DE TODOS LOS MIEDOS QUE EXISTEN, EL MÁS ABSURDO ES TEMER LA FELICIDAD.
Cuando estamos abajo, aunque no nos guste, sabemos que todo lo que venga será mejor. Justo al contrario de lo que ocurre cuando estamos arriba. Aceptar que el siguiente paso puede llevarnos a una zanja o a un escalón es la primera premisa para no quedarnos bloqueados y atrevernos a caminar.
“SI BIEN EN LA ADVERSIDAD NOS SENTIMOS MÁS DESDICHADOS, EN LA DICHA NOS SENTIMOS MÁS VULNERABLES”.
Como escribe Brené Brown: “es más fácil vivir en la decepción que sentirse decepcionado. Te sientes más vulnerable cuando entras y sales de la decepción que cuando tienes en ella tu campamento permanente. Sacrificas la dicha, pero sufres menos”. Lejos de disfrutar cuando todo va viento en popa -y a toda vela- , nos preocupamos por si deja de soplar y nos quedamos en medio de la mar.
¿Quién podría temer la felicidad? -quizás estés pensando. Aquel que teme perderla. ¿Y quién puede temer perder? Aquel que cree que algo le pertenece.
“NO EXISTE LA GANANCIA O LA PÉRDIDA. EXISTE EL DISFRUTE O NO DE LO QUE TE RODEA.”.
EL MIEDO A PERDER, UN FRENO IMPORTANTE PARA EL SER HUMANO
El ser humano tiene una tendencia muy marcada a adueñarse de todo, pocas cosas pueden perturbarle más que verse despojado de cualquier cosa que tiene. Por eso dice el refranero castellano “tanto tienes, tanto vales” es por eso que podría preguntarse “Si no tengo, ¿quién soy?”.
ASÍ, MIENTRAS PIENSA Y BUSCA FÓRMULAS PARA NO PERDER, OLVIDA QUE LA SOLUCIÓN ES NO POSEER.
Las posesiones, son artificios del ser humano. La cosa vendría más o menos a ser así: alguien algún día dijo “esto es mío”, le puso una valla y un buzón con su nombre y los siguientes no solo se lo creyeron sino que se lo quisieron comprar. El verbo tener (poseer) indica propiedad, y la propiedad no es otra cosa que un ‘AUTOAGENCIAMIENTO’ de algo que o no es de nadie o es de todos. No existen tenencias fuera de los registros y de nuestra mente. Por lo tanto, no existe la ganancia o la pérdida. Existe el disfrute o no de lo que te rodea.
UN MIEDO VITAL, EL MIEDO A PERDER… EN EL AMOR
Si adueñarse de las cosas ya trae consigo importantes consecuencias, lo peor viene cuando lo hacemos con las personas. El amor no admite capitalismo(s). NADIE ES DE NADIE, NI POR PERTENENCIA, NI POR CONTRATO.
El amor puro es fruto de dos almas que, libres, deciden encontrarse. En una relación pura no existen derechos u obligaciones, sino deseos y voluntades. La posesividad o los celos no solo hacen un daño terrible a quien lo sufre, sino que suele terminar por destruir la relación. Quien se siente dueño de otro está tan preocupado por no perderle que olvida que la mejor solución para que no se vaya es ganarle cada día. La posesividad se alía con el miedo para sacar lo peor de las personas. “Mientras te preocupas por si te quiere o no te quiere, te estás cargando el amor”.
“EN UNA RELACIÓN PURA NO EXISTEN DERECHOS U OBLIGACIONES, SINO DESEOS Y VOLUNTADES.”.
Otro curioso caso dentro de la estupidez humana de temer la felicidad, es: el de quien ni siquiera comienza por temor a que el final sea malo o esa otra persona quien, directamente, se inflige el propio daño para que no se lo haga otro.
Echar a alguien de tu lado por temor a perderle es como suicidarse por temor a morir.
QUE EL MIEDO A PERDER NO TE QUITE LA SUERTE DE “TENER”.
No temas perder, acepta que nada es tuyo y que no existen las posesiones sino las experiencias y las oportunidades. No se puede disfrutar aquello de lo que no podemos renunciar. POR ESO, APRENDE A VIVIR SIN APEGARTE, SIN NECESITAR… NO EXIGIENDO, PREFIRIENDO, DISFRUTANDO.
NO TEMAS PERDER, PORQUE NADA ES TUYO, TEME NO DISFRUTAR DE LAS INCONTABLES RIQUEZAS DE LAS QUE DISPONEMOS.
NO TENGAS UN AMIGO, VIVE UNA AMISTAD; NO TENGAS UN NOVIO/A, DISFRUTA DEL NOVIAZGO.
NO TENGAS NADA, EXPERIMÉNTALO TODO.
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