Lo más corriente es luchar para cambiar lo de fuera, culpando a los demás de nuestros conflictos, victimizándonos por nuestras circunstancias adversas e incluso quejándonos ante la vida por todas aquellas situaciones desagradables que nos suceden.
LO EXCEPCIONAL ES RECONOCER QUE NOSOTROS Y SOLO NOSOTROS SOMOS LOS ÚNICOS RESPONSABLES DE TODO LO QUE NOS SUCEDE A LO LARGO DE NUESTRA VIDA.
Cuando lo hacemos, estamos más cerca de encontrar las soluciones que anteriormente buscábamos fuera. El gran desafío consiste en mirarnos en el espejo. Aunque a veces nos cueste reconocerlo, la raíz de nuestro dolor y también de nuestra felicidad está dentro de nosotros y no fuera.
¿QUÉ ES ENTONCES EL AUTOCONOCIMIENTO? ¿Y PARA QUÉ NOS PUEDE SER ÚTIL?
El autoconocimiento consiste en buscar dentro de nosotros mismos, que es precisamente el último lugar en el que nos han enseñado a mirar.
El autoconocimiento es la clave de acceso a nuestro interior, hacia nuestro corazón, que es donde podemos conectar con nuestra esencia, lo que realmente somos y no como cuando carecemos del auto conocimiento necesario, que lo que llamamos esencia es solo lo que creemos que somos, pero no lo que somos en realidad esa es la gran diferencia que nos da el trabajo diario y constante del auto conocimiento.
“TENER EL CONVENCIMIENTO PLENO DE SABER QUIÉNES SOMOS Y EL LÍMITE DE NUESTRAS LIMITACIONES Y SER CONSCIENTES DE QUE TODAS LAS RESPUESTAS A NUESTRAS DUDAS EXISTENCIALES ESTÁN DENTRO DE NOSOTROS”.
Si bien es cierto que todo buscador comienza su búsqueda fuera, a través del auto conocimiento, se desarrolla en él, el sentido común (que es el menos común de los sentidos) y la coherencia, entendiendo que las respuestas de cada ser humano no las tienen los demás sino él mismo, comprendiendo que los demás nos pueden ayudar a buscar, pero solo eso buscar, ya que nadie tiene las respuestas de nadie, porque cada proceso es diferente.
Lo que los demás pueden aportarnos en los procesos de búsqueda es, su conocimiento basado en la experiencia de dicha búsqueda.
Pensar que los demás nos pueden dar las respuestas que solamente están en nuestro interior es, eso sí algo muy humano, pero no es más que dejar en manos de los demás en la mayoría de los casos por comodidad, el trabajo que nos corresponde hacer a nosotros.
Lo dice el refranero castellano “Nadie escarmienta en cabeza ajena” por eso las experiencias de los demás no sirven como experiencia propia, aunque nos sirvan en muchos casos como referencia.
El proceso de cómo integramos el conocimiento dentro de nosotros mismos, es simple, primero debemos adquirir el conocimiento teórico, pero solo cuando lo levamos a la práctica es cuando dicho conocimiento se integra en nosotros.
Por eso siempre tenemos que tener cuidado con la trampa del “YA LO SÉ” saber las cosas no sirve mientras no se apliquen, el conocimiento teórico es solo el primer proceso del conocimiento integrado.
Y suele ocurrir que , después de mucho tiempo sin mirarnos por dentro, nos dé miedo entrar. Pero en la medida en que nuestros ojos se vayan acostumbrando a la oscuridad, poco a poco seremos capaces de movernos con facilidad dentro de nosotros mismos. Solo así descubriremos quiénes somos de verdad. Para lograrlo, hemos de saber cómo funciona nuestra mente; de qué manera podemos gestionar nuestros pensamientos voluntariamente; cómo podemos regular nuestras emociones de forma constructiva; cuál es la causa real de nuestro malestar; cuál es el camino para gozar de un equilibrio duradero y, en definitiva, cómo podemos llevar una vida plena y con sentido en el actual escenario social, marcado por la hipervelocidad, el estrés y el cansancio… A partir de este aprendizaje, lleno de tesoros y sorpresas, estaremos preparados para relacionarnos con los demás y con la realidad de una manera más inteligente, fluida y armoniosa…
“AUNQUE LO PAREZCA, EL ÉXITO NO ES LA BASE DE LA FELICIDAD, MIENTRAS QUE LA FELICIDAD SÍ ES LA BASE DE CUALQUIER ÉXITO”.
Si bien es cierto que él sistema nos ha condicionado para que nos centremos, e incluso nos obsesionemos, en lo que ocurre fuera, haciendo que creemos en nuestra mente ese convencimiento de que lo que necesitamos esta fuera de nosotros y no en nuestro interior. Eso no es excusa para que reflexionemos y actuemos.
Y como podemos hacerlo, escapar de ese condicionamiento, pues hay muchas y variadas soluciones, pero una de las más eficaces es tener todos los días una cita a solas con nosotros mismos y analizar cómo hemos actuado con todo lo que el día nos ha puesto delante, si hacemos eso y lo convertimos en un habito veremos como poco apoco ese habito nos va dando un mayor conocimiento de uno mismo.
Un trabajo muy eficaz para verlo de forma real es, escribir durante un día todo lo que nos ocurre y como hemos reaccionado en cada ocasión y en esa cita a solas podremos tranquilamente observar si lo hubiésemos podido hacer mejor, ser consciente de lo que no hicimos bien y de esa forma poder cambiarlo.
Otra acción que nos dará un mayor conocimiento de nosotros mismos es la meditación diaria y la visualización creativa.
Normalmente creemos que la felicidad llegará cuando tengamos más dinero, éxito profesional, prestigio social, un coche nuevo, una pareja más guapa… Y esa es precisamente la función del deseo: perseguir lo que no tenemos, creyendo que eso que anhelamos conseguir en el futuro nos generará la felicidad de la que carecemos en el momento presente. Sin embargo, por el camino solemos perder lo único que necesitamos y que ya está a nuestra disposición: es decir, nuestro propio bienestar interno.
Como decía existe una gran variedad de herramientas de crecimiento personal. Y todas ellas son sendas diferentes que nos conducen hasta un mismo punto: el conocimiento y la comprensión de nuestra condición humana, que nos permite recuperar el contacto con la riqueza con la que nacimos: la felicidad, el equilibrio y el bienestar interno. Cada una de estas herramientas es como un mapa de nuestra condición humana: nos pueden ayudar a ver con más claridad los pasos que tenemos que dar para llegar a encender la luz en nuestro interior.
Aunque en un primer momento pueda parecerlo, el autoconocimiento no es un fin en sí mismo. Aprender a ser felices por nosotros mismos es el primer paso, no el final del trayecto. Así, el autoconocimiento es un medio que nos permite conocernos más en profundidad para poder así ponernos en orden. Por eso, este egoísmo consciente es necesario para llegar a estar bien con nosotros mismos, es decir, para que en nuestra vida prevalezca la paz interior, la alegría y la confianza, en detrimento de la ira, la tristeza y el miedo.
ADEMÁS, AL GOZAR DE UN SANO Y SOSTENIBLE BIENESTAR PODEMOS EMPEZAR A SERVIR AMOROSAMENTE A LOS DEMÁS.
Por servir amorosamente me refiero a que cuando estamos en paz y armonía con nosotros mismos, es cuando podemos empezar a estarlo con los demás y con la vida (ya que nadie puede dar a los demás lo que no tiene), por eso es necesario que antes generemos dentro de nosotros todo aquello que queramos compartir con los demás.
Es decir, que nuestra armonía interna nos permite ser mejores padres, hijos, hermanos, amigos, directivos, jefes, compañeros de trabajo… Y por mejores debemos entender, más conscientes y objetivos.
AMAR ES SINÓNIMO DE COMPRENDER, ACEPTAR, RESPETAR, AGRADECER, VALORAR, ESCUCHAR, ATENDER, OFRECER Y, EN DEFINITIVA, SER AMABLE EN CADA MOMENTO Y FRENTE A CADA SITUACIÓN.
¿Y por qué no lo somos? ¿Por qué somos tan poco humanos? ¿Por qué somos tan crueles e insensibles los unos con los otros?
Si nos observamos detenidamente en nuestro día a día, nos damos cuenta de que todas nuestras actitudes y conductas negativas surgen de nuestro interior de forma mecánica e impulsiva. Ninguno de nosotros elige enfadarse, tener miedo o sentirse triste. Todavía no he conocido a nadie que pudiendo escoger prefiera sentir dolor a ser feliz… Además, cuando gritamos a alguien con rabia, por ejemplo, primero nos hacernos daño a nosotros mismos. La paradoja reside en que, que somos nosotros quienes creamos la rabia en nuestro interior, por eso es que nos afecta tan negativamente. Tan solo hemos de comprobar cómo nos sentimos después de tener un conflicto emocional con otra persona, aunque hayamos discutido con ella dentro de nuestra cabeza.. .
Por eso es importante recordarnos cada día, nada más levantarnos, que cualquier pensamiento, emoción, actitud o conducta negativos no aportan nunca nada positivo, beneficioso ni constructivo.
Y no solo eso. La negatividad nos destruye, mermando nuestro sistema inmunológico y volviéndonos más vulnerables a todo tipo de enfermedades.
»El hecho de que en ocasiones nuestro comportamiento no sea el más adecuado, ni amoroso es porque en general no somos dueños de nuestra actitud ni de nuestra conducta. Más bien todo lo contrario. Somos esclavos de nuestras reacciones emocionales, que se desencadenan casi sin darnos cuenta.
De hecho, al estar, tan acostumbrados a ser prisioneros de este encarcelamiento psicológico, solemos concluir erróneamente que nuestro estado de ánimo viene determinado por lo que sucede en el exterior.
Afortunadamente, es posible con trabajo y esfuerzo, ser cada vez más nosotros mismos y pasar de un estado donde la vida nos controla, a controlar nosotros nuestra vida. Este es precisamente uno de los objetivos del autoconocimiento.
AUTOCONOCIMIENTO AL QUE TODOS LLEGAREMOS, COMO PARTE DE NUESTRA EVOLUCIÓN CONSTANTE, CADA UNO A SU RITMO Y SEGÚN SU PROGRAMA DE VIDA.
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