LA SOLEDAD: ¿APRENDER A
VIVIR SOLOS O ANIMARNOS A BUSCAR RELACIONES?
LOS PSICÓLOGOS CONSIDERAN QUE ALGUIEN ESTÁ SOLO CUANDO NO MANTIENE COMUNICACIÓN
CON OTRAS PERSONAS O CUANDO PERCIBE QUE SUS RELACIONES SOCIALES NO SON
SATISFACTORIAS.
LA SOLEDAD EL MAL DE NUESTRO SIGLO XXI ESTA CONSIDERA ADEMÁS LA PUERTA DE
ENTRADA A NUMEROSAS PATOLOGÍAS, EN LA ACTUALIDAD SEGÚN LOS ÚLTIMOS ESTUDIOS
REALIZADOS POR VARIOS SOCIÓLOGOS DE DIFERENTES PAÍSES, SOLAMENTE EN EUROPA
AFECTA AL 25% DE LA SOCIEDAD, ES DECIR UNO DE CADA CUATRO SERES HUMANOS…….ESTA
SOLO.
TRES CARACTERÍSTICAS DEFINEN LA SOLEDAD: ES EL RESULTADO DE RELACIONES SOCIALES
DEFICIENTES, CONSTITUYE UNA EXPERIENCIA SUBJETIVA YA QUE UNO PUEDE ESTAR SOLO
SIN SENTIRSE SOLO O SENTIRSE SOLO CUANDO SE HALLA EN GRUPO; Y, POR ÚLTIMO,
RESULTA DESAGRADABLE Y PUEDE LLEGAR A GENERAR ANGUSTIA.
La soledad, salvo
excepciones, es una experiencia indeseada similar a la depresión y la ansiedad.
Es distinta del aislamiento social, y refleja una percepción del individuo
respecto a su red de relaciones sociales, bien porque esta red es escasa o
porque la relación es insatisfactoria o demasiado superficial.
Se distingue dos
tipos de soledad:
1.- LA EMOCIONAL, O AUSENCIA
DE UNA RELACIÓN INTENSA CON OTRA PERSONA QUE NOS PRODUZCA SATISFACCIÓN Y
SEGURIDAD,
2.- LA SOCIAL, QUE SUPONE LA
NO PERTENENCIA A UN GRUPO QUE AYUDE AL INDIVIDUO A COMPARTIR INTERESES Y
PREOCUPACIONES.
Parece, por otro lado, que
la soledad está relacionada con la capacidad de las personas para manifestar
sus sentimientos y opiniones.
Cuando nuestra habilidad
para relacionarnos es deficiente, aumenta la probabilidad de que nos quedemos
solos ya que las relaciones que mantenemos son menos entusiastas y empáticas.
En general, las personas con problemas de neurosis se muestran convencidas de
que no resultan amables ni dignas de ser apreciadas, y rechazan cualquier tipo
de amigos potenciales con el objetivo de protegerse a sí mismos del posible
rechazo.
La soledad está muy
relacionada con la pérdida de relaciones con ese conjunto de personas
significativas en la vida del individuo y con las que se interactúa de forma
regular. La definición más común de soledad es la de carencia de compañía y que
se tiende a vincularla con estados de tristeza, desamor y negatividad, obviando
los beneficios que una soledad ocasional y deseada puede reportar.
LA AUSENCIA DE UN SER
QUERIDO
Cuando (por separación en la
pareja, fallecimiento de un ser querido u otra causa) desaparece de nuestra
vida alguien a quien hemos amado o que ocupaba un espacio estelar en nuestra
cotidianeidad, nos invade una particular sensación de soledad, un vacío, una
nada enmudecida que nos sume en la tristeza y la desesperanza. Hemos de
sobrellevar la dolorosa percepción de orfandad, de ausencia de una persona
insustituible. Nos vemos perdidos y sin referencias en las que antes nos
apoyábamos para afrontar la vida.
Somos seres sociales que
necesitamos de los demás para hacernos a nosotros mismos. Y no sólo para cubrir
nuestras necesidades de afecto y desarrollo personal, sino también para
afianzar y revalidar nuestra autoestima, ya que ésta se genera cada día en la
interrelación con las personas que nos rodean.
La pérdida es irreemplazable
pero no debe ser irreparable. Ese hueco o, mejor, su silueta, quedará ahí, pero
si nos permitimos sentir la tristeza y nos proponemos superarla a base de
confianza en nosotros mismos, podremos reunir fuerzas para establecer nuevas
relaciones que cubran al menos parcialmente ese déficit de amor que la ausencia
del ser querido ha causado.
HEMOS DE INTENTAR QUE LA
CARENCIA DE ESA PERSONA NO SE CONVIERTA EN UNA CARENCIA GENERAL DE RELACIONES.
ESTA SOLEDAD ES DOLOROSA, PERO PUEDE CONVERTIRSE EN POSITIVA SI LA
INTERPRETAMOS COMO OPORTUNIDAD PARA APRENDER A VIVIR EL DOLOR SIN QUEDARNOS
BLOQUEADOS. Y PARA GENERAR RECURSOS Y HABILIDADES PARA CONTINUAR TRANSITANDO
SATISFACTORIAMENTE POR LA VIDA.
Debemos interiorizar y
controlar el dolor, sabiéndolo parte inherente a la vida, aprendiendo a no
temerlo y a no mantenernos al margen del sufrimiento como si de una debilidad o
incapacidad se tratara. Quien sabe salir del dolor está preparado para
disfrutarla la plenitud en momentos venideros.
LA SOLEDAD SOCIAL
La de quien apenas habla más
que con su familia, sus compañeros de trabajo y sus vecinos es una soledad muy
común en este mundo nuestro. Nos sentimos incapaces de contactar con un mínimo
de confianza con quienes nos rodean, tememos miedo que nos hagan o nos
rechacen.
PLANTAMOS UN MURO A NUESTRO
ALREDEDOR, NOS ENCERRAMOS EN NUESTRA PEQUEÑA CÉLULA (EN OCASIONES, INCLUSO
UNIPERSONAL) Y VIVIMOS EL VACÍO QUE NOSOTROS MISMOS CREAMOS Y QUE JUSTIFICAMOS
CON PLANTEAMIENTOS COMO "NO ME ENTIENDEN", "LA GENTE SÓLO QUIERE
HACERTE DAÑO", "PARA LO ÚNICO QUE LES INTERESAS ES PARA SACARTE
ALGO", "CADA VEZ QUE CONFÍAS EN ALGUIEN, TE LLEVAS UNA
PUÑALADA".
Si la soledad es deseada
nada hay que objetar, aunque la situación entraña peligro: el ser humano es
social por naturaleza y una red de amigos con la que compartir aficiones,
preocupaciones y anhelos es un cimiento difícilmente sustituible para asentar
una vida feliz. Es una meta difícil y las estructuras y hábitos sociales de
nuestra civilización frenan este empeño de hacer y mantener amistades, pero
merece la pena empeñar lo mejor de nosotros en el intento.
ESA SOLEDAD NO DESEADA PUEDE
CONVERTIRSE EN ANGUSTIA, SI BIEN ALGUNOS SE ACOSTUMBRAN A VIVIR SOLOS. SE
REVESTIRÁ ESTA ACTITUD DE UNA APARIENCIA DE FORTALEZA, AUTOSUFICIENCIA,
AGRESIVIDAD O TIMIDEZ. Y TODO, PARA ESCONDER LA INSEGURIDAD Y EL MIEDO A QUE NO
SE NOS QUIERA O NO SE NOS RESPETE.
Hay también otras soledades
indeseadas, como esas a las que se ven abocadas personas mayores, amas de casa,
o quienes muestran una orientación sexual no convencional, o quienes sufren
ciertas enfermedades, incapacidades físicas o psicológicas o imperfecciones
estéticas.
UN ESTADO
TRANSITORIO, NADA MÁS
La soledad es una situación
que hemos de aspirar a convertir en transitoria y que conviene percibir como no
forzosamente traumática. Podemos mutarla en momento de reflexión, de conocernos
a fondo y de encontrarnos sinceramente con nuestra propia identidad.
Hay un tiempo para
comunicarnos con los demás y otro (que necesita de la soledad) para establecer
contacto con lo más profundo de nosotros mismos. Hemos de "hablar"
con nuestros miedos, no podemos ignorarlos ni quedarnos bloqueados por ellos.
Es conveniente que, en ocasiones, optemos por la soledad.
EN SUMA, EQUILIBREMOS LOS
MOMENTOS EN QUE NOS EXPRESAMOS Y ATENDEMOS A OTROS, Y LOS QUE DEDICAMOS A
PENSAR, EN SOLEDAD, EN NUESTRAS PROPIAS COSAS.
VENCER LA SOLEDAD NO
DESEADA: UNOS PASOS ÚTILES
1) DIAGNÓSTICO: qué
tipo de soledad es la que estamos sufriendo y a qué circunstancias se debe.
2) CONOCERNOS
BIEN. Dejemos a un lado el miedo a mirar dentro de nosotros, y afrontemos
la necesidad de saber cómo somos: nuestras ilusiones y ambiciones, limitaciones
y miedos, quién quiero ser, cómo me ven, cómo me veo...
3) FUERA LA
TIMIDEZ. Tomemos la iniciativa para conseguir nuevas relaciones.
Establezcamos qué personas nos interesan, y elaboremos una estrategia para
contactar con ellas.
4) NO HAY NADA QUE
PERDER. El miedo al rechazo es un freno para entablar nuevas amistades o
amores. El objetivo es importante, no nos andemos con remilgos.
5) SIN VICTIMISMOS. El
mundo resulta en ocasiones cruel, vulgar y materialista, de acuerdo. Pero
seguro que hay otras personas que pueden estar deseando conocer a alguien como
nosotros.
6) ENCERRARNOS EN NOSOTROS
MISMOS ES RECONOCER LA DERROTA. A la mayoría la soledad nos hace daño, y
nos sienta mejor tener con quién hablar, intimar y a quién querer.
7) NO SOMOS TAN RAROS COMO A
VECES PENSAMOS. No hay más que hablar en profundidad y confianza con
cualquier persona para comprobarlo. Podemos "llenar" a más gente de
la que creemos y nos pueden resultar atractivas muchas personas que tenemos muy
cerca
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