"El amor no muere por causas naturales. Muere por negligencia y abandono. Muere por ceguera e indiferencia y porque se lo da por sentado. Las omisiones son generalmente más graves que los errores cometidos. Finalmente, el amor muere por cansancio, porque no se lo alimenta... Como cualquier otro ser viviente, el amor requiere el esfuerzo de mantenerlo sano." (Leo Buscaglia en "Reflexiones sobre el amor").
EL FUERTE SENTIMIENTO DE AMISTAD QUE UNE A LAS PERSONAS ES, SIN DUDAS, UNA MANIFESTACIÓN DE AMOR. AMOR QUE IMPLICA CONTENCIÓN, COMUNICACIÓN, AFECTO DEMOSTRADO, COMPAÑÍA, COMPRENSIÓN Y EMPATÍA.
Esta última, la empatía, implica comprender el problema de la otra persona, eso no significa que debamos aceptar el punto de vista del otro, simplemente nos da la posibilidad de entenderlo desde su propio lugar y situación de vida.
"Nunca lo lograremos si no aceptamos que todos los seres humanos están formados por sus propias experiencias que son válidas para ellos, aunque sean contrarias a las nuestras. No podemos suponer que todos perciben el mundo del mismo modo que nosotros. Existirá verdadera empatía cuando salgamos de nosotros mismos para intentar ver las cosas desde el punto de vista de los demás".
La verdadera amistad es aquella que se construye como un valor trascendente en medio de una sociedad materialista y en plena crisis.
La amistad sincera requiere de esfuerzos compartidos, de puentes de diálogo y comunicación, unas veces por medio de la palabra, otras de momentos llenos de silencio y otras de hacerle sentir nuestra compañía, siempre procurando el respeto y la consideración del amigo.
"CUANDO BUSQUES EL BIEN EN LOS DEMÁS, DESCUBRIRÁS LO MEJOR DE TI MISMO", EXPRESA MARTÍN WALSH.
Sería importante entonces sembrar, cultivar y abonar permanentemente este valor de la amistad, no sólo en este día, sino a lo largo de nuestra existencia. Porque cuando el corazón se abre y la generosidad puede manifestarse en la actitud de compartir diálogos, situaciones de vida dolorosas y agradables, momentos importantes en la vida de cada uno, el espíritu se vitaliza con esa energía que emana del afecto y la consideración.
Alimentar cada uno de esos momentos y llenarlos de optimismo y alegría, es tarea de cada ser humano que comprende que "el consuelo de la tristeza de la vida es tener un amigo a quien confiar nuestros secretos del corazón, que nos consuele en las situaciones adversas y se alegre en los momentos felices; porque la alegría compartida es el doble de felicidad y el dolor compartido, es la mitad de dolor.
Cuando las personas se unen mediante un fuerte sentimiento de amistad, es por la ley de Afinidad que se atraen y disfrutan el compartir puntos de vista y actitudes de vida. Esta es una excelente fragua donde se templa el carácter y a veces aprendemos a lo largo de su camino, a valorar aspectos del amigo, a respetarlo y considerarlo más y mejor en sus etapas de lucha y a apoyarlo más afectivamente, comprendiendo que el sentimiento de amistad se nutre cada día con cada acto, cada palabra y apoyo sincero.
Cada etapa de la vida le dará a la amistad, un enfoque y una particularidad especial: en la infancia, la adolescencia, la juventud o en la madurez del ser, pero en todas, los valores del respeto, la comprensión y la generosidad serán los pilares donde se construirá y cimentará.
TAL VEZ, EN ESTOS TIEMPOS DE CONFUSIÓN SOCIAL Y FALTA DE VALORES, VALORES COMO LA AMISTAD, PUEDAN REVITALIZARSE CON LA FUERZA QUE MERECE LO QUE ES IMPORTANTE Y TRASCENDENTE EN LA VIDA.
CONFIAR EN LOS AFECTOS, PROVOCAR LOS ENCUENTROS, GRATIFICARSE CON LA SIMPLE COMPAÑÍA DE QUIEN AMAMOS Y QUEREMOS DEMOSTRARLE TODO NUESTRO AFECTO Y CONSIDERACIÓN, PUEDE SER ENRIQUECEDOR PARA LOS OTROS Y SOBRE TODO, PARA NOSOTROS MISMOS.
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