ADEMÁS DE LAS NECESIDADES BÁSICAS DE COMUNICACIÓN Y AFECTO, QUE DEFINEN LA NATURALEZA SOCIAL DEL SER HUMANO, CUALQUIER PERSONA REQUIERE, EN DIVERSOS MOMENTOS DE SU VIDA, DE LA AYUDA DE LOS DEMÁS Y A SU VEZ, OFRECE, DE FORMA MÁS O MENOS ALTRUISTA, APOYO A LOS QUE LE RODEAN, ESPECIALMENTE A QUIENES ESTÁN CERCANOS EN SU CÍRCULO EMOCIONAL.
Debemos tener siempre presentes que con trabajo, estudio, esfuerzo y comprensión, podemos llegar a ser, auto-dependientes, pero no a ser auto-suficientes.
Esa ayuda es esencial para garantizar la supervivencia, satisfacer determinadas necesidades básicas y alcanzar ciertos niveles de bienestar.
La solidaridad es la señal inequívoca de que todos los seres humanos, sea cual sea su condición, no pueden vivir solos, porque no pueden prescindir de sus semejantes, para una evolución correcta.
El altruismo, entendido como la disposición y el comportamiento que busca el bienestar y la felicidad de la otra persona, sin esperar contraprestación a cambio, es un aspecto que merece ser comprendido por todos, por los beneficios que reporta a nivel social y al propio ser humano que presta o recibe la ayuda, dar sin esperar nada a cambio es el acto de amor más grande que un ser humano puede hacer, por otro.
Diferentes investigaciones en el área social, han dado un resultado claro: la relación directa entre el altruismo, la autoestima y la empatía.
La empatía, entendida como la capacidad de identificarse y entender lo que siente otra persona ante una determinada situación o experiencia, es una cualidad que cada ser humano trae consigo desde que nace, para poderla llevar a cabo a lo largo de su vida.
Se llega a considerar el pilar fundamental que sustenta la conducta solidaria: es decir, se sostiene que sin una no puede suceder la otra. Pero, ¿deberíamos considerar que la empatía es la única característica capaz de trazar un camino hacia la solidaridad? ¿O existen otras que nos capacitan para serlo?
Y la autoestima, qué influencia tiene la autoestima en el proceso de dar y recibir ayuda. Es evidente que la autoestima (la valoración de uno mismo) es un componente fundamental en la personalidad del ser humano que marcaran la forma de aproximarse y relacionarse en el medio en que vive.
¿Serán las personas con peor autoestima las que proporcionarán más ayuda, como mecanismo de afirmación y por empatía con la receptora de ayuda?, ¿influirá también esa autoestima en la aceptación de la ayuda cuando se recibe?
La familia es el primer ámbito donde se desarrolla la autoestima o se aprende a sentir empatía. La familia como todos sabemos es fundamental a la hora de educar en valores y en la conducta
altruista, junto con la escuela, lugares ambos en el que se interiorizan también las primeras lecciones morales que serán en adelante elementos esenciales para la vida y que contribuirán a formar seres humanos con el deseo y la disposición de compartir sus potencialidades y convertirlas en herramienta para ayudar a sus iguales.
Motivo por el cual sea tan necesario desde la infancia estimular, una autoestima positiva y el ser empáticos, además por supuesto de valorar a quienes poseen estas cualidades, esenciales para una sociedad más justa, porque no debemos olvidar que nuestra evolución siempre va en dos direcciones:
1.- Individual
2.- Colectiva
Teniendo otro dato muy importante en cuenta “la mejor forma que tenemos de hacer un mundo más feliz, es a través del ejemplo”
Eduquemos y eduquémonos en valores como el altruismo y nuestra vida se llenara de una inmensa felicidad y satisfacción.
MOTIVOS PARA HACERLO HABRÁ MUCHOS NO LO DUDO, PERO PARA MÍ EL PRINCIPAL ES: LA IMPORTANCIA DE AYUDAR, DE COLABORAR, DE CONTRIBUIR A QUE LOS TODOS SERES HUMANOS, SATISFAGAN SUS NECESIDADES Y LOGREN, EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE, SU AUTO-DEPENDENCIA Y UNA CALIDAD DE VIDA QUE LES PERMITA SER FELICES.
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