CLAVES PARA RECORRERLO CON CONSCIENCIA, CONCIENCIA Y PLENITUD
AL PRINCIPIO DEL CAMINO HAY UNA ENCRUCIJADA.
Allí puedes pararte a pensar en la dirección que vas a tomar. Pero no te quedes demasiado tiempo, o nunca saldrás de ese lugar. Hazte la clásica pregunta de Carlos Castaneda: ¿cuál de estos caminos tiene un corazón? Reflexiona lo necesario sobre las opciones que tienes delante, pero una vez que des el primer paso, olvídate definitivamente de la encrucijada, pues en caso contrario nunca dejarás de torturarte con la inútil pregunta: “¿EL CAMINO QUE ELEGÍ ERA EL CORRECTO?” Si prestaste oídos a tu corazón antes de ponerte en movimiento, escogiste sin duda el buen camino.
EL CAMINO NO DURA PARA SIEMPRE.
Es una bendición recorrerlo durante algún tiempo, pero un día terminará, y por eso debes estar siempre listo para despedirte en cualquier punto. Por mucho que te deslumbren determinados paisajes, o te asusten ciertos trechos donde hay que esforzarse especialmente para seguir en pie, no te aferres a nada. Ni a los momentos de euforia, ni a los interminables días en los que todo parece difícil, y el progreso es lento. Más tarde o más temprano llegará el crédito de tiempo que tenias, y tu jornada habrá llegado a su término. No lo olvides.
HONRA TU CAMINO.
Fue tu elección, fue decisión tuya, y en la misma medida en que tú respetas el suelo que pisas, este mismo suelo respetará tus pies. Haz siempre lo más adecuado para conservar y mantener tu camino, y él hará lo mismo por ti.
EQUÍPATE BIEN.
Lleva un rastrillo, una pala, una navaja. Entiende que para las hojas secas las navajas son inútiles, y que para las hierbas muy enraizadas los rastrillos son inútiles. Conoce siempre qué herramienta hay que emplear en cada momento. Y cuida de ellas, porque son tus mayores aliadas.
EL CAMINO VA HACIA DELANTE Y HACIA ATRÁS.
A veces es necesario volver porque se perdió algo, o porque un mensaje que debía haber sido entregado se quedó olvidado en un bolsillo o simplemente a veces es conveniente sentarse al borde de dicho camino para recuperar fuerzas, para luego avanzar más deprisa. Un camino bien cuidado permite que puedas volver atrás sin grandes problemas.
CUIDA DEL CAMINO ANTES DE CUIDAR DE LO QUE ESTÁ A SU ALREDEDOR:
Atención y concentración son fundamentales. No dejes que las hojas secas del borde del camino te distraigan, ni que la manera como los otros cuidan sus propios caminos desvíe tu atención. Tú responsabilidad es tú camino como la responsabilidad de los demás son los suyos. Usa la energía para cuidar y conservar el suelo que recibe tus pasos.
TEN PACIENCIA.
A veces es necesario repetir las mismas tareas, como arrancar las malas hierbas o cubrir los agujeros que surgieron tras una lluvia inesperada. Que esto no te enfurezca, pues forma parte del viaje. A pesar del cansancio, y a pesar de las tareas repetitivas, ten paciencia, recuerda siempre que la “PACIENCIA ES UN ÁRBOL DE RAÍCES AMARGAS, PERO FRUTOS MUY DULCES”.
LOS CAMINOS SE CRUZAN:
Las personas pueden explicar el tiempo que hace y como ellos andarían el camino. Escucha los consejos, pero toma después tus propias decisiones. Tú eres el único responsable del camino que te fue confiado, comparte y aprende.
LA NATURALEZA SIGUE SUS PROPIAS REGLAS:
Por lo tanto, tienes que estar preparado para los súbitos cambios del otoño, para el hielo resbaladizo del invierno, para las tentaciones de las flores en primavera, y para la sed y las lluvias del verano. En cada estación, aprovecha lo mejor que te ofrezca, y no te quejes de sus particularidades, la clave está en saber adaptarse al camino y fluir con él.
HAZ DE TU CAMINO UN ESPEJO DE TI MISMO:
No te dejes influir en absoluto por la manera como los demás recorren de sus caminos.
No olvides que hay tantos caminos como seres humanos y para cada uno el suyo es el correcto. Tú tienes un alma que escuchar, y los pájaros transmitirán lo que tu alma quiere decir. Que tus historias sean bellas y agraden a todo lo que tienes en torno. Sobre todo, que las historias que cuente tu alma durante la jornada se reflejen en cada segundo del recorrido, es decir que aquello que anida en tu interior sea lo mismo que germina en el exterior, otra de las claves del camino es utilizar la coherencia en su recorrido.
AMA TU CAMINO:
Sin este principio, nada tiene sentido y no olvides durante todo el tiempo que dure el caminar por tu camino hacer de la caridad tu filosofía de caminante, marcándote un objetivo claro “QUE TODO AQUEL QUE SE ACERQUE A TI Y COMPARTA JUNTO A TI UN TRECHO DEL CAMINO, CUANDO SE ALEJE LO HAGA MEJOR QUE CUANDO LLEGO”.
DESDE ESTE TÚ BLOG TE DESEO UN FELIZ CAMINO Y UN ALEGRE CAMINAR, DESDE EL PRINCIPIO AL FINAL, PORQUE EL FINAL DEL CAMINO ES EL MISMO PARA TODOS.
OJALA NOS ENCONTREMOS ALLÍ. QUERRÁ DECIR QUE USTEDES HAN LLEGADO. QUERRÁ DECIR QUE LO CONSEGUÍ TAMBIÉN YO.
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