miércoles, 31 de marzo de 2010

LA VELTA A LA ÉPOCA FEUDAL

El tratado de Lisboa, (la Antigua Constitución Europea) o Corsé neoliberal, el camino elegido por quienes nos gobiernan, para la vuelta a la época Feudal.

Los rechazos en los refrendos de distintos tratados en Dinamarca, Noruega, Suecia e Irlanda, altas abstenciones y movimientos de protesta de diversa índole y luego los refrendos "constitucionales" fallidos de Holanda y Francia y ahora el no rotundo de Irlanda al recocido "Tratado de Lisboa", a pesar de las grandes fuerzas mediáticas e institucionales a favor del SI, demuestran la existencia de una falla democrática creciente entre los intereses de la mayoría de los ciudadanos y el tejido institucional controlado y dirigido por las multinacionales.

La prepotencia neoliberal pretendía conseguir, vía campañas de intoxicación mediática, la aprobación mediante referéndums de un andamiaje legislativo diseñado a la medida de sus intereses.

Se trataba y se trata (Tratado de Lisboa) de reconvertir la UE según el referente norteamericano (NAFTA) en términos de empleo (colar la semana de 65/78 horas, reducciones de la protección por desempleo, despido libre camuflado, ...), pensiones (alargamiento de la vida laboral a 70 años, reducción de las prestaciones, privatización de los fondos de la seguridad social), protección sanitaria (privatización de la sanidad pública para hacer de la enfermedad el gran negocio como en EEUU...), políticas educativas (educar sólo según el criterio que dictan las necesidades empresariales, promoción del "cheque escolar" inventado por Reagan para privatizar el sistema de enseñanza, oct.), ...

Un texto que hipoteca todas las conquistas obreras del siglo XX, que sacrifica los servicios sociales y los servicios públicos a la “competencia” de los monopolios multinacionales, que deja los derechos sociales y laborales en el marco de la competencia de los Estados y por lo tanto a la deriva del dúmping social, que promueve y exuda dumping fiscal por todos sus poros a favor del capital rentista improductivo y que consagra en definitiva el sometimiento de las instituciones públicas y las políticas sociales a los intereses de las grandes corporaciones.

Dumping fiscal que al bajar los impuestos de los ricos contribuye a desequilibrar las finanzas públicas y obliga a los Estados a emitir títulos de deuda que son el sustrato del castillo de naipes en que se ha convertido el sistema financiero mundial.

Un texto amañado y diseñado en la sombra, que se intentó vender con el disfraz de “Constitución Europea” mediante una estudiada campaña de saturación publicitaria y mediática en la que la opinión pública española fue manifiestamente manipulada para el disparo en la línea de salida. Una “Carta Magna de las multinacionales” para imponer de manera irreversible el modelo capitalista neoliberal más salvaje en Europa.

Un texto, en fin, que afianza una mecánica antidemocrática que permite, vía consejos intergubernamentales, colar medidas que difícilmente saldrían adelante en el seno de las cámaras parlamentarias de los estados miembros como es el caso de la "directiva de la vergüenza" (18 meses de retención por ser inmigrante) o la de las "opcionales" 65/78 horas.

Una vez  aprobado el "Tratado" de Lisboa y recordar que entro en vigor el 1 – 01 – 2.010.

Un descomunal paquete de medidas antisociales está ya preparado para soltar amarras con el loable fin de hacernos tan competitivos como los chinos. Un verdadero tsunami neoliberal que convertirá cualquier forma de protección laboral o social en una especie en peligro de extinción.

Nos guste a no a través del tratado de Lisboa poco a poco volvemos a la época feudal.







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