EN OCASIONES, NO PODEMOS CAMBIAR LA REALIDAD QUE NOS RODEA. PERO LO QUE SÍ PODEMOS ES TRANSFORMAR NUESTROS PENSAMIENTOS PARA MANEJAR ESA SITUACIÓN CON OTRO ENFOQUE, CON OTRAS PERSPECTIVAS Y NUEVOS ÁNIMOS. NUESTROS PENSAMIENTOS SON LA CLAVE DE NUESTRA CALIDAD DE VIDA.
Nos lo dicen con frecuencia:
si quieres mejorar tu vida aprende a pensar de manera diferente. Suena bien, lo
tenemos claro, pero ¿cómo se hace eso? ¿Mediante qué tipo de alquimia mental
puedes cambiar tus pensamientos? La verdad es que no es tan fácil, el cerebro
no es como una habitación donde uno pueda, de un día para otro, cambiar unos
muebles por otros.
Todo nuestro universo
psicológico es tremendamente resistente. Tampoco funciona de manera tan rápida
eso que tantas veces nos recomiendan de «transforma tus pensamientos negativos
en positivos».
LOS ESQUEMAS MENTALES SON
PROFUNDOS, RÍGIDOS Y MUY POCO DADOS A LA TRANSFORMACIÓN ESPONTÁNEA POR
MUCHO QUE UNO LO DESEE.
Todo ello requiere un
profundo trabajo por nuestra parte, desarrollando una delicada artesanía con la
cual ir rompiendo patrones anticuados y desactivando enfoques mentales que ya
no nos sirven.
Por otro lado, hay algo que
conviene entender, los pensamientos, por sí mismos, no tienen poder sobre
nosotros. En realidad, no son más que experiencias mentales fugaces que van y
vienen. Ahora bien, en ocasiones tendemos a reforzar unos por encima de
otros, damos relevancia a una serie de ideas que no siempre nos benefician. Es
así como surge la ansiedad y así como se van gestando las depresiones.
PENSAR BIEN ES VIVIR
BIEN. Aprender a hacerlo supone caminar hacia un cambio notable en nuestra
realidad inmediata, gracias al cual podremos experimentar por fin eso que tanto
hemos echado en falta…………… el bienestar.
La pregunta clave que
debemos hacernos es: ¿CÓMO APRENDER A CAMBIAR TUS PENSAMIENTOS?
Frederic Charles Bartlett, profesor
de psicología experimental de la Universidad de Cambridge, fue quien sobre 1920
habló por primera vez sobre los esquemas de la mente y sobre algo que sería
decisivo: EL PENSAMIENTO Y EL RECUERDO SE PUEDEN RECONSTRUIR. Él formaba
parte de lo que más tarde se definió como la «revolución cognitiva», un enfoque
psicológico que ponía la atención en los procesos mentales de la persona.
Gracias a la técnica de reestructuración
cognitiva, pueden identificarse pensamientos negativos e irracionales para
después, confrontarlos. Es una forma de sustituir esas creencias que nos supeditan
al sufrimiento por otras más racionales, las cuales nos permiten desarrollar
todo nuestro potencial.
Asimismo, debemos tener muy
presente un hecho: EMOCIÓN Y PENSAMIENTOS SIEMPRE VAN DE LA MANO, SE
RETROALIMENTAN. Es muy complicado decirle a la mente «tómate las cosas
de otro modo y piensa en nuevas soluciones» cuando estamos atrapados
por el miedo, por la angustia o la tristeza.
¿QUÉ PODEMOS HACER EN
ESTOS CASOS? LO PRIMERO ES PARAR LA MENTE
Los pensamientos son como el
agua que fluye La mente deja correr los pensamientos de manera
frenética. Es como un torrente de agua que fluye a toda velocidad. No
siempre somos conscientes de lo que ocurre en nuestro interior, por lo que
puede ser como intentar coger agua con un colador.
La estrategia que debes
seguir para cambiar tus pensamientos es detectar, en primer lugar, cuáles son
precisamente los que deben ser transformados. Es decir, DEBES CONVERTIRTE
EN UN BUSCADOR DE IDEAS NEGATIVAS E IRRACIONALES que contaminan tu
universo psíquico. Para ello, lo mejor es relajarnos, calmar la mente y en un
cuaderno describir esos pensamientos que nos perturban.
Una vez detectados esos
pensamientos negativos hay que llevarlos a la «SALA DEL JUICIO». ¿Qué
significa esto? Que tendremos un diálogo con nosotros mismos para pasar esas
ideas por un filtro, donde nos preguntemos: “¿tiene lógica este
pensamiento?”, “¿me sirve de algo?”, “Si me genera sufrimiento, ¿por qué lo
estoy reforzando?”, “¿Qué es lo que debería hacer con él?”.
El último paso es el más
decisivo y también el más importante. Es aquí donde se eleva nuestro
compromiso y responsabilidad con nosotros mismos. Al fin y al cabo, el proceso
para cambiar tus pensamientos requiere ponerte cara a cara contigo mismo para
descubrir que llevas mucho tiempo saboteándote.
Es tomar conciencia de que
has estado alimentando enfoques destinados a mermar tu autoestima y a dejar
escapar oportunidades vitales que te hubieran permitido ser un poco más feliz.
No obstante, siempre estás a tiempo.
La última etapa en esta
tarea implica reformular esas viejas y dañinas ideas por unas más actualizadas,
optimistas, realistas y útiles. Es eliminar la negatividad para dejar paso
a la esperanza. Es cambiar el enfoque para descubrir de pronto que con esa
variación el mundo cambia y tú también cambias.
PORQUE TE SIENTES MÁS LIBRE,
MÁS SEGURO PARA TOMAR NUEVAS Y MEJORES DECISIONES. NO
DUDEMOS, POR TANTO, EN APRENDER A PENSAR MEJOR PARA VIVIR COMO MERECEMOS.
TENGAMOS UNA MENTALIDAD DE
CRECIMIENTO, LA CUAL TE INDICA QUE TU NO ES LO QUE ERES, SINO LO QUE PUEDES Y
DEBES LLEGAR A SER.
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