martes, 16 de julio de 2013

EL HOMBRE: MICROCOSMOS Y ENCARNACIÓN

Siguiendo el principio de Hermes: "LO QUE ES ARRIBA, ES ABAJO", debemos sondear la identidad humana en su propio origen e intentar relacionarla con el Sistema Solar y el Cosmos. Partimos de una Trinidad concreta: Hombre, Sistema Solar y Cosmos.

El hombre al igual que todo lo creado es el resultado también de una Trinidad operativa: Espíritu, Alma y Cuerpo. Este trío está latente en todas las tradiciones y religiones del orbe. En su parte comparativa y para aplicarlo al plano de lo práctico podéis hacer un símil con Adán, Eva y la serpiente. Adán es el principio perfecto, emanado y creado por Dios. En sí mismo no es nada pues no se contrasta. Pide al Señor que le dé una compañera semejante a él y aparece Eva o los valores psíquicos y receptivos. El asume los valores impulsivos positivos pero al final aparece la serpiente, portando el plano de la materia concreta, donde son atrapados tanto el alma Eva como el espíritu Adán.

El eterno retorno se establece desde el momento de separación pues volveremos a ser uno solo cuando la materia se sublime y se haga psíquica o anímica, cuando el alma se vuelva espíritu radiante y luminoso; el eterno Adán emanado del sueño de Dios. Hubo un tiempo en que todos fuimos solamente uno. Nos referimos al momento que un Sol creador lanzó un espermatozoide cósmico cometa para que fecundara un agujero negro repleto de naturaleza femenina. El cometa lanzado era de signo positivo con energía lumínica, emanado por nuestro Padre Creador un Sol próximo o lejano que deseó expandirse y que lo hizo como expresión de su creatividad y amor transformador dentro del cosmos. Por otra parte en el agujero negro se habían concentrado miles de millones de partículas de materia de planetas muertos y desgajados. Esas partículas de planetas muertos volvieron al polvo. Como está escrito en la Biblia "el polvo al polvo". Cuando todo estuvo repleto de materia, el cometa, a gran velocidad, penetró en la hendidura negra y se produjo la gran explosión que expulsó millones de chispas girando vertiginosamente.

En nuestro sistema solar fueron doce las chispas principales que sometidas a dos fuerzas básicas: centrípeta o interna y centrífuga o externa, crearon la corteza y el núcleo de lo que hoy conocemos como planetas. Pero las chispas más pequeñas son y serán soles en miniatura lanzados por un solo Padre Creador y expresados en un espermatozoide cósmico o Planeta.

Nosotros, los seres humanos, al igual que las grandes masas planetarias, tenemos un revestimiento de materia y una chispa solar en nuestra frente o glándula pineal. En el centro de todo el sistema brilla la chispa más radiante, más viva, donde reside el principio; el Sol luminoso que nos alumbra cada día y del que dependemos totalmente. Somos, a pesar de todo, iguales a nuestro Padre Creador y volveremos a los orígenes de nuestra perfección.

Recuerdo un diálogo maravilloso que mantuve con mi Maestro y por el cual vinculo dos cuestiones importantes a un sólo misterio: chispas solares = espermatozoides. Al comienzo no entendí lo que quería decirme. Después, reflexionando a lo largo de mucho tiempo vi la grandeza del hombre que desde el primer momento genera vida y que esas vidas nunca se pierden sino que retornarán dentro de miles de años a formar matemáticamente las chispas de nuestra explosión como Cristos luminosos o Soles. Seguramente nosotros seremos los Dioses de nuestros hijos creados a lo largo de tantas reencarnaciones.

Si penetráis en el diálogo seguramente llegaréis a concebir toda la grandeza de Dios en el hombre y viceversa: Hoy hablaremos del Dios Hombre o del Hombre Dios, que viene a ser la misma cosa. Hace dos mil años un gran Maestro dijo; "Vosotros sois Dioses", y son pocos los que han entendido tales palabras. ¡Realmente, Maestro, el Hombre de hoy poco o nada tiene de Dios! Así es, pues está aprendiendo sólo del polo negativo de la naturaleza bipolar de ese inmenso Dios. Pero no siempre permanecerá así. Luego cambiará a otros confines de su personalidad experimentativa. Te pregunto yo a su vez, ¿Cuántos espermatozoides o seres vivos puede crear un hombre sano a lo largo de su vida? Seguramente varios billones. Pero a medida que los crea se destruyen. ¡No, querido mío!, no es así. Los hombres siempre pensáis que todo tiene un principio y un final, mientras que para la economía creativa del cosmos nada se destruye sino que se transforma y permanece latente. Lo creado, creado está, pero a su vez lo creado puede o no estar manifestado en este plano. Si tú engendraste esos seres vivos espermatozoides con ellos te habrás de encontrar después, ya que son "tus Humanidades".

¡Ahora sí que no entiendo absolutamente nada! Dios se hace desde la piedra, donde vive billones de años. Luego en el vegetal y en el animal hasta llegar a ser hombre. Luego en Ángel, más tarde en Arcángel, Querubín, Serafín, Trono, etc. Después Cristo, etc...todas esas etapas están cargadas de vivencias de experimentación, de creatividad y de sensaciones que jamás desaparecen. Siempre te acompañan hasta los confines del infinito. Así pues, lo que hoy creaste mañana lo encontrarás rodeado de los aspectos anímicos y espirituales que vivieron contigo en el momento de la fecundación. Cuando llegues a la meta de ordenar todos tus elementos creados, harás como el niño que coge todas las piezas para ordenar el rompecabezas, es decir "su obra". Pero, ¿qué sucede con todo lo creado?, ¿dónde se puede almacenar tanto a lo largo de infinidad de vidas y millones de años? En tu Sol. ¿Cómo en mi Sol? Si pudieras ver realmente tu Esencia, encontrarías un pequeño Astro que se hace grande como un huevo, conteniendo en su interior todo lo producido hasta que al final con todos los elementos se abre en explosión majestuosa formando tu propio Sistema Solar y Planetario. Allí, querido hijo, en aquellas bolas de fuego pondrás tus espermatozoides creados y rodeados del ánimo con el que viviste en su fecundación, y tú, como el Supremo Monarca, alumbrarás su devenir. ¿Dónde está ese Sol, Maestro? Mira dentro de tu propia frente y verás la chispa de la Divinidad Consciente. ¿Quiere decir esto que nuestro propio sistema solar se formó así como tú me lo explicas: Sí, lo más simple forma lo más complejo y lo más complejo vive en lo simple en un binomio armónico que es gobernado por el orden del Supremo Bien al que vosotros llamáis Dios. Sigo sin entender bien cómo se pueden almacenar todos los elementos capaces de ser creados a lo largo de tanto tiempo en una estructura tan pequeña. Recuerda que la energía y la materia son la misma cosa y que el volumen de esta energía puede ser cero . En un principio todo esto me resultaba complejo, metafísico y alucinante. Así se lo manifesté a mi maestro. El, que todo lo sabe y todo lo ve –pues esta en mi- me dijo: Hubo una época, en otra vida, que volví a explicarte todo esto y rechazaste la enseñanza. Ahora te es fácil pues el tiempo muestra y descubre el conocimiento. Te voy a plantear una cuestión que hoy sí puedes entender. Imagínate que te hago viajar a un planeta lejano donde sólo hay mamíferos primates o monas, y que tomando tu semen durante un año insemino a las monas. Esta fecundación es fácil de realizar hoy en día, ¿verdad? Claro. Antes también se hizo así por mediación de los seres del espacio. "Los hijos de los Dioses se unieron a las hijas de los hombres y las fecundaron". Pero la evolución del hombre no podía comprenderlo. Los hijos que nazcan de esa unión o inseminación artificial, ¿a quién adorarán como Dios Creador? Creo que a mí. ¡Claro, claro, ahora lo entiendo! Si el hombre comprendiera realmente, tu Planeta sería un verdadero paraíso. Aquella noche no pude dormir. Llegó un momento que tuve que salir a la terraza porque las lágrimas salían del fondo de mi alma. Miré al cielo y exclamé: "¡Llévame Padre contigo a reconciliarme y fundirme en el principio de nosotros mismos! ¡Pórtame a la fuente de tu idea y déjame caminar por tu imaginación activa! ¡Enséñame tus límites eternos, anda con mis pies, mira con mis ojos y toca con mis manos, haciendo el camino de regreso cuando éramos una idea reposada! ¡Traspásame desde la noche al perpetuo día de la luz! ¡Enséñame el pozo de agua viva donde nace el conocimiento inmaterial de tus ideas y fúndeme en un suspiro sin tiempo y sin espacio! ...Así deseo caminar, exento de ataduras y de afectos, impersonal y confundido entre tu armonía, siendo una nota de tu eterno canto, viajando y contemplándote en mí mismo, consciente y vivo; respirándote, sintiéndote y emanando tu existencia. ¡Llévame Padre contigo!".

Si realmente pudiéramos ver al Hombre en toda su integridad es seguro que veríamos una réplica del sistema solar que nosotros ya empezamos a llamar Cristo. A este respecto es de todos conocido el llamado "Aura", que viene a ser un huevo de energía sutilísima que rodea al hombre como expresión del ego espiritual. Sería como el sistema que nos envuelve o la eclíptica donde se mueven los planetas en forma ideal y que nos permite trabajar astrológicamente. En el nivel inferior se podría decir a su vez que para llegar al complejo biológico humano en cada célula se encuentran resumidas y memorizadas las existencias experimentativas de setecientos millones de años como mineral, otros tantos como vegetal y otros tantos como animal. En el nivel de relación superior sería bueno incluir lo que el Sr. Ignacio Castellana afirmó y que nos dará pie para hablar de las influencias entre el hombre y el medio que le rodea: Los campos de fuerza, de los cuales está lleno el Universo, son creados por el Espíritu de Dios. Estos campos de fuerza, por tanto, no son materia sino energía. Son ellos los que crean el movimiento, la rotación y el pulso del Universo.

Ahora, está claro que cada hombre, como materia vivificada por energía, tiene un determinado campo de fuerza propio. Este campo de fuerza es el cuerpo etéreo, mejor dicho, el alma o energía psíquica que estructura la forma material la misma que la ciencia parapsicológica define como "campo estructurador de forma". Si este campo de fuerza del hombre está en armonía y equilibrio con las leyes de la creación, también las células de su cuerpo estarán en consecuencia en armonía y equilibrio. Asimismo, la pulsación del corazón, la respiración y el movimiento de la sangre; debido a que el campo de fuerza del hombre forma parte del campo de fuerza divino que pone en movimiento la pulsación del corazón, la respiración y, por tanto, la vida. Y así sucede en el Cosmos, exactamente de la misma forma. El organismo humano es una construcción ideal que manifiesta las capacidades creativas de la Inteligencia Cósmica: Dios; el Espíritu Cósmico que es armonía y equilibrio por excelencia. Si este organismo es un perfecto subordinado a los estímulos reales, amor, espontaneidad, lealtad, comprensión y respeto fraterno, que les llegan desde el Espíritu Cósmico, en este caso está perfectamente sintonizado con la energía del campo superior de fuerza universal. Esto quiere decir que la "buena calidad" del campo de fuerza del hombre está en condición de soportar, sin menoscabo alguno por la materia, cualquier cambio en la frecuencia de la energía, que determina un "nuevo tiempo" en el cual existen diferentes valores. Pero si el organismo es un vibrador caótico de efectos exteriores, emanados por una excesiva emotividad humana, odio, rencor, envidia, egoísmo, hipocresía, miedo, entonces la sintonía con los valores del campo de fuerza universal superior queda notablemente distorsionada, de tal forma que cualquier variación del poder de la energía no podría ser soportado a nivel de la célula." La relación existente entre la naturaleza del hombre y el cosmos se podría expresar así: Los electrones o enzimas = hombres. Los átomos = planetas. Las moléculas = sistemas solares. Los grupos moleculares = galaxias. Los órganos = universos. El hombre = cosmos. Y asemejaremos las reacciones del devenir humano al devenir cósmico. Dejaremos por el momento esta exposición para no correr el riesgo de hacernos ininteligibles. Pero deberemos aprender a modo de dogma y para luego trabajar a nivel práctico lo siguiente: Planetas = espíritu de las cosas. Signos = modo y cualidad de las cosas. Casas = forma y concreción de las cosas.

Otra de las cuestiones que necesariamente debéis asimilar, a pesar de la tradición religiosa judeo cristiana en la que nos movemos, es el concepto "karma" y "reencarnación", más propio de oriente. La palabra "karma" significa literalmente "obra", "acción". Obra y acción derivadas de una causa anterior. Toda causa produce un efecto, o como se dice en física "toda acción produce necesariamente una reacción". Este término tiene su origen en la filosofía hinduista que establece a través del karma la selección de las personas en su peregrinaje, reencarnación tras reencarnación. Según esta doctrina, si tú en esta vida ejecutas un determinado mal y por tanto realizas una causa, automáticamente te haces acreedor a un efecto en esa misma vida o bien en la vida siguiente. Según sea el número y calidad de las causas almacenadas en cada vida, así será la calidad y cantidad de karma. Diremos entonces: "Ese hombre tiene un fuerte karma" o lo que es lo mismo: "Ese hombre tiene una cuenta pendiente". La reencarnación y el karma tienen un sentido paralelo e independiente. No puede haber una sin el otro. Lógicamente En las religiones occidentales al no contemplarse la posibilidad de reencarnación tampoco se cuestiona el karma. ¿Cuál es la creencia más correcta entre oriente y occidente? ¿Existe o no la reencarnación y el karma? Hay teólogos que se encargan de enmarañar la madeja a fin de anteponer dogmatismos a cuál más raros para anular la capacidad natural del individuo que ve espontáneamente el constante renacer de los seres en nuevas andaduras por el sendero de la existencia. Es más práctico creer, y a la luz del conocimiento del Siglo XX deberíamos aplicar esta realidad a nuestras vidas a fin de liberarlas del dogma, de los infiernos y de los cielos que más se asemejan a cuentos de hadas que a una lógica equilibrada de lo que la evidencia nos arroja. Muchos no aceptarán los hechos debido a sus sólidos principios morales. Para ellos, y a modo de explicación, transcribimos: "Vuelve mañana”.

Parábola de la Reencarnación.

Un niño va por primera vez a la escuela; era muy pequeño y sus conocimientos no pasaban de la experiencia infantil. Su Maestro le pone en la primera clase y le pide que aprenda las lecciones siguientes: "Tú no debes matar, tú no debes hacer daño a ningún ser viviente, tú no debes robar". Luego, él no mata, pero era cruel y robaba. Al final del día cuando su barba era iris su maestro le dice: "Has aprendido a no matar, pero no has aprendido las otras lecciones. ¡Vuelve mañana! Al día siguiente volvió, todavía como un niño. Su Maestro le pone en una escuela un poco más adelantada y le da estas lecciones para aprender: "Tú no debes hacer daño a ningún ser viviente, tú no debes robar, tú no debes mentir". Luego, el hombre deja de ser cruel, pero roba y miente. Al final del día el maestro le dice: "Tú has aprendido a no ser cruel, pero no has aprendido las otras lecciones. Vuelve mañana". Al día siguiente volvió y era de nuevo un niño, su maestro le pone en una clase un poco más adelantada y le da estas lecciones para aprender: "Tú no debes robar, no debes mentir". No deseaba los bienes de los otros pero seguía mintiendo. Y al final del día, su maestro le dice: "Tú has aprendido a no robar, pero las otras lecciones no las has aprendido. ¡Vuelve, pequeño mío, vuelve mañana!...

Citar la reencarnación en un medio cultural cristiano católico, ámbito este donde surtirá efecto nuestro estudio, puede resultar desacertado. Pero es bueno que se conozca que hasta el Concilio de Constantinopla en el año 543 d.C. la reencarnación del espíritu era un hecho aceptado por todos los fieles de las iglesias. Aludiendo a concepciones bíblicas, citaremos aquí, a modo de aval, algunas de las más rotundas: (Jeremías, 1 4/5). "Llegóme la palabra de Yahvé que decía: Antes que te formara en el vientre te conocí, antes de que tú salieses del seno materno te consagré y te designé para profeta de pueblos". La alusión a la reencarnación parece evidente. El conocimiento de un individuo antes de su concepción sólo puede indicarnos que ya había existido como entidad física concreta en una o varias vidas precedentes. De hecho, si el Señor hubiera querido decir que había conocido a Jeremías como entidad espiritual en su vida precedente, no tendría sentido puesto que El conoce e todos los espíritus y no sólo al de Jeremías.

Cinco siglos antes de Cristo, Malaquías anuncia a las gentes que Dios enviará sobre la Tierra al profeta Elías, que había vivido cuatro siglos antes que él: (Malaquías, 4 5): "He aquí que yo enviaré a Elías, el profeta, antes que venga el día de Yahvé". Un retorno de este género, evidentemente no puede ser entendido sino como una verdadera reencarnación. Los siglos pasaron y Lucas nos dice que esta profecía se está cumpliendo. El ángel anuncia a Zacarías la reencarnación de Elías con estas palabras: (Lucas, 1 13/16/17). "Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, al que pondrás por nombre Juan ...Y a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor su Dios, y caminará delante del Señor en el espíritu y poder de Elías". Juan entonces nacerá y tendrá el espíritu de Elías, además de su potencia, y se concreta que él precederá al Mesías. Por consiguiente, tenemos una referencia precisa a la reencarnación de Elías en Juan. Juan nació, predicó a las gentes en el desierto, bautizó a Jesús y fue encarcelado. Pero como las muchedumbres no comprendieron quién era, Jesús interviene severamente y les dirige estos reproches: (Mateo, 11 7/15). "¿Qué habéis ido a ver al desierto, una caña agitada por el viento?, ¿qué habéis ido a ver, a un hombre vestido humildemente? ¿A qué habéis ido? ¿A ver un Profeta? Yo os digo que más que un Profeta éste es de quien está escrito: "He aquí que yo envío a mi mensajero delante de mí". "En verdad os digo que entre los nacidos de mujer, no ha aparecido uno más grande que Juan el Bautista...y si queréis oírlo, él es el Elías que ha de venir. El que tenga oídos, que oiga". Los Discípulos hicieron esta pregunta: "¿Por qué dicen los Escribas que Elías debe venir primero? El respondió: "Elías ha venido ya, y no lo reconocieron"...Entonces comprendieron los Discípulos que hablaba de Juan el Bautista. (Mateo, 17 10/14). Vemos aquí un hecho claro de reencarnación, y es Jesús quien lo dice claramente y sin equívoco: "Juan el Bautista es el Elías que ha de venir". Y reafirma que ya ha venido y que no lo han reconocido. Después, los Apóstoles comprenden. Encontramos otra referencia en (Lucas, 9 18/19). "Aconteció que orando El a solas, estaban con El los Discípulos, a los cuales preguntó: ¿Quién dicen que soy yo?, respondieron ellos: "Juan el Bautista", otros "Elías", otros, "uno de los antiguos profetas resucitados". Aquí no solamente son los Discípulos quienes creen en la reencarnación sino también el pueblo. Y "resucitado" significa naturalmente "reencarnado" puesto que el cuerpo de Elías o de los antiguos profetas había desaparecido desde hacia siglos, las únicas partes que habían quedado vivas eran el alma y el espíritu, y sólo ellas podrían representarse bajo nuevas formas sobre la Tierra. También se habla en (Marcos, 6 14/16). "Llegó esto a oídos del rey Herodes, porque se había divulgado mucho su nombre y decía: "Este es Juan el Bautista que ha resucitado de entre los muertos"; pero otros decían: "Es Elías" y otros decían que era un profeta. Pero Herodes, oyendo esto, decía: "Es Juan a quien yo degollé, que ha resucitado". Aquí no puede quedar ninguna duda del término "resucitado". Debe ser entendido en el sentido de "reencarnado". Sabemos también que Herodes, por petición de Salomé, su hija, empujada por su mujer, Herodías, había enviado un verdugo que cortó la cabeza de Juan. Ahora bien, si Juan hubiera resucitado, se presentaría a las gentes con sus antiguas facciones conocidas y todos habrían sabido y habrían hablado señalando justamente esta particularidad, y como precedente, habría habido dos personas físicas distintas: la de Jesús y la de Juan. Sin embargo no era este el caso, sólo estaba Jesucristo que predicaba. Además un cuerpo sin cabeza no puede resucitar ni puede ser devuelto a la vida, y Herodes sabía estas cosas y comprendía, naturalmente hablando de Jesús, el paso a él del alma de Juan, y no su renacimiento físico. En el Evangelio de Juan, 20 22, existe una revelación absolutamente clara al hecho del retorno: "Jesús dijo: "Si yo quisiera que éste permanezca hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme". Se divulgó entre los hermanos la voz de que aquel Discípulo no moriría, más no dijo Jesús que no moriría, sino: "Si yo quisiera que este permanezca hasta que venga, ¿a ti qué?". ¿Cómo podría permanecer Juan entre nosotros hasta ese añorado día? Sabedores de que la muerte es una barrera infranqueable para la naturaleza humana, evidentemente y sin duda, por medio de la reencarnación. Para terminar las citas bíblicas, debemos recordar lo que sobre los niños llenos de defectos escribió San Agustín a San Jerónimo: "Dios, pudiendo sólo crear el bien, es muy probable que ellos hubieran escogido estos defectos en una existencia precedente". Investigadores de diferentes países han tenido la ocasión de examinar casos de individuos que aseguraban acordarse de su vida precedente, y después de haberlos estudiado con seriedad y con escrupuloso rigor científico, han concluido con la afirmación de que la reencarnación es un hecho y que los recuerdos correspondían a la realidad. Realidad conmovedora, pero realidad. Y el estudio de los casos probados se extiende cada día más, incluso en los centros universitarios. Basta decir que la Universidad de Jaipur en la India ha reunido un equipo de seis decanos que han recogido en sus archivos unos 80 casos de reencarnación probados. El profesor Denys Kesley, miembro del Colegio Real Inglés de Medicina, así como su mujer, Joan Grant, han relacionado en un interesantísimo volumen la documentación de otros 10 casos de reencarnación. Recordamos también un versículo del Corán en el cual Mahoma, hablando de la reencarnación, nos dice: "Dios crea a los seres y los envía miles de veces para que ellos vuelvan a El". Nosotros añadimos: "Conscientes y purificados, no arrepentidos, como algunos aseguran". Recogemos también otro caso muy significativo que se dio en Santa Bárbara (California) el 26 de enero de 1978. Eduardo de Moura Castro, un niño de 7 años, atacado de leucemia, dijo a su madre: "Mamá, cierra el oxígeno, no lo necesito más". Después añadió: "La muerte es una vía, un camino hacia otra galaxia. Quiero volver a la vida como un niño lleno de salud". "No sé por qué elegí volver a esta vida como enfermo, pero cuando se vuelve no se recuerdan los motivos de la elección. Cierra el oxígeno, no lo necesito más..." y tomando entre las suyas la mano de su madre, añadió con una sonrisa: "Es la hora". Después murió. ¿A dónde vamos? A conquistar la conciencia, el conocimiento y la eterna felicidad, sublimando nuestra carne hasta transfigurarnos en Ángeles, Arcángeles, Querubines, Serafines ...y así ser un día el 99,99% de esa quimera sublime rodeándonos de omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia de un Dios más grande y expansivo, generador de justicia y amor universal. Hemos dicho que el karma es una doctrina más acorde con la lógica pero también como tal es mal empleada por quien tiene intereses nefastos o bajos.

En la cuna del hinduismo el karma es la mejor de las formas para justificar las castas raciales y sociales. Se dice: '...¡Pobre hombre!, que desgraciado es. Estará pagando karma". Esa complacencia en el dolor de los demás ha hecho que se relaje el amor y el ansia de caminar hacia el derecho de igualdad para todo el grupo humano. El karma por tanto se explica en cuanto a que traduce una ley divina que satisface deudas particulares respecto del patrón de evolución del espíritu. Existen así mismo karmas colectivos que como un solo ser psíquico son acreedores a premios y castigos. ¿Quién hace ejecutar el karma? Para unos son las propias Jerarquías Cósmicas o Divinas las que vigilan e imponen el premio o castigo que corresponda. Para otros es el propio individuo consciente y en el plano astral sin el cuerpo físico que soportó su existencia el que se conciencia de su pasado y programa su futuro de acuerdo a la Ley de Causa Efecto. Nosotros creemos sinceramente que no hay mayor juez y más implacable que el propio individuo que sabiendo que ha hecho mal lo trata de compensar. Dentro de la Ley Mosaica esta doctrina se define con la máxima "Ojo por ojo, diente por diente", por la que toda mala acción es compensada con castigo semejante que debe ser aplicado. Si Dios es la Perfecta Justicia es normal que pensemos aplicar en todo momento la Ley de Causa Efecto a fin de no ceder ante la debilidad o la ignorancia. Al fin y al cabo un Dios que no es justo no tiene sentido. Según se entiende aquí Dios y Justicia son un binomio inseparable y necesario. Sin embargo todo se tambalea cuando el propio Jesús nos habla de otros mecanismos aparentemente contradictorios: (Lucas, 6 29/30). "Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al mal, y si alguno te abofetea en la mejilla derecha, dale también la otra; y al que quiera litigar contigo para quitarte la túnica, dale también el manto, y si alguno te requisa para una milla, vete con él dos. Da a quien te pida y no vuelvas la espalda a quien desea de ti algo prestado". Aquí, como vemos, Jesús cuestiona directamente la ley y parece decirnos que la Ley Kármica es capaz de ser mutada o mitigada por el amor. Esto para algunos pensadores es una forma de debilidad. No puede haber justicia sin amor pues sería impiedad, pero tampoco puede haber amor sin justicia puesto que sería debilidad. El equilibrio de ambas formas hablaría en todo caso de un Dios sensible y capaz de aplicar la ley según convenga. Quizás estemos atribuyendo a Dios algo que como antes hemos dicho, nace de nosotros mismos y es vivido por nuestra propia conciencia. Recordamos una pequeña historia que ayuda a esclarecer este dilema: "El hospital se hacía más tétrico ante los gemidos del moribundo. La enfermera llevaba varios días contemplando el tremendo dolor emotivo de un anciano que se resistía a dejar su cuerpo. Casi sin constantes vitales, pareció revivir de nuevo en un último esfuerzo y abrió los ojos de par en par mirando a la enfermera que respiraba aliviada. ¿Cómo se siente? dijo ella. He vivido la muerte y he sufrido de una forma espantosa. El tiempo se me acaba y he desperdiciado la vida. ¿Tan dura es la muerte? No es dura, creo que es una liberación. Entonces, ¿es el dolor del cuerpo? No, es el dolor del alma que es mucho más fuerte. En un momento he visto toda mi vida reflejada en un segundo.

He llorado volviendo a vivir historias de la guerra. Allí, mi misión era torturar a los presos y así lo hice. Al principio con ciertos escrúpulos pero al final. llegué a disfrutar con ello y con el sufrimiento de los que caían en mis manos. Después me he visto en otra guerra y era yo quien sufría la tortura. Era espantosa y moría entre agonías odiando al que me torturaba. Ahora, en esta vida que se me está acabando, he caído víctima del odio almacenado y he torturado con más saña que antes. En vez de aprender la lección y haber perdonado y cedido ante el odio, me he hecho acreedor a nuevos dolores para las siguientes vidas. ¡Qué tremenda pena haber perdido la oportunidad de perdonar y redimirme! ¡Dios mío, Dios mío, qué ceguera la del hombre que se deja arrastrar por las pasiones!". Este fue el diálogo previo a la muerte de aquel anciano que agonizaba al emprender el Viaje hacia el Espíritu para comenzar una nueva etapa. Hemos hablado del viaje después de la muerte, pero ¿hacia dónde?...Son muchas las culturas y cada una nos muestra básicamente un infierno y un paraíso. Todas coinciden no obstante en un tránsito que revive el pasado y los actos de las vidas. Este camino obligado fue reflejado muy bien en la cultura egipcia que se ocupaba de dejar un barco junto a la tumba del Faraón a fin de que navegase hacia el Sol una vez renaciera. En forma generalizada se dice que se viaja "al plano astral", pero ¿qué es este plano sino el astro o Sol?...Lógicamente si el Sol tiene un componente espiritual, otro psíquico y otro físico, es el padre de la genética planetaria. Dicho de otra manera "la vid de donde nacen los sarmientos". Ubicaremos por tanto en su seno la identidad de cada ser que vive y se muestra en todos los planetas. Es el Sol o Cristo el que contiene el espíritu de cada individuo, por tanto, una vez muertos, el cuerpo físico queda en la tierra y el alma o cuerpo astral viaja al Sol donde reside el espíritu. Es en el Sol donde hacemos nuestro propio juicio al contrastar las experiencias de otras vidas con la que acabamos de dejar y después programamos la próxima existencia de acuerdo a lo que mejor convenga a nuestra evolución y a fin de saldar el karma o cuentas pendientes que hayamos dejado atrás. Ahora bien, entre la muerte y el viaje al Centro Espiritual del Sol, ¿con qué nos encontramos?, pues con esferas o planetas que son los que a su vez nos presentan las escenas o momentos que registraron en nuestro paso por la tierra. En este yunto es bueno pasar a otra explicación que nos muestra lo que acabamos de decir.

Antes leamos a Hermes que nos habla de este viaje: " Tú me has enseñado ciertamente todas las cosas como yo quería, Oh Nous". pero háblame también de la Ascensión, tal y como se produce. A esto Poimandres respondió: Primeramente, en la disolución del cuerpo material, tú entregas ese cuerpo mismo a la alteración, y la forma que tú posees deja de ser percibida, abandonas tu yo habitual, inactivo en adelante, y los sentidos corporales se remontan a sus respectivas fuentes y se funden nuevamente con las Energías, mientras que la parte irascible y la concupiscible van a parar a la naturaleza irracional. Y de esta manera el hombre se lanza ya desde este momento hacia lo alto a través del armazón de las esferas, y en el primer círculo abandona la capacidad de crecer y decrecer, en la segunda las arterias de la maldad, espíritu del engaño que en adelante carece ya de efecto, en el tercero la ilusión del deseo en lo sucesivo inoperante, en el cuarto la ostentación del mando desprovista de sus miras ambiciosas, en el quinto la audacia impía y la temeridad presuntuosa, en el sexto los apetitos ilícitos que produce la riqueza, en lo sucesivo inoperante, y en el séptimo la mentira que prepara las trampas. Y entonces, despojado de lo que había producido la naturaleza de las esferas, entra en la naturaleza "ogdoática", sin poseer otra cosa que su propia potencia; y canta a una con los Seres, himnos al Padre, y todos los presentes se gozan con él de su llegada."

La Conciencia Crística Solar de nuestro sistema está formada por los Elohim o Dioses Solares que programan la existencia y el devenir de todo cuanto se manifiesta bajo la influencia de la luz. Este conjunto de seres bajo un solo Ente se llama "Logos Solar". Existen a su vez doce Logos Planetarios correspondientes a los doce planetas del Sistema Solar, compuesto cada uno de ellos por los Maestros Ascendidos o realizados de cada planeta. Cada Logos Planetario tiene asignada una función o una característica que debe realizar, tanto para su propia economía evolutiva y creativa como en relación a su monarca el Cristo o Logos Solar. A estos se les llama también "Gobernadores del Sol". Imaginad, en otro orden de cosas, que una persona mata a otra tal que este año, y por tanto establece un karma. Luego muere y aunque él es consciente de tal acción, ¿quién estuvo de testigo por encima de él?...Por supuesto, el Universo que nos envuelve; los planetas que le rodearon. Así pues cuando de nuevo tome cuerpo, habrá cambiado el Espacio y el Tiempo, pero los Planetas vuelven precisos a sus órbitas y a girar en imágenes las acciones cometidas por los hombres. Ante, el Espíritu, el hombre muerto ve como en una película las vivencias que los distintos Logos Planetarios le van mostrando, y antes de retornar a la vida, son los Consejos Kármicos de estas Jerarquías las que se programan para que en la siguiente reencarnación del individuo en el planeta, le sean pasadas y recordadas las cuentas pendientes que debe satisfacer para saldar las deudas. 

Comprenderéis enseguida el fundamento kármico de la Astrología en cuanto que el Karma es fijado y entregado a los Logos Planetarios que de acuerdo a las Leyes Mecánicas Celestes y en la vida de un individuo, le van activando cuanto previamente se había programado. Así pues podemos estudiar las posibilidades de futuro de tal o cual Conjunción Planetaria para esta o aquella persona pues sabemos la naturaleza del Logos y sus efectos. El hombre no está solo en el Universo sino que es parte del mismo. Por tanto se establecen ínter relaciones con todo cuanto le rodea. En el ejemplo anterior y a fin de saldar la cuenta del asesinato cometido, tendrá que confiar al Logos Kármico que gobierna la violencia y la muerte que a fecha determinada el individuo muera a su vez en semejantes circunstancias a manos del que fue anteriormente su víctima. Seguramente hablaría antes de reencarnar con el Logos de Plutón que rige la muerte y el Logos de Marte al que compete la violencia para que en aspectos concretos de ambos se salde su cuenta kármica. ¡Claro está!, esto podría ser entendido como determinismo o fatalidad pero hay que considerar que el que debe ejecutar la sentencia, a su vez está influido por otros aspectos planetarios donde podrían darse perspectivas de perdón.

Pondremos un ejemplo para considerar que no existe el fatalismo por definición sino que siempre hay una vía de salida: "En una vida, Juan asesina violentamente a Pedro, quedando en Pedro la lógica necesidad de. venganza. Una vez muertos los dos, Juan comprende el daño que ha hecho y considera normal que en la siguiente reencarnación sea él muerto por su anterior víctima. De esta manera la Ley Causa Efecto o Ley del Karma se complementa. Sin embargo, a ambos se les da una posibilidad muy positiva para vencer la tendencia a la violencia. Se programa que en la siguiente vida Pedro encarne como hijo de Juan y de esta manera el amor de hijo pueda contrarrestar la violencia acumulada en el espíritu. En la siguiente existencia se encuentran delante de este dilema; incluso Pedro desea matar a su Padre con toda la fuerza. Pero es "su padre" y en esa lucha se dilucida un karma positivo al hacer que sea el amor quien mute la violencia acumulada en otras vidas." Y es que desde el. plano astral todo se establece en sucesión de continuidad positiva y nunca de aniquilamiento. Por otra parte hay que considerar que a la vez que por medio de las acciones en esta vida realizamos un karma, también se realiza lo contrario; es decir un "darma" o conjunto de acciones positivas que contribuyen a estabilizar la balanza. Si el darma es superior al karma, se sube de plano y la posterior reencarnación nos dará un mayor acceso a otro estado de conciencia. Por medio de la supresión del karma y de la acumulación del darma se logra una mayor vibración espiritual y se puede encarnar en otras estancias paralelas donde la vida sea mucho más evolucionada, aunque cada espíritu pertenece a su propio sistema y se redime con todo el macrocuerpo que lo engendró. Llega un momento que el ser que un día comenzó a experimentar, ha conseguido suprimir el karma y a su vez ha vencido al mal y sus tendencias. Este ,ser es desde entonces un "Maestro" que asciende de plano ocupando la Cuarta Dimensión. Pero atado por su vinculo al tronco genético espiritual trabaja en tareas de ayuda para que los seres aún no ascendidos lo consigan definitivamente llegando a la sublimación de la materia a lo largo de millones de años.

Después se transforma todo el sistema con hombres, animales, átomos hacia la dimensión más elevada. ¡En fin!...No se trata de aclarar del todo algo tan complejo, sólo indicar la mecánica básica del karma y del individuo en su ascensión hacia la perfección Hemos hablado de la competencia de los Logos de nuestro Sistema Solar pero existen otros jerárquicamente distintos que nos relacionan con el cosmos tanto colectiva como particularmente, se llaman "Logos Zodiacales". Todo vive unido en inteligencia perfecta pues todo está estrechamente vigilado por los seres interdimensionales y por entidades de cuya sabiduría y poder el hombre quedaría perplejo. La cuestión final de la investigación es la siguiente: ¿Existe o no el karma y cómo se aplica al hombre? ¿Está el amor por encima del karma? ¿Se puede alterar en alguna ocasión? Quien ha comprendido que somos infinitos e inmortales trabaja para el eterno presente sembrando flores para recibir en su día flores y construye un karma positivo y armónico. Quien no ha comprendido se deja llevar por lo aparente y por la satisfacción de los apetitos bajos entrando en una dinámica de repetición, vida tras vida, hasta que al fin comprenda. ¿Podemos sondear en Astrología el karma de una persona?: Sí. Efectivamente llegará el momento en que el vivir y el morir no estén separados en el tiempo por el hecho de encarnar o no en la dimensión material. Decimos esto porque somos eternos y todo se supedita a una cuestión de evolución y conciencia. Así pues hemos leído cómo en otros planetas los seres viven conscientes y mueren y retornan conscientes de su presente, pasado y futuro. Sin embargo nuestra educación materialista impide el verdadero acercamiento a nuestro conocimiento individual. Ya desde pequeños se nos educa para poseer cosas fuera de nosotros. Tener tal o cual juguete, conseguir tal o cual puesto, subir a la Luna, etc...Los paraísos siempre están fuera de nosotros, incluso a Dios le hablamos mirando al cielo pensando que es allí donde está y no en nuestro corazón. Si al tiempo de nacer se nos educara en sentido inverso; es decir enseñándonos a penetrar en nuestra entidad interna y espiritual, podríamos acceder a otra dimensión espacio temporal donde las respuestas son más nítidas y donde se puede ser consciente del pasado y del presente perpetuo. Claro está que esto puede ser una verdadera utopía hasta que pase el tiempo y consigamos tal evolución, pero es ya el momento preciso en el que debemos comenzar la andadura porque la nueva Era Acuario nos propicia un mayor campo mental de comprensión e innovación. Además de la Astrología, existen también otros modos de sondear el karma. Nos referimos a la Numerología, ciencia ésta, elevada a "sagrada" por maestros como Hermes y Pitágoras que trataron de diseñar un Dios compuesto de dimensiones, formas, ideas y conceptos equidistantes y armónicos.

Así pues los astrólogos sabemos que al tiempo de nacer el ser se establece impresa en el espacio-tiempo una identidad compuesta de formas y distancias, de números y conceptos. Todos ellos colgados de los Planetas y del Cosmos que lo envuelve. Si todo esto lo imprimimos levantando la Carta Natal del sujeto nacido, sabremos básicamente de dónde viene y a dónde va en su andadura cósmica. También conoceremos los movimientos para esta reencarnación actual que le toca vivir. Decimos que el astrólogo sagrado sabe sumar, restar, comparar y mezclar las esencias planetarias y astrales y es capaz en su último grado de síntesis de dialogar con la propia esfera a través del Logos Planetario pudiendo en consecuencia saberse de antemano los pasos programados que a cada uno le corresponden en la vida que le toca ahora realizar. Existe una técnica llamada "Planetas Progresados" en varias medidas de tiempo y magnitud sobre la Carta Natal del individuo que nos permite, como antes hemos dicho, seguir el karma anterior y posterior del ser. Estas progresiones son como si dijéramos "el ojo por ojo, diente por diente" que le toca pagar al sujeto. Pero pueden ser modificadas o condicionadas por la voluntad del individuo valiéndose de las energías que los "Tránsitos Planetarios" le ofrecen en el día a día de su existencia. Es importante que se comprenda esto para no entrar en el determinismo o la predestinación. Potencialmente nuestro futuro está impreso ya desde el momento de nacer, pero puede y debe ser trabajado como el panadero hace con la masa del pan; existe la harina y el agua, pero el panadero sabedor de su función hace panes redondos, cuadrados, bellos ...en función de sus herramientas, de su ingenio y de su voluntad.

En cada reencarnación debemos integrarnos en una de las doce natividades zodiacales; es decir que variamos en la experimentación Crística. Ahora bien, cómo se entra y se sale de esta experiencia? Los antiguos nos dan la pista a través de las declaraciones de Plutarco de Queronea, griego que hacia el año 70 de nuestra Era, escribió el libro "La Faz de la Luna", que en su segunda parte es un diálogo de las idas y venidas de las almas de los muertos en su vagar de la Tierra a la Luna. Entre otras cosas dice que dichos espíritus pueden dejar la Luna cuando lo creen oportuno y descender a la Tierra donde hablan a los mortales por boca de los oráculos, como el de Delfos. Las almas que no han alcanzado la perfección o espíritus coléricos, no son tolerados en la Luna y se les reexpide de manera inflexible a la Tierra hasta que han corregido sus defectos. Este tema también es recogido más tarde por otros escritores como el famoso Obispo Godwin, pero la idea primitiva se debe a Plutarco de Queronea. Ningún alma puede abandonar el aura psíquica de la Tierra si no es por medio de los pasillos establecidos por la Jerarquía. Recuerdo a este respecto cómo los Maestros Cósmicos nos hablan de la necesidad de entrar en la Tierra con sus astronaves a través de los polos magnéticos a fin de no romper el circuito electromagnético del planeta o cinturones Van Allen.

También dicen que lo que ahora es Bolivia y Llanura del Nazca en Perú, fue el antiguo Polo Sur de la Tierra antes de que la caída de una de sus Lunas desviara el eje magnético hasta sus actuales coordenadas. De hecho las figuras representadas en la citada llanura son la tarjeta de visita y faros direccionales de las distintas civilizaciones extraterrenas que nos visitaron y que dejaron su sello personal en el lenguaje "Solex Mal" o ideogramas utilizados por la Confederación de Mundos, semejantes a la representación de nuestras figuras zodiacales. Cuando el alma del ser desencarnado abandona la influencia aurica de la Tierra, lo hace por el punto natural que le corresponde: la intersección que se produce de la Luna en su orbitación con el plano de la eclíptica. Es como si. el aura se rompiera por este lugar para facilitar un pasillo por el cual deben salir y entrar las almas a encarnar y desencarnar. Por esto el estudio y progresión de los Nodos Lunares nos dan la pista para estudiar el karma del individuo. Estos Nodos llamados también "la cabeza y cola del dragón" los utilizaremos al confeccionar nuestras Cartas tanto como se utiliza la Luna pues son un punto que a nuestro entender no se le ha dado la importancia que merece. Es s través de ellos por donde recibimos la información básica del karma y darma del sujeto. Por el Nodo Norte se nos empuja por la Ley del Darma a ejecutar cumpliendo lo anterior y construyendo el esquema básico de la próxima vida. Por el Nodo Sur o karma debemos cumplir con la visión actual de la conciencia que portamos: el trabajo mal realizado en otras existencias o el que nos queda por ejecutar.' Simplemente progresando estos Nodos en la Carta Natal veremos la tremenda importancia que tienen en la vida de los seres y en la predicción astrológica. Siempre se establecen dictados de acción y reacción del Hombre con el Cosmos y del Cosmos con el Ser a través de las vías de acceso lógicas y naturales que como decimos son los Nodos. Es más, me atrevería a asegurar que su influencia tiene el mismo peso específico que la propia Luna.

Un simple pensamiento que emita el hombre golpea dentro del huevo psíquico de la Tierra para al final salir por el camino que tiene establecido: el Nodo. Se trata de aplicar un poco el esquema de las ondas de radio que van rebotando por el espacio, de emisor a emisor, haciendo líneas más o menos onduladas, hasta que otro aparato previamente sintonizado es capaz de captarlas. Aunque ahora todo esto suene un poco raro, debéis quedaros con la imagen de lo que pretendo decir, pues sólo comprendiendo los principios se pueden luego aplicar en la práctica. Son muchos los autores que hablan de los Nodos como elementos del karma y no saben el porqué. 

 APUNTES METAFÍSICOS Y ASTROLÓGICOS



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