo Bruce Levine, autor de Commonsense Rebellion (La Rebelión del Sentido Común) está dentro de aquellos que han enderezado los conceptos diciendo: NO SE HAN ESTABLECIDO MARCADORES BIOQUÍMICOS O GENÉTICOS PARA EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN, EL TRASTORNO OPOSICIONISTA DESAFIANTE, LA DEPRESIÓN, ESQUIZOFRENIA, ANSIEDAD, COMPULSIÓN POR EL ALCOHOL O EL ABUSO DE DROGAS, SOBREALIMENTARSE, APOSTAR, O NINGÚN OTRO DE LOS SUPUESTOS ENFERMEDADES, MALES O TRASTORNOS MENTALES.
http://www.luchaporlosninos.com
Este video es parte del documental en DVD "El Marketing de la Locura: ¿Estamos todos locos?"
Evidentemente somos ganado viviendo en una granja de experimentación y exterminio, donde quienes se creen dueños, hacen lo que se les ocurre con el resto de los humanos...
SALGAMOS DE ELLA DE NOSOTROS DEPENDE
UN POCO DE HUMOR PARA DESDRAMATIZAR:
Con un poco de humor, podemos apreciar varios temas: los intereses de los laboratorios farmacéuticos, como la predisposición de la mente a enfermarnos nos juega esa mala pasada y por último como el paradigma de la edad y la fecha de vencimiento que tenemos...eso también está cambiando!!!
Mi tío Poroto
Mi tío Poroto se encontraba bien de salud, hasta que su mujer, mi tía Porota, a instancias de su hija, mi prima Tota, le dijo: Poroto, vas a cumplir 70 años, es hora de que te hagas una revisión médica.
Y para qué si me siento muy bien ?
Porque la prevención debe hacerse ahora, cuando todavía te sientes joven, contestó mi tía.
Por eso mi tío Poroto fue a consultar al médico.
El médico, con buen criterio, le mando a hacer exámenes y análisis de todo lo que pudiera hacerse y que la obra social pudiera pagar.
A los quince días el doctor le dijo que estaba bastante bien, pero que había algunos valores en los estudios que había que mejorar. Entonces le recetó Simgras Grageas, para el colesterol, Bobex para el corazón; Diabetol Plus, para prevenir la diabetes, Total Vitaminol, complejo vitamínico, Abajopres para la presión, Alergicatel para la alergia. Como los medicamentos eran muchos y había que proteger el estómago, le indicó Omeopancex.
Mi tío Poroto fue a la farmacia y gastó una parte importante de su jubilación, por varias cajitas primorosas de colores variados.
Al tiempo, como no lograba recordar si las pastillas verdes para la alergia las debía tomar antes o después de las cápsulas para el estómago, y si las amarillas para el corazón iban durante o al terminar las comidas, volvió al médico.
Este, luego de hacerle un pequeño fixture con las ingestas, lo notó un poco alterado y algo contracturado, por lo que le agregó Nervocalm y Aflojex Max.
Esa tarde, cuando entró a la farmacia con las recetas, el farmacéutico y sus empleados hicieron una doble fila para que él pasara por el medio mientras ellos lo aplaudían.
Mi tío, en lugar de estar mejor, estaba cada día peor.
Tenía todos los remedios en el aparador de la cocina y casi no salía de su casa, porque no pasaba momento del día en que no tuviera que tomar una pastilla.
A la semana, el laboratorio fabricante de varios de los medicamentos que él usaba lo nombró "cliente protector" y le regaló un termómetro, un frasco estéril para análisis de orina y una birome con el logo de la empresa.
Tan mala suerte tuvo mi tío Poroto, que a los pocos días se resfrió y mi tía Porota lo hizo acostar como siempre, pero esta vez, además del té con miel, llamó al médico. Este le dijo que no era nada, pero le recetó Gripedin Dúo y un antibiótico, Sanaxidal.
Para colmo mi tío Poroto se puso a leer los prospectos de todos los medicamentos que tomaba y así se entero de las contraindicaciones, las advertencias, las precauciones, las reacciones adversas, los efectos colaterales y las interacciones médicas. Lo que leía eran cosas terribles. No sólo se podía morir, sino que además podía tener arritmias ventriculares, sangrado anormal, náuseas, hipertensión, insuficiencia renal, parálisis, cólicos abdominales, alteraciones del estado mental y otro montón de cosas espantosas.
Asustadísimo, llamó al médico, quien al verlo le dijo que no tenía que hacer caso de esas cosas porque los laboratorios las ponian por poner.
Tranquilo, Don Poroto, no se excite le dijo el médico mentras le hacía una nueva receta con Antideprezol Forte Supositorios.
En ese tiempo, cada vez que mi tío cobraba la jubilación iba a la farmacia donde ya lo habían nombrado cliente VIP.
Esto lo hacía poner muy mal, razón por la cual el médico le recetaba nuevos e ingeniosos medicamentos.
El pobre de mi tío Poroto, llegó un momento en que las horas del día no le alcanzaban para tomar todas las pastillas, por lo cual ya no dormía, pese a las cápsulas para el insomnio que le habían recetado.
Tan mal se había puesto que un día, haciéndole caso a los prospectos de los remedios, se murió.
Al entierro fueron todos, pero el que más lloraba era el farmacéutico.
Aun hoy mi tía Porota afirma que menos mal que lo mandó al médico a tiempo, porque si no, seguro que se hubiese muerto antes.
CUALQUIER SEMEJANZA CON LA REALIDAD ES:
" P U R A C O I N C I D E N C I A O NO”
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