CIERTO DÍA, ME DI CUENTA QUE EL
MUNDO ERA DEMASIADO COMPLEJO PARA SER COMPRENDIDO.
INTENTABA BUSCAR LAS RESPUESTAS EN PERSONAS Y LUGARES.
FUE CUANDO PERCIBÍ QUE ERA NECESARIO COMPRENDERME A MÍ, ANTES DE COMPRENDER AL MUNDO.
Intenté entrar en mi mente, y comprendí que ella siempre había estado abierta,
esperando que la explorara.
Comencé andando en medio de los sentimientos: Descubrí los misterios del amor, vi
la belleza de la amistad, sentí la fuerza
de la esperanza y lloré con la tristeza del odio.
Así estaba, fascinado con el mundo de los sentimientos, cuando en un
determinado momento me caí.
En esta caída fui arrastrado a un lugar frío y triste.
Comencé a andar por los laberintos más oscuros.
No conseguía ver nada, mis manos no conseguían tocar nada... El miedo crecía
más y más.
Percibí que había entrado en el mundo de las dudas y de la incertidumbre.
Era imposible decidir. Era inútil intentar
volver y arriesgado seguir. Me quedé parado, sintiendo que el miedo me dominaba.
Cuando el miedo, las dudas y la incertidumbre ya eran más grandes que yo, fui
envuelto súbitamente por una enorme certeza: "Lo que quería era salir lo
más rápido posible de aquella situación y de aquel lugar".
Y, de pronto, como si fuera magia, salí de aquel lugar horrible.
Me di cuenta que para vencer las dudas, la incertidumbre y el miedo, necesitaba
solamente tener un objetivo y avanzar.
Donde estaba ya no era aquel mundo triste y gris, al contrario, era iluminado y
alegre. Vi. un lago y caminé hacia él.
En sus aguas cristalinas, vi reflejarse el siguiente mensaje: "Continúa caminando y descubrirás las respuestas para todas tus preguntas".
Allí me di cuenta de que estaba en el mundo de la sabiduría.
Obedecí y seguí caminando. Conocí
diversos mundos, cada uno con sus encantos y misterios.
Al final de mi caminata, cuando todos los mundos ya se habían presentado, asumí
que solamente conociendo mi mente, podría comprender al mundo y así descubrir
el verdadero sentido de la vida, y lo principal:
Llegar al corazón de los demás a través de mi propio corazón.
¿Cómo comprender a los demás si no nos conocemos en profundidad?
¿Cómo descubrir el verdadero sentido de la vida si muchas veces la vivimos sin sentido?
¿Cómo llegar al corazón si no sabemos apreciar en nosotros muchas veces sus latidos?
Los caminos más importantes son los que van hacia nuestro interior.
En esos caminos vamos y venimos a diario, algunas veces nos encontramos...otras
tratamos de no vernos porque nos asalta la duda, el temor, la incertidumbre...
Caminamos y caminamos.
Pocas veces nos detenemos a mejorar esas rutas tan importantes que atraviesan
de punta a punta nuestra mente.
Cuando nos asalta el miedo, o tememos fracasar nos sentamos al borde del camino
y nos quedamos quietos...
Parece que las fuerzas nos abandonan, que no podemos seguir y sin embargo el seguir caminando aún con el paso
tembloroso, mirando hacia adelante, hacia la meta nos permitiría llegar a
nuestro destino.
La sabiduría no se obtiene en
el andar por caminos llanos.
Al contrario, podemos considerarnos sabios si
ante los obstáculos no interrumpimos nuestra marcha y seguimos caminando aún sintiendo
que el terreno no está firme.
Cuando las dudas, el miedo, o la oscuridad nos cieguen pisemos con todas
nuestras fuerzas y sigamos avanzando porque sólo si no nos detenemos podremos encontrar las respuestas a todos los interrogantes
y de esta forma descubriremos día a día el verdadero sentido de la vida.
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