Hasta ahora había pensado que cada uno tiene que aprender sus propias lecciones y que éstas no servirían a los demás, pero me he dado cuenta que hay una cosa muy cierta “LA EXPERIENCIA DE LOS DEMÁS, NO SIRVE COMO EXPERIENCIA PROPIA, PERO SI SIRVE COMO REFERENCIA”.
Y esto es muy importante, porque todos somos una referencia para quienes nos rodean quienes comparten tiempo y relación personal con nosotros y si nos esforzamos en hacer las cosas bien, lo que estamos haciendo es dar una referencia de cómo se deben hacer las cosas a los demás…..ES DECIR LO QUE SE LLAMA “PREDICAR CON EL EJEMPLO”.
Y si algo hace falta en este momento actual, son referencias validas, porque hay muchos seres humanos que andan muy perdidos y las referencias en estos casos son necesarias, para volver a encontrar, el rumbo, el camino y la trayectoria.
Esto es bueno….si…porque si fuese obligatorio predicar con el ejemplo, no duden que disminuiría de forma ostensible el número de predicadores.
Como decía la madre Teresa de Jesús: “NO SE TRATA DE HACER GRANDES COSAS, SINO COSAS PEQUEÑAS CON MUCHO AMOR”.
HE APRENDIDO QUE HAY QUE SABER ESPERAR. QUE LO QUE HA DE LLEGAR LLEGARÁ SIN BUSCARLO Y QUE NI TODO VALE NI DE CUALQUIER FORMA NI A CUALQUIER PRECIO.
Muchas veces nos aceleramos porque nos sentimos agobiados en una situación y la queremos remediar, suavizar o aliviar buscando otra que nos haga olvidar las penas, APLICANDO EL REFRÁN QUE DICE: “UN CLAVO, SACA A OTRO CLAVO”.
ERROR SEGURO. Uno tiene que darse tiempo a sí mismo. Tiene que pactar consigo una tregua. Esperar que amainen los vientos de la tempestad, reparar las velas para poder enderezar el rumbo de la nave con la que surcamos la vida y de esa forma conseguir que nos lleve al puerto que deseamos.
SOLEMOS EVITAR AQUELLO QUE NOS ASUSTA. MUCHAS VECES NO SÓLO LO EVITAMOS, SINO QUE LO ESCONDEMOS DETRÁS DE OTRAS OPCIONES QUE NI SIQUIERA NOS GUSTAN, ES DECIR NOS AUTO-ENGAÑAMOS. Todo por no sentirnos perdidos, por creer que no somos capaces, por temor al fracaso, por temor al que dirán, por no herir nuestro orgullo, por no dejar que el dolor fluya.
Cuando uno pasa por una mala situación hay que dejarla pasar con la tranquilidad de que ésta anuncia algo mejor. Con la seguridad de que es lo que nos toca vivir en aquel momento y de que, posiblemente, sea la puerta de un nuevo cielo que ahora ni imaginamos.
EN NUMEROSAS OCASIONES A LO LARGO DE NUESTRA VIDA LO QUE CREEMOS QUE ES EL FINAL, ES TAN SOLO EL PRINCIPIO.
Hay que comerse las horas malas. Tragarlas a sorbos pequeños. Dejar que pasen. Mirarlas, darles las gracias por la enseñanza que nos han aportado y despedirnos de ellas.
NADA ES PARA SIEMPRE. TODO PASA. HASTA LO BUENO. ES UNA LEY UNIVERSAL, “TODO ESTÁ EN CONSTANTE MOVIMIENTO, NADA PERMANECE ESTÁTICO”.
Cuando pienso que detrás de los miedos están las oportunidades no me explico por qué nos paralizamos sin poder dar un paso. Ese primer paso que abre puertas y cierra dolores.
Avanzar hacia nuestra propia serenidad, hacia la elección de un destino productivo en el que logremos, lo que nos haga sentir bien, ese es el único criterio para elegir.
SOMOS MAYORES YA PARA SEGUIR RONDANDO LA TONTERÍA. PARA HACER CASO A VIEJOS TEMORES QUE YA DEBERÍAN HABERSE HECHO AMIGOS. PARA NO DISFRUTAR DE LO QUE NOS HACE BIEN. PARA NO DEJAR QUE LOS SUEÑOS APAREZCAN Y SE EXPRESEN CON LIBERTAD.
SOMOS MAYORES PARA MORDER EL POLVO. SOMOS MAYORES PARA SOMETERNOS AL MÁS FUERTE. SOMOS MAYORES PARA NO DEJAR SALIR, DE UNA VEZ, AL NIÑO QUE HAY EN NOSOTROS CON TODAS SUS GANAS DE SER FELIZ.
Recuerden: NO SOY LO QUE ME HA PASADO. SOY LO QUE YO HE DECIDO SER. CARL G. JUNG
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