martes, 22 de septiembre de 2015

DEMASIADAS SOLEDADES (LOS VACÍOS SOLITARIOS DEL ALMA)

HOY COMO DE COSTUMBRE DEJABA VAGAR MI MENTE, HACIA DONDE ELLA ME QUISIESE LLEVAR CUANDO UN PENSAMIENTO ME VINO A ELLA, LA GRAN CANTIDAD DE SOLEDADES INDIVIDUALES QUE HAY ENTRE TANTA COMPAÑÍA. PENSABA QUE UNO ESTÁ SOLO TANTAS VECES QUE INCLUSO LOS MÁS CERCANOS A NOSOTROS NO PUEDEN LLENAR LOS VACÍOS SOLITARIOS DEL ALMA.

HAY SOLEDADES FÍSICAS que no se notan porque podemos estar solos, pero plenos. 

SOLEDADES POR CIRCUNSTANCIAS que quisiéramos remediar. 

SOLEDADES POR EXTRAÑEZA y desajuste con la realidad que nos toca vivir.

HAY SOLEDADES EMOCIONALES, que nos cuesta entender, pero que llegan y se instalan durante un tiempo dentro de nosotros. HAY 

SOLEDADES MENTALES, cuando nos sentimos incomprendidos, a veces pasa que sentimos que nadie nos puede entender haciéndonos sentir como seres extraños en un mundo tan controlado y previsible. HAY 

SOLEDADES ESPIRITUALES, cuando no sabemos porque echamos de menos determinados tipos de personas, que sentimos hacia ellas incluso más cariño que a cualquiera de nuestros familiares.

AUNQUE BIEN ES CIERTO QUE NADIE ESTÁ MÁS SOLO QUE AQUEL QUE VIVE ALEJADO DE SÍ MISMO

Nos sentimos solos cuando tenemos un nudo por algo en el estómago de continuo y ese algo, que no podemos definir, nos lleva urgentemente a buscar con que llenar los huecos de ansiedad que se diseminan y esparcen por nuestro interior.

En la base de toda soledad sentida hay miedo. Temor a no tener quien se preocupe de nosotros, a dar y no recibir nada a cambio, a que nadie nos abrace, a que nadie nos coja por el hombro y nos pregunte como estas, a carecer de afecto (una de las necesidades básicas del ser humano), a no tener una persona cerca a la que poder contar lo que nos sucede o simplemente notar su presencia y conformarnos con ello.

Las carencias a las que me refiero se sufren también en compañía por eso, estar acompañado físicamente, no es una garantía de nada. Por eso dice el refranero castellano “MÁS VALE ESTAR SOLO QUE MAL ACOMPAÑADO” 

Observas a las personas que comparten parte de su vida contigo las ves moverse en el día a día, cruzan una palabra de vez en cuando o te piden alguna cosa.

A veces, con eso nos conformamos. Lo cierto es que necesitamos más y cuanto más lo necesitamos parece que menos lo tenemos.

Estamos instalados en la monotonía, en la aceptación que eso es así.

SEGUROS PERO INSATISFECHOS. TRANQUILOS PERO DESEOSOS. TEMPLADOS PERO ANSIOSOS.

Todo un cúmulo de sentimientos ligados a la seguridad de lo conocido, amparándose en el dicho popular que dice: ”MÁS VALE LO MALO CONOCIDO, QUE LO BUENO POR CONOCER” que lógicamente pierde su sentido ante el abanico de posibilidades que se abren ante nosotros, cuando hacemos cosas diferentes por caminos distintos.

Evidentemente debemos darnos oportunidades para ser felices o, al menos, concedernos la satisfacción de equivocarnos de nuevo y seguir creciendo.

Nada es para toda la vida, nada permanece, sino se trabaja en esa dirección, en nosotros está la clave de que aquello que nos hace sentir bien, que nos hace felices, dure todo lo imaginable.

Las relaciones tienen un sentido cuando ambos crecen en ellas. Cuando uno es el espejo del otro y ambos pueden ver sus debilidades y defectos mejorándolos, compartiendo conocimiento y dando lo mejor de cada uno en esa relación.

Eso se termina cuando como decía antes no se dedica el trabajo y el esfuerzo diariamente necesario, para que todo funcione. Y si realmente sentimos que se involuciona es mejor elegir el camino en el que poder encontrar la paz, aunque esto signifique pasar amorosamente por una soledad profunda. 

“HAY DECISIONES QUE DUELEN AL CORAZÓN, PERO QUE TRANQUILIZAN EL ALMA” 

HAY UN ORDEN PERFECTO EN EL CAOS QUE TIENE UN SENTIDO PLENO CUANDO MIRAMOS RETROSPECTIVAMENTE Y PODEMOS UNIR LAS EMOCIONES QUE EN SU MOMENTO, NO ENTENDIMOS MUY BIEN DONDE COLOCARLAS...


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