SI YA SÉ QUE PARECE ALGO EVIDENTE, PERO LO CIERTO ES QUE CADA VEZ PONEMOS MENOS VIDA EN CADA DÍA QUE VIVIMOS, QUE CADA DÍA NO VIVIDO ES UN DÍA PERDIDO, NO SOMOS CONSCIENTES DE QUE HAY VIDA ANTES DE LA MUERTE.
A nadie se le escapa que el ser humano está viviendo momentos difíciles, de gran confusión, lleno de miedo al futuro y con la incertidumbre instalada en su día a día. Todo esto está dando como resultado que el ser humano se olvide de vivir y se limite en la gran mayoría de los casos a sobrevivir.
Y no, no es disculpa de que las cosas no estén todo lo bien que deseásemos para que no tomemos conciencia de la cantidad de cosas que todos sin excepción tenemos que hace que la vida valga la pena vivirla.
Basta con que cerremos los ojos un momento, respiremos profundamente y repasemos cada uno, primero los seres queridos que están a nuestro lado y luego las cosas buenas que forman parte de nuestra vida, para tomar conciencia de lo afortunados que somos.
NO DEJAR QUE LO QUE NO ES TAN BUENO QUE ES MENOS PUEDA CON LO REALMENTE BUENO QUE ES MÁS, NO DEJARNOS ARRASTRA POR UN PESIMISMO EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS SIN JUSTIFICACIÓN.
Cada vez más personas son conscientes de que cada momento es algo único e irrepetible y de que la humanidad se encuentra siempre en momentos únicos que deben ser vividos con intensidad, en el umbral de lo indecible y lo increíble. Que todo es posible de conseguir con la condición de que lo creamos… posible.
Pero antes debemos despertar, salir de ese sueño que nosotros mismos nos hemos inducido. Sí, porque seguimos “dormidos” a tantas cosas (percepciones, sentimientos y emociones) que nos pasan alrededor y nosotros sin enterarnos, sumidos en nuestros problemas diarios y en nuestros sueños de futuro, olvidando el presente.
Los hombres con gran conocimiento, nos dan pautas para salir de ese letargo en el que estamos, Tony de Mello en sus libros nos dice:
“Sólo hace falta una cosa: la capacidad de pensar algo nuevo, de ver algo nuevo y de descubrir lo desconocido. Es la capacidad de movernos fuera de los esquemas que tenemos. El que piensa como marxista, no piensa; el que piensa como budista no piensa; el que piensa como musulmán, no piensa... y el que piensa como católico tampoco piensa. Ellos son pensados por su ideología”.
Ser conscientes de que nos falta algo esencial para ser felices, de que estamos empezando a despertar, ya es un paso para disfrutar de la vida sin ataduras ni límites. Pues lo peor y más peligroso del que duerme es creer que está despierto y confundir sus sueños con la realidad. Si despiertas de tu letargo harás despertar a los demás. Y contagiarás tu alegría y tus ganas de vivir a otros.
Mark Twain, otro escritor con gran conocimiento, a finales de siglo XIX dijo: “Dentro de 20 años te arrepentirás más de las cosas que no hiciste que de las que llegaste a hacer. Por lo tanto, ya puedes levar el ancla. Abandona este puerto. Hincha las velas con el viento del cambio. Explora. Sueña. Descubre”. Y él lo hizo.
En 1999 un ejecutivo publicitario estadounidense, Dave Freeman, publicó un libro titulado “Cien cosas que hacer antes de morir”, en colaboración con su amigo Neil Teplica. En esta obra, los autores tienen muy claro el motivo de por qué la escribieron y no sólo por razones comerciales:
"Esta vida es un viaje corto. ¿Cómo puedes estar seguro de que haces lo más divertido y visitas los lugares más geniales de la Tierra antes de hacer las maletas por última vez?"
Tengo claro que en mi particular lista de cosas para hacer antes de morir, la primera de todas es vivir, sencillamente cada día que viva llenarlo de vida.
A pesar de que son momentos difíciles y complicados, a pesar de nuestro trabajo rutinario, de nuestras creencias, de nuestra inactividad forzosa por estar en paro, de nuestros problemas sentimentales, de nuestras enfermedades, traumas, manías y achaques aun así, hay demasiadas cosas por las que vale la pena disfrutar de la vida.
REALMENTE “LA VIDA NO VIVIDA ES UNA ENFERMEDAD DE LA QUE SE PUEDE MORIR”, LO DIJO JUNG, OTRO HOMBRE SABIO.
Y EINSTEIN LO EXPRESÓ CON MÁS PRECISIÓN: “VIVIMOS EN EL MUNDO CUANDO AMAMOS. SÓLO UNA VIDA VIVIDA PARA LOS DEMÁS MERECE LA PENA SER VIVIDA”.
CADA MAÑANA AL DESPERTAR, EXPLOREMOS, AMEMOS, VIVAMOS Y SAQUEMOS LO MEJOR DE LA VIDA EN CADA MOMENTO. QUE LA MUERTE NO NOS PILLE CON NUESTRA LISTA LLENA DE DESEOS AÚN POR CUMPLIR.
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