HOY EN DÍA CUANDO MÁS NECESARIO ES, PARECE IMPOSIBLE TENER NUESTRA MENTE EN CALMA.
Estamos saturados de información, llenos de problemas, de prisas, de sin sabores, de cuestiones pendientes, de asuntos a los que no llegamos o de angustias proyectadas en un futuro que tampoco sabemos si llegará.
Llenamos la vida de velocidad, que si lo meditamos bien, no nos sirve de ayuda para nada de lo que hagamos, el estado natural del ser humano es el sosiego, la calma.
CALMAR LA MENTE NO ES DEJARLA EN BLANCO. No se trata de paralizarla, de que esté vacía o de que nada se mueva en ella. Calmar la mente significa poner claridad en nuestras ideas.
Los pensamientos llegan, pero debemos separarnos de ellos, no pegarlos a la piel, ni hacer una simbiosis infructuosa para nosotros. Los conflictos están ahí. A veces, agrandados por los fantasmas que habitan dentro de nuestro cerebro; otras impelidos por su fuerza (la que nosotros mismos les damos) que parece devorarnos por completo.
Todos evidentemente tenemos conflictos, pero no todos reaccionamos de la misma forma ante ellos.
Para afrontarlos una buena forma es: “PONER LA MENTE EN MODO CALMA” es decir detenernos y esperar. Sin prisa. Sin intentar resolverlos desde la inquietud para que todo “vaya bien”; a nuestro modo y según nuestro libro particular.
En la gran mayoría de ocasiones, ni siquiera son problemas si los miramos despacio, sin acercarnos demasiado, observándolos como si fuesen ajenos.
Lo cierto es que no podemos resolverlo todo, es más se podría decir que casi nada. Y lo que es una evidencia, es que los conflictos se resuelven, con nuestra intervención o sin ella.
NOS CREEMOS DEMASIADO IMPRESCINDIBLES Y LA VIDA SIEMPRE CONTINÚA A PESAR DE QUE NOSOTROS ESTEMOS O NO EN ELLA.
Se trata de parar unos minutos al día. Comenzar como un juego. Cerrando los ojos o dejándolos descansar sobre la vista perdida en la nada. Si intentar resolver, sin pretender conseguir, sin necesitar recolocar.
Solo así adquiriremos el hábito de la calma….la nuestra, de forma que nadie pueda romperla a su antojo.
UNA CALMA QUE NOS INUNDE DE PAZ. POR EL TIEMPO QUE SEA, AUNQUE SOLAMENTE SEA UNOS INSTANTES. SERÁN SUFICIENTES PARA RENOVAR LA MENTE Y NUESTRO ESTADO DE INQUIETUD CASI PERMANENTE.
MERECE LA PENA INTENTARLO, NO TENEMOS NADA QUE PERDER Y SI MUCHO QUE GANAR,
ASÍ QUE………….PROBÉMOSLO.
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