Los seres humanos tenemos un gran potencial, pero según dicen los neurólogos, utilizamos apenas el cinco por ciento de nuestras capacidades.
Los seres humanos tenemos el don de la vida y el don de amar la vida, pero nos creamos historias que contamos de múltiples maneras.
Tenemos tres maneras de ver la vida; tres niveles de percepción y por lo menos dos maneras de actuar: Recibimos el conocimiento de manera objetiva, de manera subjetiva y de manera emocional.
Recibimos, interpretamos y comunicamos en estos tres niveles. De manera objetiva cuando racionalmente recibimos el conocimiento y entonces, las cosas son como son.
De manera subjetiva cuando las cosas son lo que son y lo que nosotros creemos que son, de acuerdo con nuestra historia, cultura, ideología política, origen y creencias.
Percibimos de manera emocional cuando las experiencias o eventos en nuestra vida nos provocan emociones.
En cualquiera de los casos, actuamos o reaccionamos. Cuando la gente actúa, parte del conocimiento y de los tres niveles de percepción para hacer una síntesis y tomar una determinación. Parte de sí mismo a manera de actuación y no de reacción, como lo es la segunda manera de comportamiento.
Quienes se mantienen en una actitud vulnerable, reaccionan ante lo que la gente dice o hace; reaccionan ante las cosas que pasan, hacen escándalo en torno a ellas y dejan que estas les pasen por encima. Es muy importante conocer las distintas maneras en las que recibimos la vida y las distintas formas en las que vivimos la vida para saber que de la creatividad a la reactividad sólo hay un cambio de letra.
Somos reactivos cuando las cosas nos aplastan, y somos creativos cuando construimos nuestra historia no sólo a pesar de las cosas que pasan, sino incluso, gracias a la síntesis que hacemos de las cosas que pasan.
Sólo se necesita un chispazo de luz para mover la “C” de sitio y en lugar de ser reaCtivo ser Creativo.
El creativo se crea una forma de vida.
El creativo se recrea a sí mismo y renace cada día porque cada día se inventa una mejor forma de vida.
El creativo crea sus circunstancias de vida, el creativo comunica vida cuando habla, cuando trabaja y cuando convive con los seres que le rodean.
Las personas tenemos, además de la capacidad emocional, la capacidad espiritual para interpretar la vida y las cosas que pasan desde una visión sobrenatural. Esto nos permite otorgar un sentido supremo a todo lo que ocurre en torno a nosotros o nos ocurre directamente. Así, el dolor es inversamente proporcional al sentido que le damos.
Las personas con fe han demostrado, con su vida, la existencia de Dios porque por encima del dolor conservan la paz y la esperanza de una vida mejor. Las personas con fe no se doblegan ante lo que sucede y despiertan cada día con el ánimo dispuesto a servir a los demás.
El dolor es un espacio de soledad extrema que nos lleva a mirar a Dios –no importa si es para hacerle reclamos, preguntas que parecen sin respuesta, buscar su consuelo o pedirle perdón y agradecerle. El hecho, es que en ese sitio espiritual de soledad extrema podemos encontrarle y llenarnos de Él hasta vivir en su presencia y amar profundamente la oportunidad de amar.
A lo largo de la historia de la humanidad hemos visto que el 80 por ciento de las organizaciones altruistas se conforman de personas con fe. En la mayoría de éstas, se reúnen personas que recibieron la fe en momentos de profundísimo dolor a causa de la pérdida de un ser querido, a causa de una enfermedad terminal, a causa del nacimiento de un hijo con discapacidad, a causa de un accidente que alteró severamente su forma de vida, a causa de la pérdida de un empleo o la quiebra de su empresa; a causa de algún acontecimiento que le sacudió el alma y le hizo salir de sí mismo para servir a los demás.
Salir de uno mismo es darse cuenta del entorno en el que estamos parados y entonces, mirar cara a cara a la gente que está alrededor nuestro para ver de qué manera podemos servir. En este punto caemos en la cuenta de que nacimos para amar y que amar es servir de tal modo que no hay otra manera de ser congruentes con esta, que es la única posibilidad de ser feliz. No hay más.
El potencial humano es pues: racional, subjetivo, emocional y espiritual. En este orden de ideas, se juegan la inteligencia, la emotividad, la impulsividad y la espiritualidad en forma diversa, compleja e ilimitada.
Es muy importante el autoconocimiento y el ejercicio de la libertad y la voluntad para seguir adelante en la búsqueda de la verdad de nosotros mismos para alcanzar, defender, salvaguardar y acrecentar la belleza y la bondad con las que todos y cada uno de los seres humanos somos capaces de donarnos a los demás.
Cada ser humano es un regalo así como la vida es para cada ser humano una sorpresa; una invitación, y un reto a la felicidad.
Se es feliz cuando se es congruente con nuestra capacidad de amar y amar es trabajar por los demás.
Propongo para todos que el autoconocimiento en el estudio, la convivencia y el trabajo sea el sendero para descubrir con apertura y honestidad los dones y talentos que podemos compartir e intercambiar para hacer de este, un mundo mejor.
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