LO
QUE MÁS LE CUESTA AL SER HUMANO ES LO QUE LLEVA EN SÍ MISMO LA SOLUCIÓN, PUES
HAY QUE ESFORZARSE, TRABAJAR Y ARRIESGAR. TEMEMOS A LAS ADVERSIDADES, A LAS
CRISIS, A LOS CAMBIOS, PERO SIN ELLOS NO HABRÍA CRECIMIENTO, CREATIVIDAD NI
AVANCE SOCIAL, NI PERSONAL.
Para
todo esto rescatamos una palabra que apenas era conocida y que está en pleno
vigor hoy en día se trata de LA PALABRA RESILIENCIA.
Se
define como la capacidad para afrontar la adversidad. Es algo así como la
ductilidad de un mineral, o cualquier otra sustancia, para romperse o
adaptarse.
El
término “resiliencia” viene de la palabra resilio, que significa
“rebotar”, en el sentido de coger impulso ante una caída.
Es
una capacidad que se aprende, no es necesariamente innata y que depende de la
actitud, de la voluntad, de la creencia en uno mismo y sus posibilidades, del
afán de no ahogarse en los problemas.
Hoy más que nunca debemos utilizarla, para poder entender lo que esta sucediendo en este momento transcendental de la historia de la humanidad, que jamás se había dado antes.
El
verdadero caos en la vida las personas, viene en numerosas ocasiones dado por
la pereza que les asiste para encontrar soluciones. Es más fácil dejarse llevar
tobogán abajo.
Gran
parte del éxito en nuestra relación con la adversidad es LA “ACEPTACIÓN”, EN
PRIMER LUGAR, DE LO INEVITABLE. A veces esto lleva un tiempo. Otorguémonos ese
espacio temporal. Será necesario para recomponer el mapa de nuestra mente y
nuestra alma.
REVISEMOS
“NUESTRO DIÁLOGO MENTAL”, en él hay muchas trampas en las que caemos muy
fácilmente. ¿Nos engañamos, nos perdonamos con demasiada facilidad y también
nos culpamos con demasiada rapidez?
Hagamos
una revisión de este continuo dialogo con la mente.
Paremos
a descansar. LAS ADVERSIDADES SON TRAUMÁTICAS Y REQUIEREN UNA PARADA. Tomemos
aliento. Separémonos de ellas. Observémoslas sin implicarnos (aunque nos
impliquen); pensemos que le han sucedido a otra persona y decidamos qué actitud
tomaríamos en ese caso.
Salgamos
a dialogar con ellas desde una actitud constructiva. ¿Qué me enseña el dolor
que estoy pasando? ¿Para qué me sucede? ¿Qué tengo que aprender de esta
experiencia? ¿Cómo debe ser el siguiente paso?
Debemos
poner mucha atención al paso que está por dar, y que será el primero de una
nueva situación, debemos encontrarnos con nuestra fortaleza interior y
recomponernos junto a otras personas de valor que sean significativas para
nosotros.
LA
VERDADERA CRISIS ES LA CRISIS DE LA DISOLUCIÓN DE NOSOTROS MISMOS EN LO QUE
DUELE. NO ES MOMENTO DE PERDERNOS, SINO DE ENCONTRARNOS DENTRO.
TODO
ESTÁ EN NOSOTROS. FUERA, ESO QUE LLAMAMOS REALIDAD NO ES MÁS QUE LOS
PENSAMIENTOS Y LOS JUICIOS QUE HEMOS CONSTRUIDO DENTRO.
NO
HAY CRISIS INSERVIBLES. NO HAY ADVERSIDAD QUE NO SEA UNA MAESTRA.
LA
REALIDAD EMPIEZA Y TERMINA CON CADA UNO. TODO DEPENDE DE LA ACTITUD CON QUE
ENFRENTEMOS LAS SITUACIONES ADVERSAS.
REFLEXIÓN
FINAL
EL ODIO HAY QUE COMPENSARLO CON AMOR, SI SE COMPENSA CON ODIO, SIEMPRE
QUEDA ODIO SOBRANTE, POR ESO LOS SABIOS NO RECHAZAN AL CULPABLE, NO LE ACUSAN,
NO LE JUZGAN, DEJAN SIMPLEMENTE QUE EL AMOR ACTÚE.
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