ALGO TAN N
TENEMOS QUE CONSEGUIR
CONFIAR EN NUESTRO SER INTERIOR Y EN ESA SABIDURÍA QUE SE MANIFIESTA EN SOLEDAD
Y EN EL SILENCIO CUANDO SE REQUIERE ACIERTO.
Gastamos mucha energía de
nuestra mente debatiéndonos entre pensamientos contradictorios para lograr “la
mejor decisión”, pero no existe la mejor decisión. Hay una decisión. De hecho,
el no tomar ninguna decisión, ya es una decisión. Posponer, es también otra
decisión.
Hay que ser proactivo, tomar
iniciativa y comenzar a situarnos en puntos diferentes para ver perspectivas
distintas. Ir a nuestro centro, conectar con nuestra energía más poderosa, dar
un paso y abrir el camino para seguir avanzando.
El mundo de las
posibilidades podemos intuirlo desde dentro y descubrirlo fuera. Con
determinación, con seguridad de que las situaciones se recolocan, las personas
se renuevan, lo que necesitas, de una forma u otra llega.
El criterio que debes
aplicar a la toma de decisiones es el de sentirte bien contigo sin boicotearte,
sin la necesidad de perjudicar a los demás para ir por delante más deprisa.
Nuestro tiempo va a nuestro
ritmo. No nos comparemos. No es necesario ni conveniente.
Para tomar decisiones
debemos aparcar la impulsividad y convertirnos en observadores, de nosotros, de
lo otro, de los otros. Observa que hay en juego, cuánto influye el miedo en tus
respuestas, dónde están los límites de lo que ocurre en esa situación en la que
debes decidir.
Siempre se aprende cuando se
observa. Cuando solamente avanzamos por impulsos se cometen muchos errores y de
hondo calado.
DESPIERTA TU CONCIENCIA
INTERIOR. ERES LA ENERGÍA QUE DA LUZ A TU VIDA. MIRA ESA LUZ. LLÉNATE DE ELLA.
LA LUZ SIEMPRE DISIPA LA OSCURIDAD Y LAS TINIEBLAS DE LA INDECISIÓN.
TOMA DISTANCIA. DATE TIEMPO.
HAZ SILENCIO INTERIOR Y ACTÚA SIN MIEDO.
SIMPLEMENTE EL HECHO DE HACER YA IMPLICAUN AVANCE.
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