VIVIMOS TIEMPOS DIFERENTES.
TODO HA CAMBIADO. NOSOTROS HEMOS CAMBIADO. NUESTROS OJOS MIRAN DIFERENTE.
NUESTROS OÍDOS OYEN OTRAS COSAS.
En lo malo siempre hay algo
bueno. En lo imposible, algo posible. En el gozo, alguna amargura; en la luz,
muchas sombras.
Nada es lo que parece. Nada
es permanente. Todo cambia. No somos los mismos ni al minuto siguiente de leer
esto. No somos los de ayer. Ni los de hace unos años. Tampoco los de mañana.
Por eso no aventuremos lo que vamos hacer, lo que seremos, lo que pasará.
Nuestra mente se ha enfocado
en otros puntos y aquello que tanto occidente se ha empeñado en desterrar de la
vida, aflora con su mensaje más poderoso: la transitoriedad de la existencia,
su brevedad, su carácter inminentemente efímero y su inmediatez.
En cualquier momento y de
cualquier forma, podemos perder la vida. Nos encontramos de pronto con la gran
ocultación de estas sociedades: la muerte.
SIENTO Y CREO QUE EN TODOS
NOSOTROS HAY UN ALMA PURA; UNA ENERGÍA INCONMENSURABLE QUE TIENDE AL
EQUILIBRIO, A LA HONESTIDAD Y LA BONDAD. SIGO CONFIANDO EN EL SER HUMANO, POR
MUCHAS TORTAS QUE ME DE LA VIDA.
Separo el actor de la comedia
y el observador del protagonista. Hemos venido a interpretar un papel; el
nuestro, el de cada uno. Aquel que le es más útil al alma y a su evolución.
No lo recordamos. Olvidamos
el compromiso con nosotros mismos que hemos hecho antes de experimentar esta
vida. Lo olvidamos todo porque de otra forma nunca actuaríamos como lo hacemos.
Nunca tendríamos la oportunidad de volver a equivocarnos, de construir sobre lo
que ya fuimos o de crecer más allá de lo creemos ser.
Cuando alguien se comporta
de forma detestable, veo al personaje. Al papel que está haciendo aún sin
saberlo; veo su pasado, los dolores que lleva impresos en su ADN, lo víctima
que fue de otras víctimas, quizás. Y por eso es fácil que llegue al perdón
mediante la comprensión.
Conocer facilita el camino
hacia la compasión, por los otros o por uno mismo. EN DEFINITIVA, TAMBIÉN SOMOS
UN PERSONAJE CON UN PAPEL EN ESTE ESCENARIO DE LA VIDA. TODO PASARÁ Y PASARÁ
INCLUSO MÁS RÁPIDO DE LO QUE QUERRÍAMOS. TODO TENDRÁ UN FINAL. LO BUENO Y LO
MALO. LO QUE INTERPRETAMOS, LO QUE SABEMOS O LO QUE CREEMOS SABER.
Lo importante es saber
conectar con lo que no es aparente, con aquello que hemos olvidado al nacer. Si
logramos hacerlo alguna vez entonces estaremos más cerca de quien creemos que
es nuestro adversario de lo que podemos creer nunca.
Más cerca de todo lo que
amamos y ni siquiera lo sabemos.
Más cerca de nuestro ser
limpio y poderoso sin emplear para ello ni egoísmos, ni orgullos, ni apegos, ni
dependencias.
En ese final, habrá
recompensa. Estará esperándonos la verdad. La única de la que ya no podremos
evadirnos hayamos sido como hayamos sido.
Y EN EL ENCUENTRO DEL ACTOR
CON SU DIRECTOR DESCUBRIREMOS LA VERDADERA RAZÓN DE LA EXISTENCIA. Y LO
ENTENDEREMOS ENTONCES. Y NO NECESITAREMOS RAZONES, NI EXPLICACIONES, NI LOS POR
QUÉ SIN ACLARAR, NI PUERTAS CERRADAS, NI HABITÁCULOS SIN TECHO.
ENTONCES, NUESTRA ALMA
ENCONTRARÁ LA PAZ QUE MERECE Y QUE, SIN SABERLO, TANTO BUSCA DE MILES DE
FORMAS.
ENTONCES TÚ Y YO SEREMOS
UNO. Y TODO ESTARÁ EXPLICADO.
LO IMPOSIBLE LLEVA DENTRO LO
POSIBLE. NO LO OLVIDES
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