jueves, 29 de junio de 2017

NUNCA DEBEMOS PERDER LA DIGNIDAD

LA PREGUNTA DE FONDO ES SIEMPRE LA MISMA: ¿POR QUÉ DECIMOS QUE UN SER HUMANO ES DIGNO? ¿DÓNDE RADICA SU DIGNIDAD? CABRÍA PUES PREGUNTARNOS SI ALGUNOS TIENEN MÁS DIGNIDAD, OTROS MENOS, Y SI ESA DIGNIDAD SE ADQUIERE O SE PIERDE. 

Dignidad significa que algo merece respeto, que goza de cierto valor. Tal valor puede proceder de lo que uno es, de lo que uno hace, o de lo que los demás aprecian de uno.

Se dice popularmente que la esperanza es lo último que se pierde. No, lo último que una persona puede perder es la “dignidad”, y cuando ésta se pierde, quedamos anulados como personas. Esta cualidad de dignidad inherente a todo ser humano se viene devaluando constantemente desde hace ya décadas.

CUANDO SE PIERDE LA DIGNIDAD

LA DIGNIDAD NO DEBEMOS PERDERLA NUNCA POR NADA NI POR NADIE, PUES ENTONCES NOS PERDERÍAMOS A NOSOTROS MISMOS, DAÑARÍAMOS NUESTRO AMOR PROPIO Y NUESTRA INTEGRIDAD.

LA DIGNIDAD LA PIERDES CUANDO TU MISMO/A SIENTES QUE MORALMENTE ESTAS HACIENDO TODO LO CONTRARIO A LO QUE CREES QUE SERIA CORRECTO.  

QUÉ ES DIGNIDAD: 

El término dignidad deriva del vocablo en latín dignitas, y del adjetivo digno, que significa valioso, con honor, merecedor. La dignidad es la cualidad de digno e indica, por tanto, que alguien es merecedor de algo 

La dignidad humana es un valor o un derecho inviolable e intangible de la persona, es un derecho fundamental y es un valor inherente al ser humano

Es la cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden.

En La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 habla de la "dignidad intrínseca (...) de todos los miembros de la familia humana", y luego afirma en su ARTÍCULO 1º QUE "TODOS LOS SERES HUMANOS NACEN LIBRES E IGUALES EN DIGNIDAD Y DERECHOS".

Si bien cada persona tiene que hacer valer su propia estima, este valor no es válido si es a costa de los demás. Así que tenemos que saber discernir aquellas actuaciones de los demás que dañan nuestra imagen y vulneran nuestra dignidad.

A pesar de que no es la presencia ni la ausencia de dignidad lo que asegura conseguir amor o amistades verdaderas, lo que sí es cierto es que aquellas relaciones fundamentadas en la dignidad serán más auténticas, libres, sólidas y respetuosas.


"NI EL AMOR NI EL CARIÑO SE MENDIGAN, NUNCA"

La cuestión es que según con qué personas nos relacionemos o en qué momento vital nos encontremos, seremos más propensos a convertirnos en víctimas de aquellas personas que necesitan menospreciar parar engañar a su autoestima.

A veces perdemos la dignidad porque consideramos que nos compensa o porque, lo que es más habitual, nos bloqueamos y no sabemos responder ante situaciones complicadas de manipulación o sometimiento.

El conocimiento a tener en cuenta es: “no pierdas a alguien por orgullo, pero tampoco pierdas la dignidad por alguien”. Sin embargo, realmente la línea entre el orgullo y la dignidad es muy difusa.

Para eso tenemos que mantener nuestro egoísmo controlado, pues será un exceso de él lo que convierta a la dignidad en orgullo, un sentimiento de superioridad vacío, intolerante, dañino e injustificado. 

ES LA DIGNIDAD LA QUE REFLEJA LA HABILIDAD DE COMPORTARSE DE MANERA JUSTA Y EQUILIBRADA CON UNO MISMO SIN HACER CASO A PRETEXTOS NI A CHANTAJES EMOCIONALES QUE NOS SOMETAN. O SEA, QUE SER DIGNOS ES RESPETARNOS Y RESPETAR AL PRÓJIMO MANTENIENDO LA DISTANCIA DE SEGURIDAD QUE NOS PERMITA EQUILIBRAR LA BALANZA.

Por eso debemos respetarnos y mantener la dignidad, no perderla por nada ni por nadie, pues en ese caso nos perderíamos a nosotros mismos por capricho de quien no nos merece. 

LA IMPORTANCIA DE SER DIGNOS PARA NO HERIR A LOS DEMÁS

Las personas que se quieren y respetan a sí mismas tienden a ser más coherentes y bondadosas en sus actos que aquellos que no se aprecian, pues las primeras consideran terrible hacer daño a los demás.

Del mismo modo, aquellos que no se tienen en consideración les resulta menos disonante o terrible cometer actos mezquinos, pues se creen con menos valor y por lo tanto, no tienen que alimentar un buen concepto de sí mismos.

Esto explica la razón por la que las personas que suelen aprovecharse de los demás y menoscabar la dignidad ajena suelan hacerlo casi siempre sin pudor. En este sentido podemos decir que realmente hay algo que no está funcionando como debe dentro de ellos. 

De todas maneras, la piel crece sobre la herida, aunque lo importante es que se cicatrice desde el interior. Utilizamos esta metáfora porque es muy útil para hacernos a la idea de cómo cuando alguien nos defrauda, se rasga una parte de nosotros.

No quiere decir que la dignidad nos haga salir indemnes de los daños que podamos recibir, sino que gracias a que mantenemos fuerte y presente nuestra identidad podremos manejar mejor el hecho de que alguien nos abandone, que nos despidan del trabajo o que nos engañe un amigo.

Una persona íntegra y auténtica será una persona digna que a pesar de que los acontecimientos le lastimen, seguirá caminando, mirando de frente y con su frente alta porque se conoce y sabe lo que vale a pesar de que los acontecimientos o las personas negativas quieran hacerle creer lo contrario.

Digamos que aunque nunca volvemos a ser los mismos, este tipo de situaciones dolorosas nos invitan a fortalecer nuestra dignidad y nuestra identidad personal. No vamos a vernos menos afectados o dolidos, pero sí que nuestra manera de salir del pozo conllevará menos daños colaterales. 

DE TODAS FORMAS, GENERALMENTE CUANDO NOS VEMOS EN LA OBLIGACIÓN DE DECIDIR ENTRE NUESTRA DIGNIDAD O LA FALTA DE ELLA, LAS CAMPANAS DEL ADIÓS O DEL CAMBIO DEBEN EMPEZAR A SONAR EN NUESTRA CABEZA.

ENTRE OTRAS RAZONES PORQUE, COMO HEMOS DICHO, NO PODEMOS PERDER NUNCA NUESTRA DIGNIDAD NI RENUNCIAR A NUESTRA SALUD EMOCIONAL POR NADA NI POR NADIE.


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