UNA DE LAS CLAVES PARA ESTAR RELAJADOS Y SIN ESTRÉS ES CONTEMPLAR LA VIDA CON UNA OBSERVACIÓN LIMPIA, SOLO ESO OBSERVAR ……… PERO NO ESTAMOS ACOSTUMBRADOS A OBSERVAR SIN VALORAR.
Rápidamente aparece el juicio cuando miramos algo. Nuestros ejércitos de prejuicios, creencias, valores y contravalores se ponen en guardia, a la mayor brevedad, para construir un juicio que permita asimilar lo que observamos cómo cercano a nosotros y aceptarlo o rechazarlo por lo contrario.
Nos han enseñado, y lo hemos aprendido muy bien, el arte de la crítica. Opinamos sobre todo y vertemos impresiones que no siempre se acercan a la sensatez o la cordura y que en muchas ocasiones, pasan el filtro de lo coherente por encajar en lo que nosotros pensamos que debe ser y no en lo que es en realidad.
No emitir juicios. Obtener datos. Aplicar el ojo plano. No calificar. No condenar……. Simple y llanamente observar. Pero la gran mayoría de veces, hacemos todo lo contrario y juzgamos o valoramos, con tanta rapidez que no medimos las consecuencias, ni las equivocaciones, ni el posible margen de error. Nos dejamos llevar por el ánimo alterado, por la distorsión de los recuerdos, por la asimilación con situaciones parecidas… y nos confundimos.
Rápidamente aparece el juicio cuando miramos algo. Nuestros ejércitos de prejuicios, creencias, valores y contravalores se ponen en guardia, a la mayor brevedad, para construir un juicio que permita asimilar lo que observamos cómo cercano a nosotros y aceptarlo o rechazarlo por lo contrario.
Nos han enseñado, y lo hemos aprendido muy bien, el arte de la crítica. Opinamos sobre todo y vertemos impresiones que no siempre se acercan a la sensatez o la cordura y que en muchas ocasiones, pasan el filtro de lo coherente por encajar en lo que nosotros pensamos que debe ser y no en lo que es en realidad.
NO ESTARÍA DE MÁS APRENDER LA HERRAMIENTA DE OBSERVAR.
No emitir juicios. Obtener datos. Aplicar el ojo plano. No calificar. No condenar……. Simple y llanamente observar. Pero la gran mayoría de veces, hacemos todo lo contrario y juzgamos o valoramos, con tanta rapidez que no medimos las consecuencias, ni las equivocaciones, ni el posible margen de error. Nos dejamos llevar por el ánimo alterado, por la distorsión de los recuerdos, por la asimilación con situaciones parecidas… y nos confundimos.
Hay una reflexión genial en el libro “COMUNICACIÓN NO VIOLENTA”. Escrito por Marshall Rosenberg, que dice así:
“…Puedo aceptar que me digas
Lo que hice o lo que no hice
Y puedo aceptar que lo interpretes,
Pero, por favor, no mezcles las dos cosas.
Si quieres confundir cualquier cuestión,
Puedo decirte cómo hacerlo:
Mezcla lo que yo hago
Con tu reacción por ello…”
Por eso seamos más cuidadosos a la hora de emitir juicios, valoraciones y opiniones porque no vale de nada calificar o descalificar de inmediato. Es más práctico y motivador explicar los hechos tal y como son. Pero sobre todo, comentar cómo nos sentimos con ellos, expresar nuestras necesidades y dejar que siga el curso de los acontecimientos.
Lo que nosotros no podemos cambiar en ninguna persona, la propia vida lo reconducirá.
Nadie puede trasladar su experiencia a nadie en forma de resultados pretendiendo que la otra persona los asuma como propios. Cada uno debemos tener los nuestros después de vivir lo que otros quieren evitarnos.
“LA EXPERIENCIA DE LOS DEMÁS, NO SIRVE DE EXPERIENCIA, PERO SÍ DE REFERENCIA” por eso dice el refranero Español “NADIE ESCARMIENTA EN CABEZA AJENA”
A PARTIR DE HOY, PON EN MARCHA OTRA ACTITUD ….. OBSERVA. NO JUZGUES. EXPRESA TUS SENTIMIENTOS. COMENTA TUS NECESIDADES.
COMPRENDE Y AYUDA A QUE LOS DEMÁS TAMBIÉN COMPRENDAN.
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