A VECES, EL ENEMIGO QUE
IMPIDE NUESTRO BIENESTAR ES EL TIPO DE DIÁLOGO INTERIOR QUE TENEMOS. VAMOS A
VER DE QUE FORMA Y MANERA PUEDES MEJORAR TU VOZ INTERIOR PARA SENTIRTE MEJOR.
Todos contamos con una voz interior con la que, de alguna manera, mantenemos conversaciones, un yo imaginario al que le hablamos y nos habla. En algunos casos, posee un tono amable y sirve de apoyo. No obstante, hay quienes conviven con una voz interna que no les ayuda. Este tipo de diálogo tiene consecuencias sobre la salud mental y física.
Incluso en los momentos en
los que la gente piensa que la voz hostil está callada, en realidad está allí.
Sin embargo, aplicando ciertas estrategias, puedes detener tu diálogo interno.
LA IMPORTANCIA DEL DIÁLOGO
INTERNO
A menudo, la importancia
del dialogo interno está infravalorada, llegando a pensar que nuestra
manera de pensar no importa demasiado. Sin embargo, la evidencia científica
muestra que la forma en la que hablamos con nosotros mismos tiene gran
influencia.
En diferentes trabajos de
investigación, los autores hicieron una comparación entre verbalizaciones
positivas y negativas. Dentro de sus conclusiones, mencionan que las
expresiones positivas son la mejor opción para favorecer la satisfacción
corporal.
A la luz de estas
evidencias, podemos valorar un poco mejor las consecuencias de mantener un
diálogo interno negativo. Después de todo, un aspecto clave es el
bienestar psicológico, y las voces negativas lo perjudican. Si cambias la
manera en que hablas contigo, verás que te sientes mejor.
PAUTAS
PARA DETENER EL DIÁLOGO INTERNO NEGATIVO
Lo primero que debes saber
es que el tipo de diálogo que tienes contigo mismo no surge de pronto. Estas
verbalizaciones internas aparecen a partir de diferentes experiencias positivas
o negativas que constituyen tu sistema de creencias. En otras palabras, es
posible decir que es algo que aprendes con el paso del tiempo.
Por lo tanto, también
puedes aprender a mantener un diálogo interno más positivo que te genere
satisfacción. Para alcanzar este objetivo, solo necesitas desarrollar ciertos
hábitos en tu vida cotidiana, como los que describimos a continuación.
1. PRESTA ATENCIÓN A LOS
SESGOS COGNITIVOS
Los sesgos cognitivos son
errores en el procesamiento de la información que producen percepciones
alteradas de la realidad.
Siguiendo esta
línea, identificar y desechar los sesgos cognitivos mejora nuestro diálogo
interno. Un ejemplo de esto sería el pensamiento catastrofista, que lleva
a las personas a imaginar siempre los peores escenarios posibles. En esta
situación podrías preguntarte: ¿qué probabilidad hay de que ocurra en realidad?
Seguro que notarás que es algo poco racional.
2. ESCUCHA LA VOZ DE TU
INTERIOR
Un error común que cometen
las personas es pensar que ignorar lo negativo es suficiente para evitar el
malestar. En este sentido, es crucial recordar que todo lo que no se
procesa como es debido vuelve a resurgir como un síntoma.
Empieza a escuchar las verbalizaciones
que con frecuencia te dices durante el día. De ser posible, anótalas en un
cuaderno, así, podrás comprender mejor cómo tu diálogo interior afecta tus
emociones.
3. INTEGRA VERBALIZACIONES
POSITIVAS A TU VIDA DIARIA
Una vez que identificas las
expresiones negativas que te hacen sentir mal, es momento de reemplazarlas por
otras positivas. Existen diferentes frases o mantras que puedes aplicar en
distintas situaciones para regular tus emociones.
No solo basta con reconocer
las ideas negativas y desecharlas, si quieres detener tu diálogo interno
negativo, también debes incluir cosas positivas. Por ejemplo, un pensamiento
negativo típico puede ser: “si algo sale mal, voy a angustiarme mucho”.
En su lugar, podrías decir “si se presenta un problema, lo tomaré con calma
y lo resolveré”.
4. TRABAJA EN TU AUTOESTIMA
Tu voz interior tiene mucho
que ver con tu autoestima. Los individuos que de modo constante se dirigen
críticas destructivas, suelen tener una mala percepción de sí mismos.
En consecuencia, una
estrategia útil para reducir el diálogo negativo es tener una visión más
amable de tu persona. Recuerda que, así como tienes debilidades, también
tienes virtudes que te han ayudado a crecer. Intenta hacer una lista con tus
cualidades positivas y negativas para que puedas tener una percepción más
realista.
5. ENFÓCATE EN EL PRESENTE
Con frecuencia la gente
tiende a preocuparse en exceso por el futuro o piensan demasiado en el pasado.
Si solo piensas en las cosas que te faltan, en lo que podría pasar o los
errores, sentirás malestar. Además, ten en mente que no hay forma de cambiar el
pasado y el futuro todavía no ha llegado. Caer en estos círculos viciosos no te
ayudará a detener tu diálogo interno negativo.
Cuando desarrollas un
enfoque que tiende a centrarse en el presente, aumentas tu capacidad de
respuesta y resolución de conflictos. De nada te sirve gastar energía mental y
física en un problema que no existe, o en algo que ya no se puede modificar. En
cambio, si abordas las situaciones según se presentan, podrás enfrentarlas
mejor.
6. BUSCAR AYUDA PROFESIONAL
Considera recibir
acompañamiento por un profesional para abordar tu malestar emocional. La
consulta es un espacio en el que se pueden estudiar en profundidad las causas
del diálogo negativo y comprender su función. De este modo, el psicólogo o
psicoterapeuta podrá utilizar diferentes técnicas para ayudarte a desarrollar
una voz interior más amable.
Cabe señalar que en
ocasiones el diálogo interno negativo puede relacionarse con cuadros
clínicos como la depresión o ansiedad. En esos casos, la intervención
psicológica o psiquiátrica siempre será la mejor alternativa. No solo para
detener el diálogo interno negativo, sino también con el fin de tratar la
afección psicológica.
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