Otro año, otro nuevo giro de la tierra alrededor del sol. Para una gran parte de nuestra civilización que transita el año 2.010, no tiene importancia cuantos viajes realizó la tierra rodeando a su estrella o nuestro sistema solar a través de la vía láctea.
Dicho transito muchos lo hacen con nuevos deseos, propósitos, esperanzas, pero, considerando los pronósticos de los profesionales en el tema de la crisis sistémica y los fracasos de las cumbres mundiales, nos pertenece a todos un gran desafío, el confrontar con grandeza al sistema de dominio, cuya acumulación de bienes en manos de unos pocos es un crimen hacia el género humano y hacia nuestro mundo natural.
Sabemos de Imperios caídos en el transitar de la historia, sabemos de civilizaciones hedonistas, del significado de sus cenizas, no importa las formas del derrumbe, el signo siempre fue el abuso del poder, la opresión, el exceso de riqueza en manos de unos pocos, siempre fue la crisis espiritual la causa que engloba a todas las crisis.
Este desafío lo debemos continuar (pues ya lo han iniciado muchos seres independientes comprometidos con el cambio y miles de organizaciones civiles con distintas orientaciones) pero quizás de una manera más organizada entre todos, fluida y prioritaria para que el despertar sea global, nos alcance a todos y no solo a unos pocos y también debemos buscar un común denominador, algo que nos acerque a todos los seres humanos cuya acción nos una a todos los que estamos fuera del poder neoliberal, que hoy por hoy manda y domina todos los sectores de nuestra sociedad.
El ver la realidad con claridad, el no engañarnos ni engañar a los demás, el sentimiento autentico de hermandad entre todos los seres humanos, el comprender que los problemas de los demás también son los nuestros, debe ser el elemento catalizador para acelerar los cambios necesarios para entre todos hacer ese mundo mejor, más justo, donde todos tengamos las mismas oportunidades y donde volvamos a sentir a la madre tierra como algo nuestro.
Los seres humanos del mundo en el momento actual donde unos padecen las consecuencias del sistema y otros adormecen en un conformismo ciego, inducidos a un consumo en gran parte innecesario y bajo políticas sociales que conducen al aislamiento.
El poder anónimo. DE LOS QUE MANEJAN LOS HILOS DEL MUNDO, está en las manos de pocas personas y corporaciones que DICTAN las tendencias sociales en favor de sus negocios, se sirven de los políticos, manejan la publicidad y la información unidireccional vertiginosa, hasta el miedo (a través de los medios audiovisuales) es inducido para fomentar el repliegue y el individualismo (cada cual cuida su pequeño espacio y no se compromete), inclusive se fomentan algunas teorías en libros y cursos de autoayuda que mal interpretadas conducen a un exacerbado desapego y desidia.
El cambio, la fuerza, la capacidad de lucha, para ponerle solución a todo esto tiene que surgir de nosotros, los llamados “CIUDADANOS DE A PIE” o “MAYORIA SILENCIOSA”, pues despiertos y unidos, seremos grandes por el hecho de ser millones, con un solo pensamiento “UN MUNDO MEJOR PARA TODS” consiguiendo ESA “MASA CRITICA” necesaria para crear los cambios que nos llevaran una sana rebeldía a una RE-EVOLUCIÓN contra el sistema actual impuesto por unos pocos a unos muchos de seres humanos.
En la antigua Grecia el trabajo estaba en las manos de los esclavos y el ocio creativo correspondía a los hombres libres (artes serviles y artes liberales).
El trabajo es aproximación hacia las cosas, a la realidad física, el ocio implicaría llegar a las proximidades de sí mismo. Si el ser humano se funde con las cosas y no logra insertar la actividad laboral en un sistema de fines espirituales, se debilita en su ser más profundo.
Pasaron los siglos y de un modo u otro todos somos esclavos del sistema neoliberal, todos de alguna manera trabajamos para este sistema, el quiebre es tan extremo que ni siquiera existe el trabajo para millones de personas, que son arrojadas a las calles, a refugios o a los modos de vida más perversos para poder subsistir.
También en Grecia, el dedicarse a los negocios, significaba, negar el ocio creativo, (negocio, negación del ocio).
Hoy para los amos, los señores del sistema, los negocios son el fundamento del poder, y la acumulación de dinero es su común denominador.
El dinero es un bien en sí mismo, ya sea en función particular o en función del bienestar comunitario, la finalidad del dinero está dada por cada ser humano.
Su acumulación en manos del poder con la exclusiva finalidad material, conduce a que esta misma materia termina por imponer su norma, que es indiferente a la actividad del espíritu, así deshumanizados, son insensibles al daño, al dolor, a la injusticia y al sometimiento que generan a través del dinero y por el dinero.
Nuestro común denominador debe surgir de ese ocio creativo (de ese tiempo para nosotros mismos) del cual nos hemos apartado, pues hasta nuestros tiempos de descanso, relación con los demás y lo que nos rodea, son en función del trabajo.
El ocio como interiorización, meditación, el conocimiento de nosotros mismos, volver al contacto con la naturaleza, poner en nuestra escala de valores a los seres humanos por delante de las cosas, el ocio hacia un despertar de la conciencia, mirando la realidad tal cual es, sin buscar culpables, sin resentimiento, sin temor, pues ambos generan ira, y la ira, violencia.
Con un compromiso tanto individual como colectivo que tienda hacia una conciencia global, entonces ese ocio creativo se convierte en un obrar creativo.
El obrar creativo es nuestro común denominador y es un comienzo de grandeza si entendemos lo que significa obrar creativamente.
Y eso significa trabajar en la creación de un mundo mejor para todos, crear el camino que no conduzca a él, crear el camino y caminar. Decía un buen amigo mío ”NO DEBE IMPORTAROS CAMINAR DESPACIO, LO QUE DEBE IMPORTAROS ES EL NO CAMINAR”.
“CAMINAR” es la elección del hacia donde y desde donde, pues es la metáfora de la libertad y del movimiento (lo contrario a la esclavitud del sistema actual), se puede andar siendo discapacitado físico por miles de mundos, y alguien que vive viajando puede estar sedentario en dos o tres ideas fijas.
Caminar significa a qué se le da prioridad, con quién se vive la vida, de qué modo se construye el camino, a qué se le dedica el pensamiento.
Humanidad que camina, sentimiento que habla y espíritu que avanza es abrazar un obrar creativo, nuestro común denominador, la CONCIENCIA que nos une, es el primer paso de un desafío de grandeza para que este 2.010 sea el año del despertar de la conciencia a nivel global y podamos entre todos llevar a cabo LA RE-EVOLUCIÓN, que no es ni más ni menos que volver a transitar por el camino de la evolución tanto individual como colectiva.
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