LAS GRANDES PEQUEÑAS COSAS DE LA VIDA
ME SIENTO ANTE ESTE PAPEL EN BLANCO, VACÍO, DESPUÉS DE CUARENTA DÍAS CON SUS NOCHES, SIN HABER ESCRITO NI UNA SOLA PALABRA. INTERPRETO ESE TÉRMINO DE VACÍO Y EN BLANCO DE MANERA DIFERENTE. VACÍO Y EN BLANCO, COMO UNA OPORTUNIDAD PARA LLENARLO CON LO QUE DESEO; LEJOS YA DE SIGNIFICAR CARENCIAS. HOY, EL PAPEL, SIMPLEMENTE, ME ESPERA.
Quiero compartir mi enorme experiencia; nueva e imprevisible. La vida me ha puesto en bandeja la oportunidad de convivir durante treinta y cinco días con dos seres entrañables: una pareja atípica según los cánones al uso. Ella, con 70 años muy machacados por los avatares de la vida, y él, con 58 años, con su particular procesión personal. Ambos pensionistas y con una carga de ternura, de gratitud y de dependencia tan grandes, que, sin yo advertirlo, me han dado una de las lecciones más gratificantes de mi vida.
Interrumpí mi propio ritmo, mi propia existencia para ponerme al servicio de ambos. Dios puso a prueba mi capacidad de tolerancia, de asumir estar siempre acompañada, escuchando historias que nada tenían que ver con mi interés personal. Debo decir que a veces me resultó difícil aceptar no tener ni un minuto para mí. Eché de menos algo tan simple como abrir el horno o coger el teléfono sin que se me preguntara constantemente “qué vas a hacer, a dónde vas y para qué” Al ser yo persona muy celosa de mi espacio vital, tuve que hacer un gran esfuerzo cuando sentía que me iba desquiciando.
Se han marchado hace muy pocos días. Han dejado un vacío y un lleno difícil de descifrar. El vacío que proporciona esa eterna pregunta que nos hacemos de si realmente lo habremos hecho bien del todo. Pero me han dejado el alma llena de la ternura de esta pareja que solamente tienen el quehacer de preguntarse mutuamente si el otro lo quiere. He sido testigo del silencio que a mí me enamora: el silencio que no incomoda. Esta pareja me ha demostrado que, efectivamente, es posible. Que mi visión del silencio no es equivocada. Les he visto horas enteras, ambos sentados alrededor de la mesa de mi cocina, sin hablar palabra.
Simplemente, disfrutando de la cercanía mutua, del roce de la piel y de la riqueza inmensa de sentirse en compañía. Viéndolos, pensé muchas veces en lo sencillo que puede resultar se feliz, cuando le pides tan poco al otro y, sencillamente, das lo mejor de ti. Me emociona constatar que esta pareja, tan limitada en muchas cosas, con esa diferencia de edad importante, se ríe de los arrogantes, de los poderosos y de cuantos cifran su felicidad en las apariencias.
Sé que he hecho una buena obra. Sé que gracias a mí han pasado las Navidades inmersos en nuestro común núcleo familiar. Me arranca una sonrisa saber que les he dado el trato que me gustaría que me dieran en caso de necesitarlo. Y si no lo necesito nunca, pues afortunada de mí.
Se me ha demostrado, una vez más, que no hace falta irse muy lejos para hacer el bien. Que no es necesario ser héroes, sino sensibles a lo que el de al lado necesita ahora mismo. He tenido la oportunidad de comprobar que soy ahora mismo una persona con muchas razones para decir gracias a estos Maestros del alma por su testimonio tan enriquecedor para mí.
Este parón, breve pero intenso, ha servido para reflexionar mucho. Me ha servido para volver a disfrutar de mi vida, de mi espacio vital. Para respirar con más fuerza y ver la libertad y la soledad con más bellos matices.
Gracias, querida pareja. El ejemplo dado me va a acompañar siempre.
Gracias por el testimonio callado. Gracias porque al abrazarte, Laurita, yo revivía el mismo tacto que tenía mi madre. No en vano tu madre y la mía eran hermanas. Solo por eso ha valido la pena. Y gracias a ti, José, porque el cariño que derrochas no tiene precio.
Y gracias porque en estos días se ha acelerado mi recuperación y, en breve, retomaré mi vida profesional.
¿Habrá tenido alguien mejores Reyes?
“EL AMOR ES EL ÚNICO CAMINO, LA HUMILDAD ES EL CALZADO PARA ANDARLO, LA FE ES LA VISTA PARA VERLO, LA CARIDAD ES LA LUZ DEL DÍA, EL DESEO DE APRENDER LAS LUCES DE LA NOCHE”
ESTE ARTICULO ES UNA COLABORACIÓN DE JOTATE
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