viernes, 25 de octubre de 2019

NADIE SABE NADA DE NADIE (REFLEXIONES PARA EL FIN DE SEMANA)

LO CIERTO ES QUE NADIE SABE REALMENTE LO QUE TE PASA, SOLO TÚ LO SABES, CADA DÍA VEMOS A GENTE POR LA CALLE, VECINOS, AMIGOS, COMPAÑEROS, AMORES, FAMILIARES… GENTE QUE COME A NUESTRO LADO, QUE TOMA UN CAFÉ O QUE PASA DEJANDO EN EL AIRE UN RASTRO DE SÍ MISMO SIN SABOR A NADA.

Es muy curioso que en plena era de la comunicación, es cuando los seres humanos menos nos comunicamos entre nosotros y si nos comunicamos es una comunicación “SUPERFICIAL” preguntamos por quedar bien, por ser correctos, pero no hay profundidad, no hay sentimiento de preocupación por los demás.

Y la raíz, está bien clara todo empieza en uno mismo “NADIE PUEDE DAR LO QUE NO TIENE” y si yo no he desarrollado el habito de comunicarme conmigo en profundidad, menos aun  seré capaz de hacerlo con los demás, incluso con los más cercanos.

LA FALTA DE COMUNICACIÓN DE LA BUENA (LA QUE SE HACE CON EL CORAZÓN) HOY EN DÍA ES EVIDENTE Y ES LA CAUSA DE MUCHOS CONFLICTOS IMPORTANTES EN NUESTRA VIDA.

Poco o nada sabemos de los demás. NADIE SABE NADA DE NOSOTROS. Sonreímos, cruzamos miradas, nos rozamos codo con codo, trabajamos juntos y sin embargo, nadie nos conoce, nadie sabe de nuestras penas, nadie sabe si cuando estamos solos reímos o lloramos, nadie sabe si la vida que llevamos nos hace felices o no nos gusta.

NOS PONEMOS LA CARETA DEL DISIMULO, PORQUE LO QUE REALMENTE QUEREMOS ES PROTEGERNOS DEL DOLOR, QUE NO SE NOS NOTE.

Nos protegemos de todas aquellas persona que les encanta meterse y saber de la vida de los demás, porque son incapaces de mirar la suya, de la gente chismosa, de los que solo van a rumiar la carroña, de los que se alegran que las cosas nos vayan mal.

La existencia de este tipo de ser humano es más habitual de lo que ustedes puedan pensar, pues la ver que los demás lo pasan mal, que sufren, ellos sienten alivio de sus propios males.

Quizá porque desconocen la sabiduría del refranero castellano que dice: “MAL DE MUCHOS, CONSUELO DE TONTOS”.

Cuando depositamos en alguien la confianza de contarle nuestras penas, inconscientemente le estamos poniendo en sus manos nuestro corazón. Le estamos dejando nuestra intimidad al desnudo.

Nuestro desnudo más integral, lo cual es uno de los mayores errores que podemos cometer, ya que nosotros y solo nosotros, sabemos realmente lo que nos pasa, los demás cuando se lo comentamos simplemente………….. INTERPRETAN SEGÚN SUS PARÁMETROS LO QUE LES CONTAMOS, POR LA SENCILLA Y SIMPLE RAZÓN QUE NADIE PIENSA IGUAL A NADIE.

La verdad nos guste o no, es que a pesar de todo tenemos que pasarlo solos. Todo, sea lo que sea. Cuando aún te han sucedido pocos sin sabores estás deseando que otros te ayuden a pasar el mal trago. Cuando éstos se van acumulando te acostumbras a pasarlo mal a solas, porque esa experiencia es para ti y para nadie más. Pues solo tú puedes aprender de ella.

Hay que resistir los malos momentos, que sin duda llegan a lo largo de la vida, dejar pasar las horas en las que nos sentimos muertos e integrar en nuestra rutina la nueva situación.

Y un día, sin saber ni cómo ni por qué, el milagro sucede. Ya no te duele igual, ya no piensas tanto, ya no tiene el mismo sentido y el sol parece brillar de nuevo.

Entonces empiezas a verlo todo de nuevo, ves lo mismo pero lo sientes de forma diferente. Aquello que pasaba delante de ti y no te dabas cuenta, ahora percibes los colores, los aromas y la luz que hay a tu alrededor.

Las sonrisas de otros que tanto te molestaban empiezan a ser tus cómplices y de nuevo crees en la vida y en tu destino.


SABES QUE LO MEJOR ESTÁ POR SUCEDER.

CAMINAS ENTONCES CON UN PROPÓSITO, EL DE SENTIRTE LIBERADO DE ESA SENSACIÓN TREMENDA DE ABANDONO DE TI MISMO.

Y POR FIN RESPIRAS PROFUNDO Y SABES QUE HAY UN MÁS ALLÁ AÚN POR VIVIR Y QUE ES PARA TI Y TE ESTÁ ESPERANDO.


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