Dice el refranero castellano “las prisas no son buenas para nada” o “vísteme despacio que tengo prisa”.
En este universo que nos ha tocado vivir, según nos dice la ciencia, todo está en constante movimiento, nada permanece estático y en ese movimiento al que estamos sometidos desde que nacemos, la clave es el ritmo.
Y LO CIERTO ES QUE CADA SER HUMANO TIENE UN RITMO DISTINTO DE HACER, AFRONTAR Y RESOLVER, LO QUE LA VIDA LE PLANTEA, POR ESO ES DE VITAL IMPORTANCIA QUE CADA UNO SEPA CUÁL ES EL SUYO, TENER EL RITMO ADECUADO, DA SERENIDAD, TRANQUILIDAD Y ARMONÍA.
Hay personas muy intensas; otras más serenas y graduales. Hay quien lo quiere todo pronto y rápido; otros lo prefieren con lentitud y moderación.
La gran mayoría nos movemos por los extremos sabiendo que lo mejor es el equilibrio y nos alejamos de dicho equilibrio tanto cuando nos emocionamos y apasionamos, como cuando nos sumergimos en la tristeza y el desánimo.
De pequeños nuestra madre nos decía que tomásemos sorbos pequeños para no atragantarnos y ahora de mayores es fácil comprender el mensaje tan sabio, uno no puede abarcar más que lo que dan sus brazos, lo dice el refranero muy claro “el que mucho abarca, poco aprieta”. Incluso la buena comida se hace a “fuego lento”
Es muy normal que durante largos periodos de la vida, vayamos a un ritmo cambiado, que no es nuestro, pero poco a poco debemos de recuperar nuestro propio ritmo, para que todo nos resulte más sencillo.
CUANDO ESTAMOS EN NUESTRO RITMO TODO SE SABOREA MÁS, SE DISFRUTA MEJOR, SE ALARGA LA FELICIDAD EN EL TIEMPO O SE DISMINUYE EL DOLOR EN EL ESPACIO.
Todo lo que uno vive va escribiendo un diario invisible que llevamos con nosotros. Muchas veces no hay nada más que volver atrás, a la página que ya está escrita. A las vivencias que ya tuvimos, a lo que ya nos pasó.
Volver a repasar todo minuciosamente, para encontrar las respuestas, que aún nos faltan para entender nuestro proyecto de vida, volver a repasar todo, para no repetir las mismas acciones cuando nos equivocamos y si repetir los mismos procesos que realizamos cuando acertamos.
POR ESO ES NECESARIO, DE VEZ EN CUANDO, VOLVER A REVISAR CÓMO FUE TODO LO QUE NOS PASÓ, LO QUE SENTIMOS, LO QUE NOS ALEGRÓ O LO QUE NOS CAUSÓ DOLOR.
ESA REVISIÓN NOS AYUDARA A MANTENER EL RITMO ADECUADO EN CADA MOMENTO Y NOS PERMITIRÁ AFRONTAR CON UNA MAYOR SERENIDAD, LAS LECCIONES QUE NOS VAYAN LLEGANDO EN LA VIDA.
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