“EL ESTADO NATURAL DEL SER HUMANO, ES DE COOPERACIÓN Y AYUDA A LOS DEMÁS, CUALQUIER NEGACIÓN A ESTE REFLEJO ESPIRITUAL SUPONE UN EXILIO Y ALEJAMIENTO DE NUESTRO PARAÍSO INTERIOR”
A lo largo del día, cuando de pronto se recuerda que sintonizarse con el dar es retomar una formula mágica de buena salud, uno agradece al universo haber tomado conciencia e integrado dicho conocimiento.
Y somos conscientes que la actitud de servicio a la vida es un sutil fluido del alma que pretende devolvernos al centro de donde emana la paz y la conciencia.
El hecho de escuchar atentamente a un ser humano que expresa lo que siente es un acto de amor por excelencia.
un ser humano comparte con nosotros “SU INTIMIDAD EMOCIONAL” mientras somos conscientes del respeto que nos merecen, sus palabras estamos amando con mayúsculas.
Cuando observamos que quien se comunica se está descubriendo a sí mismo y evitamos aconsejar o corregir, porque simplemente escuchamos sin necesidad de opinar…………..ENTONCES SOMOS CONSCIENTE DE QUE ESO ES AMOR.
Escuchar sin dar respuestas ni consejos, no solicitados, es un acto de respeto e inteligencia. En general el ego de cada uno, tiende a sentirse obligado a contestar y a contar nuestra historia, cuando en realidad lo que nuestro interlocutor busca es simplemente un “ESTADO DE ATENCIÓN”.
Un espacio para descubrir estado de su SER que gracias a la corriente de sinergia mutua, se remueven y afloran. En numerosas ocasiones lo que pretendemos al llamar a un amigo/a y contarle nuestras pequeñas cosas ES PODER ENTENDER NUESTRAS PROPIAS EMOCIONES AL VERBALIZARLAS, es decir proceder a compartirlas para ordenar nuestro espacio interno y darnos cuenta del aprendizaje que estas conllevan.
Sentir interés por la intimidad que alguien nos “REGALA” no solo depende de las cualidades de adornan a quien nos habla, sino de nuestra propia “Competencia emocional” para colocarnos en la actitud adecuada.
Escuchar es expresar la capacidad de acompañar lo que en ese momento, sucede dentro de la otra persona, sin suposiciones ni registros previos que modifiquen el interés de la comunicación.
Lo cierto es que todo lo que el otro comparte acerca de si mismo, también permite al que escucha el descubrir y resonar sus propios sentimientos y emociones internas.
A menudo las ideas sensibles del que se expresa son una estupenda ocasión para que en ellas se reflejen los pliegues de nuestra alma.
Cuando preguntamos a una persona por el significado de sus inquietudes y sombras, desencadenamos un viaje a su mundo interior, es por eso que cuando esa persona nos hace una pregunta mirándonos a los ojos, llega algo más, llega un puente a valores, dones y talentos que nada tienen que ver con el prosaico mundo de lo material.
PARA DESARROLLAR AVENIDAS EMOCIONALES HACIA EL ALMA, conviene crear espacios de comunicación plena. Y si somos capaces de escuchar de forma activa y atenta, sin necesidad de intervención durante las pausas de silencio de nuestro interlocutor, sucederá que la conversación nos llevara a al camino de la sinceridad plena. Cuando hacemos este tipo de práctica con los demás, nuestra vida cobra sentido y conoceremos el autentico significado de la palabra “FRATERNIDAD”.
Si usted quiere crear un espacio de “salud emocional” para alguien que le llama por que dice tener “Herida el alma” pregunte acerca de la herida mientras atentamente observa por dentro y por fuera, ESCUCHAR COMO TESTIGO ECUANIME no es precisamente una conducta pasiva, sino algo que nos exige entrega y atención despierta. Todos sabemos que la escucha activa requiere más energía y amor que soltarle al otro lo que nos importa a nosotros. El que escucha además de dedicar atención a quien le habla, no cesa de observar sus propias emociones para así evitar contaminar el proceso del que habla.
SABIDO ES QUE DESCUBRIMOS UNA GRAN CANTIDAD DE ASPECTOS DE NOSOTROS MISMO GRACIAS A LAS PALABRAS Y LOS ACTOS DE LOS DEMÁS………
…ASÍ QUE DÉMOSLES LAS GRACIAS A TODOS AQUELLOS QUE NOS ACOMPAÑAN EN EL LARGO CAMINO HACIA LAS AÉREAS MÁS RECÓNDITAS DEL ALMA.
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