A LO LARGO DE LA VIDA NOS ENCONTRAMOS EN INNUMERABLES OCASIONES CALLANDO LO QUE SENTIMOS, POR DIFERENTES MOTIVOS, UNAS VECES PORQUE NOS PARECE INADECUADO O PORQUE PENSAMOS QUE ESTA FUERA DE LUGAR, OTRAS PORQUE SENTIMOS QUE PODEMOS SALIR PERJUDICADOS O BIEN PERJUDICAR A PERSONAS AJENAS A NOSOTROS, SEA POR EL MOTIVO QUE SEA, ACABAMOS CALLANDO LO QUE LLEVAMOS DENTRO.
Recuerda:
“LA PRUDENCIA NO JUSTIFICA QUE NO TE EXPRESES”.
Lo sensato y lo correcto es que seamos prudentes y que midamos las consecuencias de lo que nosotros EXPRESAMOS, en especial cuando además de nosotros mismos, hay más personas involucradas. Sin embargo, más pronto que tarde, debemos encontrar la forma de expresar esos sentimientos que nos oprimen y tenemos necesidad de sacar al exterior.
Debemos tener en cuenta que no necesitamos hacerlo en persona sobre todo cuando ha pasado un tiempo de aquello que queremos sacar fuera de nuestro interior. Pero realmente tenemos que ser responsables con lo que hacemos, entendiendo que pueden haber afectados. Pero que a su vez necesitamos dar salida a esas emociones que si dejamos dentro acabaran haciéndonos daño.
A veces podemos ir a un terapeuta que nos ayude a entender e integrar las emociones que nos oprimen, otras veces podemos acudir a una persona de confianza y pedirle simplemente que nos escuche, también como desahogo es una buena solución escribir una carta y luego quemarla, podemos publicar un artículo anónimo si pensamos que podemos hacerle daño a alguien, todo antes de quedarnos con ello en nuestro interior.
En el mejor de los casos podemos simplemente darnos la oportunidad de decir lo que sentimos, lo que opinamos, lo que hemos pasado, a alguien que a lo mejor tenga interés de saberse involucrado en algo que quizás para nosotros representa un dilema.
El decirle algo a alguien que sentimos debe escuchar, muchas veces no mejorará las cosas, pero sí podemos sentir un peso menos, una carga liberada en cada palabra que pronunciamos. Incluso si esta persona no reacciona como nos gustaría, nosotros sentiremos esa liberación.
NO SE TRATA DE PASAR LA CARGA DE UNAS MANOS A OTRAS, SE TRATA SIMPLEMENTE DE SALIR DE ELLA.
Se trata de sacarla de nuestro interior, donde muchas veces se enquista y termina por hacernos mucho daño. Así como nuestro cuerpo rechaza los cuerpos extraños, los encapsula y muchas veces los expulsa. Nuestro sistema emocional procura que exterioricemos o canalicemos cada emoción que tenga la capacidad potencial de perjudicarnos.
CADA EXPERIENCIA VIVIDA NOS DEJA UNA EMOCIÓN ASOCIADA A LA INTERPRETACIÓN Y A LA INTEGRACIÓN DE LO QUE OCURRIÓ.
Si una emoción no nos conecta con el bienestar, sino que por el contrario nos roba energía vital cada vez que aparece al recordar un evento de nuestro pasado, es necesario procurar su sanación.
Muchas veces la sanación comienza cuando tomamos conciencia de los daños, los reconocemos y entendemos que hay cosas que no hemos dicho, reconociendo con honestidad que en ocasiones nos hemos escondido hasta de nosotros mismos.
PERMITIRNOS SENTIR NO NOS HACE DÉBILES, las emociones las tenemos a lo largo de nuestro día a día para que sepamos cómo estamos procesando las experiencias que vivimos.
Si sentimos tristeza, vergüenza, rabia, remordimiento, culpa… no es bueno ocultarlas o negarlas, lo mas sabio y saludable es permitirnos la presencia de esas emociones y el mejor tratamiento para sanarlas, será el perdón a otros y a nosotros mismos, reconociendo lo que ocurrió, entendiendo que cada quien hace lo mejor que puede y sacando de nosotros las “IDEAS PRECONCEBIDAS” que nos quitan cada día más espacio para el equilibrio emocional. Debemos cambiar la manera en la cual vemos las cosas, para poder crecer emocionalmente.
Quedarnos callados perjudica no solo nuestra salud emocional, sino también la física y la energética, debemos aprender a sacar al exterior las emociones negativas que están dentro haciéndose cada vez más fuerte, debemos aprender a expresar lo que sentimos, entendiendo que hay muchas y diferentes formas de hacerlo y cada uno debe encontrar la que a él le sea más fácil.
CUANDO ALGO NO ESTÉ FUNCIONANDO BIEN A NIVEL EMOCIONAL, DEBEMOS APRENDER A ESCUCHAR NUESTRO CUERPO
ESCUCHA A TU CUERPO, SIENTE SUS MOLESTIAS, SUS TENSIONES…
NUESTRO CUERPO NOS HABLA CONSTANTEMENTE, PERO RARAS VECES LO INTERPRETAMOS ADECUADAMENTE. POR LO GENERAL LO SILENCIAMOS CON CUALQUIER ANALGÉSICO, SIN NOTAR QUE ESE ES EL SÍNTOMA Y LA RAÍZ DE TODO, EL VERDADERO PROBLEMA, NORMALMENTE TIENE QUE VER CON UNA GESTIÓN EMOCIONAL INADECUADA.
SI QUIERES MANTENER UNA BUENA SALUD INTEGRAL, EN DONDE TU CUERPO Y TU MENTE ESTÉN EN SINCRONÍA, PRESTA MUCHA ATENCIÓN A TUS EMOCIONES Y SACA CUALQUIER EMOCIÓN QUE SE HAYA FORMANDO EN TU INTERIOR Y TE DAÑE, EXPRÉSATE, PERDONA, CAMBIA TU PERSPECTIVA, TRABAJA SOBRE TU SUBCONSCIENTE, PERO NO PERMITAS QUE TU SER SE ENFERME POR LAS EMOCIONES MAL GESTIONADAS.
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