EN UNA VALORACIÓN DE LAS POSIBILIDADES DE LA NATURALEZA, EL ESCRITOR WAYNE DYER EXPRESÓ:
"ES MUY FÁCIL CALCULAR EL NÚMERO DE SEMILLAS QUE HAY EN UNA MANZANA.
PERO, ¿QUIÉN ENTRE NOSOTROS ES CAPAZ DE DECIR CUÁNTAS MANZANAS HAY EN UNA SEMILLA?".
DEL MISMO MODO PENSAMOS Y NOS INTERROGAMOS: ¿CUÁNTAS POSIBILIDADES HAY EN EL ESPÍRITU HUMANO DE FRUCTIFICAR EN BONDAD, EN CONOCIMIENTO, EN IMPULSO, EN CREATIVIDAD?
El individuo tiene en su condición espiritual la facultad del pensamiento, del sentimiento y de la acción... Semillas divinas germinando y desarrollándose en cada existencia.
Y esta, que hoy vivimos, con todo un contexto problematizado y difícil, reclama de cada uno, un nuevo enfoque para superar interiormente las dificultades. Necesita de otras capacidades y potencialidades como el desarrollo de la serenidad y la creatividad, motores dinamizadores del pensamiento y sentimiento.
Serenidad como un estado de comprensión, aceptación y reflexión de las situaciones que se nos presentan. La serenidad predispone a la creatividad en el pensamiento elaborador de ideas, tendiente a solucionar las cuestiones de una manera efectiva. Estos dos valores, forman parte de la naturaleza espiritual del hombre.
La serenidad no es indiferencia ni postergación: serenidad implica pausa, cese de violencia, de descontrol, de arrebatos. Es un detenerse física y mentalmente a comprender la situación, con un pensamiento de aceptación hacia la vida, hacia los seres que nos rodean, sintiendo y sabiendo que seremos capaces de encontrar el camino adecuado.
En ese momento de tranquilidad, el pensamiento trabaja aplacando el impulso que pueda ser negativo, creando en la mente un campo propicio para intuir los pasos a seguir.
LA INTUICIÓN ES PARTE DEL PENSAMIENTO CREATIVO, PERCIBIENDO ASÍ EL APORTE DE SERES ESPIRITUALES QUE POR ESE MEDIO LLEGAN A NOSOTROS CON SU AYUDA...
"SI LA ORACIÓN SIGNIFICA QUE TÚ HABLAS CON DIOS, LA INTUICIÓN ES DIOS QUE TE HABLA A TI...", EXPRESA EL MISMO W. DYER.
Las potencialidades del espíritu se completan con la determinación de la voluntad al servicio del bien y del progreso. De esta manera, la acción es el impulso movilizador necesario para concretar lo gestado en los pensamientos y sentimientos.
Sería conveniente, para comenzar, direccionar las potencialidades espirituales en el desarrollo de la valoración de uno mismo y de los demás.
Cada uno de nosotros es un ser importante en la Creación.
Estamos en la vida luchando por nuestra superación, trabajamos por nuestra familia, nos preocupamos por ella, tratamos de ser buenas personas.
Con todo este hacer, estamos al amparo de las leyes de Dios y ese amparo se manifiesta en fuerzas imponderables que fortifican nuestra mente y nuestro organismo.
Valorizarnos como personas no es una postura de soberbia ni vanidad. Es saber y creer que todo ese esfuerzo cotidiano de la vida, con sus aciertos, con sus dificultades, es un aprendizaje importante y valioso.
Esta valoración necesita luego expandirse hacia otros seres, aquellos que conforman y enriquecen nuestra vida con su apoyo y compañía.
Generalmente reclamamos de ellos respuestas acordes con nuestras demandas o deseos, nos formamos juicios, mantenemos posturas de exigencias, esperamos que obren según nuestro criterio.
Esta posición personalista e intolerante sólo da lugar a desarmonías, alejamientos afectivos y desencuentros.
Es importante por ello, dar y esperar, enseñar con la palabra, el ejemplo y agradecer a cada uno de los que nos acompañan en nuestra familia, su presencia, su apoyo, la oportunidad que nos brindan, consciente o no, de desarrollar la comprensión, la serenidad y el amor.
TODA ESTA DINÁMICA REFLEXIVA Y VALORATIVA DE UNO MISMO Y DE LOS DEMÁS, NECESITA TENER UN ESPACIO EN LOS PENSAMIENTOS, DEDICARLE UN TIEMPO DIARIO PARA EL DESARROLLO DE NUESTRA VIDA INTERIOR, PROYECTANDO ASÍ NUESTROS COMPROMISOS MORALES.
INTENTEMOS DEDICAR UN MOMENTO DEL DÍA A ESTA ACTIVIDAD QUE FACILITARÁ SEGURAMENTE, EL ACERCAMIENTO DE SERES ESPIRITUALES QUE NOS ASISTEN, QUE NOS AMAN, QUE ESTÁN DISPUESTOS A INTUIRNOS, PORQUE EL PENSAMIENTO EN REFLEXIÓN Y SERENIDAD ES CAMPO PROPICIO PARA ELLO.
Pensemos que todas las situaciones por difíciles que sean: problemas laborales, de salud, relaciones conflictivas, de convivencia, afectivas, toman otra dimensión cuando esta posición valorativa y de conocimiento, moviliza nuestro sentir y nuestro actuar.
DE ESTA MANERA, PROPONGÁMONOS DESPERTAR CADA DÍA CON UNA NUEVA ESPERANZA, LA QUE SE CIMENTA EN LA CONFIANZA QUE “EL GRAN ESPIRITU” NOS BRINDA A CADA UNO LAS OPORTUNIDADES NECESARIAS PARA EL PROGRESO, CON LAS HERRAMIENTAS FORJADAS EN LA SERENIDAD, LA CREATIVIDAD, EL OPTIMISMO Y LA PACIENCIA.
PENSEMOS QUE LA SEMILLA NECESITA SU TIEMPO PARA GERMINAR PORQUE NADA DURADERO SE CONSTRUYE FÁCILMENTE.
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