Benjamín
Franklin escribió su propio epitafio que se puede leer en su tumba de
Filadelfia:
"AQUÍ YACE EL CUERPO DE BENJAMÍN FRANKLIN, IMPRESOR DE OFICIO, PARECIDO A
LA CUBIERTA DE UN VIEJO LIBRO, PRIVADA DE SU TÍTULO DORADO.
PERO NO SE PERDERÁ LA OBRA, PUES RENACERÁ EN UNA NUEVA EDICIÓN, REVISADA Y
CORREGIDA POR EL PROPIO AUTOR".
La teoría de la reencarnación, que tuvo sus orígenes en tiempos de las vedas,
que admite y sostiene la existencia de vidas sucesivas y que diferentes
corrientes filosóficas interpretaron de distintas maneras, toma fuerza en la
actualidad con el estudio más detallado en los diferentes niveles del
conocimiento humano.
Escribe el Dr. Joel Whitton en su libro "Vida entre las vidas": "LA
EVIDENCIA DE LA REENCARNACIÓN, PRINCIPALMENTE CIRCUNSTANCIAL, ES YA TAN
APABULLANTE QUE LA ACEPTACIÓN INTELECTUAL ES NATURAL. LA ACEPTACIÓN EMOCIONAL
PUEDE SER MÁS MESURADA".
La doctrina de la reencarnación es a nuestro entender, una Ley Moral que
posibilita una explicación racional de las desigualdades que observamos en la
raza humana, al mismo tiempo que nos da confianza y esperanzas en el futuro
como seres humanos, pues mediante su cumplimiento se cristaliza la igualdad de
posibilidades, de oportunidades para que todos los seres evolucionen.
A través de ellas se cumple la Justicia universal esa que está por encima de la
justicia de los seres humanos.
Porque ¿de qué otra manera compatibilizamos el Amor y la Justicia Universal
frente a las tremendas desigualdades humanas? ¿Cómo explicamos la presencia de
genios, niños prodigio, asesinos, seres con capacidades físicas o intelectuales
diferentes al resto?
¿Qué objetivo tiene una existencia de privaciones y sacrificios, frente a otra
tranquila y despreocupada? ¿Qué método utiliza la Energía Creadora para
determinar quién llevará una vida digna y quién una más humillante? ¿Qué
parámetros se utilizarán luego para evaluar los sentimientos, pensamientos y
acciones de cada individuo en sus vidas si sus existencias tuvieron
oportunidades tan dispares? ¿Dónde radica la Justicia Universal si no tenemos
oportunidad de participar en nuestra planificación existencial?
Muchos interrogantes más podríamos plantearnos que nos harían dudar de la
Justicia, el Amor del encargado de la Creación, si pensamos que Vida, es el
tiempo que transcurre entre el nacimiento y la muerte física.
Creer que toda la existencia se reduce a los años que dura la vida física, es
subestimar la capacidad creativa del gran espíritu y hasta cuestionar su
justicia y perfección frente a la diversidad de vidas que podemos observar.
Si creemos que el alma o espíritu de cada ser fue creado en el momento de nacer:
¿POR QUÉ ENTONCES SOMOS TAN DIFERENTES?
Pensemos en el seno familiar donde los condicionamientos sociales y culturales
son los mismos, sin embargo, cada integrante es una individualidad que siente,
piensa y actúa de manera distinta.
En cambio si pensamos que ese elemento espiritual, llámese espíritu, alma o
energía, pudo no haber sido creado con el cuerpo, sino mucho antes que él y
haber dado vida a otros cuerpos y haber tenido otras experiencias, podríamos
comprender equitativa y racionalmente esas diferencias y desigualdades tan
evidentes.
Y si aceptamos que ese espíritu vivió antes de su nacimiento, podríamos admitir
también, la posibilidad de que seguirá haciéndolo después de su muerte física.
"NO ES MÁS SORPRENDENTE HABER NACIDO DOS VECES QUE UNA SOLA: EN LA
NATURALEZA TODO ES RESURRECCIÓN" escribía Voltaire.
Por todo lo expuesto, podríamos pensar que sólo mediante un Gran Plan que
abarque un tiempo incomprensible a nuestra limitada capacidad sensorial,
podíamos llegar a respuestas más trascendentes sobre el sentido de la vida y
obrar en consecuencia de forma más responsable y solidaria para con nosotros y
los demás.
Es en el ir y venir de las existencias que el espíritu encarnado aprende a
manifestarse, adquiere experiencias, desarrolla su inteligencia y su capacidad
de amar y de esta forma, va configurando su personalidad y va evolucionando.
Es mediante el trabajo, la lucha por la subsistencia material, por conformar
una familia, cuando el ser va aprendiendo el valor del bien, del amor, de la
generosidad. Allí podrá moldear sus personalismos, adquirir paciencia, encauzar
sus rebeldías, ir desarrollando sus fuerzas positivas e ir plasmándolas en sus
conciencias.
Cada existencia es una oportunidad de evolucionar que se nos brinda, en cada
vida el espíritu da un paso hacia adelante a través del conocimiento, de la
lucha, del dolor.
EL OBJETIVO DE LA VIDA ES LA EVOLUCIÓN Y ESTA NO SE DETIENE. POR ESO EL
ESPÍRITU HUMANO NUNCA ENCARNÓ EN SERES INFERIORES COMO PLANTAS O ANIMALES.
Cuántas veces en nuestra vida pensamos "si pudiera hacer las cosas de
nuevo, las haría diferente". La reencarnación es esa oportunidad que se
nos brinda para hacer las cosas de otra manera, nunca hacia atrás, sino hacia
adelante, con más conocimiento, más saber y experiencias de vidas, es decir,
con más madurez espiritual. Y poder adquirir así, esa comprensión del sentido
trascendente de la vida que vamos adquiriendo en el largo camino de la
evolución.
"COMO CREO EN LA TEORÍA DE LA REENCARNACIÓN, VIVO CON LA ESPERANZA DE QUE,
SI NO ES EN ESTA VIDA, EN ALGUNA OTRA PODRÉ ABRAZAR CON AMOR A TODA LA HUMANIDAD".
Gandhi.
La realidad de la reencarnación se sostiene o fundamenta en tres razones:
científicas, morales y filosóficas.
Desde el punto de vista científico: los hombres de ciencia también buscan
evidencias de la reencarnación a través de diferentes métodos.
En la actualidad podemos agruparlos en tres:
a) Memoria Extra Cerebral.
b) Hipnosis regresiva.
c) Experiencias en el umbral de la muerte.
a) Este método comenzó a ser usado por: el Dr. Ian Stevenson de la Universidad
de Virginia, EE.UU. en el año 1960; por el Ing. Hernani Guimaraes Andrade,
director del IBPP de Brasil; por el Dr. Hamendra Nat Banerjee, director del
Instituto de Parapsicología de Jaipur, India (fallecido), sólo por mencionar
los más conocidos.
No vamos a entrar a considerar aquí los pormenores del método de investigación,
que son sumamente minuciosos y de rigurosa comprobación científica, pero
básicamente estos investigadores han estudiado casos donde espontáneamente,
niños de 2 a 9 años manifestaban conocimiento de la vida de personas fallecidas
como si fueran ellos mismos y vivían el hecho como propio, como una vida
anterior.
Más aún, aportaban datos, conocimientos específicos, detalles íntimos y hasta
comprometedores a veces, de la vida de personas que habían muerto. Los datos e
informaciones que ellos daban a conocer eran estudiados e investigados,
comprobando así la veracidad de lo que expresaban.
Stevenson explica que estas experiencias no se circunscriben a una Nación,
grupo cultural, ni son tan raros como podría suponerse, sino que su
conocimiento se halla limitado por temores o prejuicios de quienes los
experimentan.
b) El segundo grupo de investigación es el que usa el método de la hipnosis
regresiva.
Este método ha brindado numerosos casos de identificación reencarnatoria entre
las existencias.
Tal es así que E. Fiori, J. Whitton, M. Netherton. N. Schiffrin, H. Wambach, B.
Weiss y otros investigadores no espíritas encuentran en la búsqueda de las
causas profundas de los conflictos actuales de sus pacientes, explicación de
ciertas conductas, experiencias, vivencias o conflictos que tienen su origen en
existencias anteriores.
Al conectar a sus pacientes con etapas anteriores a su nacimiento, estos
relacionan la programación de su existencia actual con las vidas pasadas y los
vínculos kármicos allí contraídos. Según la Dra. Wambach "VOLVEMOS CON LAS
MISMAS ALMAS, PERO EN DISTINTAS CIRCUNSTANCIAS”.
“Vivimos nuevamente no sólo con aquellos a los que amamos, sino también con
aquellos a los que odiamos o tememos. Sólo cuando sentimos compasión y afecto
nos libramos de vivir una y otra vez con los mismos espíritus que también se
ven obligados a vivir con nosotros."
c) En tercer lugar, la idea de la reencarnación implica la supervivencia del
espíritu, por lo que todo estudio de la misma debe ser enriquecido por las
evidencias de la supervivencia del Yo.
Esta fuente de información es la que resulta de una única experiencia
espontánea por personas que tuvieron experiencias en el umbral de la muerte,
debido a accidentes, paros cardíacos. Luego de adentrarse en el plano
espiritual, ser capaces de ver y oír lo que ocurre alrededor de su cuerpo,
retornan a este a continuar su vida, con un enfoque diferente, más sereno y
espiritualizado de la existencia.
Así es que en base a los aportes científicos de las investigaciones actuales,
podemos afirmar que la reencarnación pasó de ser una doctrina moral, a tener
una comprobación científica, de ser una teoría, a una evidencia científica
comprobable.
Desde el punto de vista moral: nos permite interpretar profundamente la
Justicia Universal, en lo que hace a una explicación racional de las
innumerables diferencias existenciales que observamos en el planeta.
En su infinito amor y sabiduría la Energía Creadora brinda al ser humano, sin
distinción de su condición social, económica, salud, etc., tiempo y
oportunidades de aprendizaje, de desarrollar las potencialidades, de progresar
y alcanzar la libertad espiritual a través de las vidas sucesivas.
Bajo esta óptica la existencia del mal como entidad o como estado permanente de
vida, no existe. El "mal", el error, es un estado transitorio,
pasajero del espíritu, fruto de la ignorancia, de la ambición, de la soberbia.
Pero nadie es malo para siempre, porque todos los espíritus evolucionamos hacia
el bien superior.
Y si bien el objetivo de la vida uniexistencial de las religiones es también
perfeccionar la conducta y desarrollar el amor, es muy difícil apreciar o
justificar la Justicia Universal a través de una sola vida.
No explican tampoco el porqué de las vidas truncadas, de las violencias
injustificadas, de las torturas, de los abusos de poder, de la miseria
infrahumana, de las oportunidades de realización perdidas en esa única vida y
el grado de responsabilidad que nos cabe en la misma, si no la elegimos ni
planificamos.
Cada uno de nosotros somos una Creación, única y valiosa, y nos hallamos
conducidos por las Leyes Morales hacia la evolución.
Por eso cada vida vale la pena ser vivida plenamente, a pesar de sus luchas, de
sus reveses, de sus sinsabores, porque en ella nos templamos, nos hacemos
fuertes, generosos, aprendemos a amar, a perdonar, a comprender al otro que
camina junto a nosotros.
Comprenderemos tal vez, que la Energía Creadora no castiga, sino que sus Leyes
de Amor y Justicia nos conducen a todos por igual y nos ayudan a entender que
la evolución va mucho más allá de nuestro círculo de conocidos y familiares.
También están los otros, nuestros semejantes, con quienes no nos unen lazos de
sangre o afinidad, pero sí somos hermanos en evolución, origen y destino.
"MI DOCTRINA ES: VIVE DE TAL MODO QUE LLEGUES A DESEAR VIVIR OTRA VEZ,
ESTE ES TU DEBER, PORQUE REVIVIRÁS DE TODAS FORMAS" (Nietzsche).
La reencarnación es una ley que brinda a cada espíritu diferentes tiempos y
oportunidades a fin de favorecer igualitariamente su progreso y desarrollo.
Insertos en las arenas del terreno filosófico advertimos que la teoría de la
reencarnación, es también perfectamente racional no sólo porque enlaza
armoniosamente las leyes de Amor, Justicia y Progreso con el acontecer humano,
sino como se puede comprobar a través de los diferentes métodos científicos,
está sustentando y conduciendo al espíritu hacia su evolución.
Así, en el ejercicio de su libre albedrío, el ser humano obra y ha obrado a
veces, con impiedad e injusticia. Pero igualmente el progreso se cumple y ello
lo advertimos en el efecto nivelador de la reencarnación.
Esta, en su doble faceta de compensar y generar oportunidades evolutivas, propicia
el lento despertar de la raza humana hacia una forma de vida donde el espíritu
no quede anclado en la ignorancia, la miseria, el dolor o relegado en cuanto a
la distribución de oportunidades de progreso, fruto a veces del egoísmo
personal.
EN REALIDAD, CADA ENCARNACIÓN PRESENTA AL SER, SEA CUAL SEA SU CONDICIÓN DE
VIDA, POSIBILIDADES DE APRENDIZAJE, DE HACER NUEVAS EXPERIENCIAS.
En todas las situaciones el espíritu aprende a desarrollarse, aunque la calidad
de vida para la adquisición del conocimiento y el amor sean diferentes. Cada
espíritu aprende a su ritmo, a su manera, a su tiempo y todo lo que anhele de
bien podrá ir conquistándolo con el esfuerzo y el trabajo continuado que
realice.
Por lo tanto, la aceptación de la reencarnación como una realidad de vida, no
sólo debe darnos una comprensión de la Justicia Universal y del sentido
evolutivo de la existencia, sino también una comprensión caritativa y
universalista de la existencia humana para no juzgar las circunstancias o el
dolor ajeno, porque ignoramos la causalidad del mismo.
¿Por qué entonces si existen evidencias tan variadas, lógicas y hasta
abrumadoras, a las personas les es a veces difícil o les causa temor aceptar la
reencarnación?
Quizá la respuesta pertenece a lo íntimo de cada ser, quizá la no aceptación de
esta ley se halla relacionada a los prejuicios, a las costumbres, a la
educación recibida, al miedo al ridículo y en una medida, a la comodidad, al
tener a quien "echarle la culpa" de nuestros males o dificultades:
Dios, la vida, el otro, el destino.
Porque si no existiera la reencarnación, no nos sentiríamos tan responsables de
nuestra vida, de nuestras pruebas, elecciones, circunstancias e incluso
renunciamientos altruistas o generosos de vida. El saber de esta ley implica
responsabilidad de nuestros actos, sentimientos y pensamientos.
AUN ASÍ, UNA DE LAS OBJECIONES QUE SE PODRÍAN ESCUCHAR ES EL ¿POR QUÉ NO NOS
ACORDAMOS DE LAS OTRAS VIDAS CON MAYOR FACILIDAD O DE LAS PLANIFICACIONES QUE
REALIZAMOS ANTES DE NACER?
En primer lugar, el recuerdo del pasado nos quitaría libertad de acción, porque
permaneceríamos encarnados en odios, rencores, o formas enquistadas de
proceder, que sólo el olvido momentáneo del pasado nos permite sublimar o
superar, siendo cada existencia una nueva posibilidad de empezar a hacer las
cosas diferentes.
Por otra parte, el recuerdo de hechos violentos o traumáticos que hayamos
podido sufrir en otra existencia, nos crearía culpabilidad o resentimiento,
según las circunstancias, que no nos ayudaría a transitar por la senda del
progreso con una visión más optimista. La vida debe ser encarada con confianza
en uno mismo, esperanzas renovadas, alegría y sin temores o miedos.
Pensemos que las existencias pasadas no están "grabadas" en nuestro
cerebro actual, sino que este, órgano físico por donde se manifiesta el
espíritu, recibe las informaciones de la existencia presente: la memoria
palingenésica es de nuestro espíritu.
Se puede objetar también que si olvidamos el pasado es como perder tiempo y estar
aprendiendo siempre de nuevo.
No es así, lo que olvidamos
es la forma en que aprendimos o adquirimos tal o cual conquista, cualidad o
tendencia errónea, no la experiencia en sí. Por ejemplo: desarrollamos la
voluntad a través de diferentes vidas. Esa voluntad no se pierde al morir el ser,
sino que forma parte del espíritu que existencia tras existencia va aquilatando
sus virtudes y templando sus errores.
Esa fuerza de voluntad, la podremos emplear y acrecentar en la vida actual,
aunque no recordemos las experiencias anteriores en las cuales la adquirimos:
surgen naturalmente de nosotros y forman parte de nuestra personalidad. Lo
mismo sucede con cualquier otro aspecto de la personalidad del espíritu.
Intentemos descubrir cómo la Justicia Universal se manifiesta generosa en todas
las criaturas a través de las innumerables oportunidades de vida y situaciones.
El ser humano, consciente o inconscientemente de la existencia de estas Leyes
Superiores que lo guían y conducen, transita su camino evolutivo haciendo uso
de su libre albedrío, medio por el cual decidirá situaciones, conflictos,
circunstancias de vida que lo harán responsables de sus actos, pensamientos,
sentimientos.
EL PODER ACCEDER A ESTOS CONOCIMIENTOS PUEDE LLEVAR SERENIDAD A NUESTROS
CORAZONES Y LUCIDEZ A NUESTRAS MENTES EN MOMENTOS DE LUCHA Y SITUACIONES
CONFLICTIVAS DE VIDA. NOS DARÁ ESPERANZAS Y SEGURIDAD INQUEBRANTABLE EN EL
AMOR, LA PREVISIÓN Y JUSTICIA DE ESA ENERGÍA CREADORA QUE BRINDA A CADA SER LOS
CAMINOS NECESARIOS PARA QUE PUEDA TRANSITAR HACIA SU EVOLUCIÓN.
UN CAMINO EN EL QUE NUNCA ESTAMOS SOLOS PORQUE LA SEPARACIÓN FÍSICA DE LOS
SERES QUE AMAMOS NO IMPLICA SEPARACIÓN AFECTIVA O ESPIRITUAL.
POR EL CONTRARIO, LOS LAZOS DE AMOR, CARIÑO, COMPROMISO DE CAMINAR UNIDOS,
TRASCIENDEN LAS FRONTERAS Y ALIMENTAN A LOS ESPÍRITUS QUE CON SENCILLEZ,
ENERGÍA, DECISIÓN Y ALEGRÍA DE VIVIR SE ADENTRAN EN EL ENTRAMADO CÓSMICO DEL
CAMINO DE LA EVOLUCIÓN HUMANA.
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