A PESAR DE LA VELOCIDAD CON
LA QUE HOY VIVIMOS, A VECES ES NECESARIO DESACELERAR ESE RITMO DE VIDA, PARA
MIRAR EN LUGARES QUE TENEMOS MUY DESCUIDADOS, PORQUE NO DEBEMOS OLVIDAR QUETODO
LUGAR HABITADO TIENE RINCONES. UNA CASA, UN CUARTO, UN ALMACÉN, UN ARMARIO…Y,
POR SUPUESTO, TAL VEZ MÁS QUE NADA, LA PROPIA VIDA.
Lugares en donde vamos
acumulando lo perdido, lo inutilizado, lo añorado, lo no conseguido, lo viejo,
lo soñado, lo sufrido, lo batallado, lo que amargó o aquello que pareció un
salvavidas y que se deshinchó antes de cumplir su misión.
Es importante buscar en
ellos. Hacer limpieza. Recolocar lo utilizable y desechar lo que nunca más
volverá a sernos útil incluido todo desde las cosas que no utilizamos hasta los
sentimientos, pensamientos y emociones que ya no utilizaremos más en esta vida.
SI DE VEZ EN CUANDO
HICIÉSEMOS UNA VISITA A ESOS RINCONES OLVIDADOS A LOS QUE NO QUEREMOS VOLVER,
HALLARÍAMOS PRECIOSOS TESOROS QUE SE HAN HECHO VALIOSOS CON EL SILENCIO, CON EL
TIEMPO DE DISTANCIA, CON EL SOSIEGO, CON LA TENUE LUZ QUE ALUMBRÓ SU ESTANCIA. Y
entonces, podríamos rescatar lo mejor de ellos. Dejar limpia la escena y volver
gloriosos a nuestra vida diaria.
Lo peor es no querer verlos.
No pasar por allí. Dar rodeos y evitar su existencia. Temer que el polvo haya
ensuciado lo poco que quedaba de su bondad y estar seguros de que forman parte
de una suciedad en nuestra mente con la que no queremos mancharnos.
ES BUENO REGRESAR AL PASADO
PARA SANARLO. Y SOBRE TODO LO ES CUANDO TUS OJOS YA NO MIRAN DE LA MISMA FORMA.
Cuando lo que viste no es lo que ves. Cuando te sientes capaz de trascender los
horrores que aguardan en secreto y de recuperar, ante todo, lo que quedó de ti
en ellos.
NO DEJES TROCITOS DE CORAZÓN
ENTRE LO YA SERVIBLE. LIMPIA Y AIREA EL ESPACIO. TE SENTIRÁS LIBRE EN LA
AMPLITUD DE UN CORAZÓN SENCILLO SIN RINCONES OSCUROS A LOS QUE NO PODER MIRAR.
REFLEXIÓN FINAL
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