domingo, 27 de octubre de 2024

 




TODAS LAS TORMENTAS PASAN

EL SER HUMANO ES UN “SER” CON COMPORTAMIENTOS MUY CURIOSOS, POR EJEMPLO: TODOS ESPERAMOS QUE DEJE DE LLOVER, AUNQUE NOS GUSTE LA LLUVIA Y AUNQUE ESTEMOS DESEANDO OLER A TIERRA MOJADA.

Además, lo que es un placer para algunos se convierte en una incomodidad para la mayoría, esa que sigue los dictados y aceleramientos de la vida normal perdiéndose cuando llueve el sonido de las gotas sobre el asfalto o el discurrir de los regueros de agua entre la hierba.

Nos ocurre igualmente en estos momentos llenos de cambios e incertidumbres. Sólo vemos maldades donde seguro que también hay buenas voluntades que no se ajustan al deseo de todos aquellos que lo ven desde el otro lado de la barrera.

La vida nos da sorpresas y tan inesperadas y rotundas que la llegada del caos es imposible de detener y tendremos que enfrentarnos a él nos guste o no.

A veces, esas sorpresas las vivimos como desgracias que solamente nos afectan en nuestro pequeño mundo; otras, afectan al mundo entero y el dolor y la rabia pasa de ser invisible a ser colectivo.

Ahora estamos en un momento donde sabemos que la mayoría sufre, a su manera, en su medida y con las condiciones buenas o malas que cada cual tiene. Pero no nos damos cuenta de que hay mucha gente que sufre siempre, que su vida es un puro sufrimiento.

Muchos seres humanos que están inmersos en guerras aisladas y alejadas a nuestros ojos; gente que vive infiernos dentro de sus paredes en todos los niveles; seres humanos que atraviesan calvarios en soledad y en silencio.

La tormenta deja el ambiente fresco, nos acerca a lo oscuro, al ruido, al relámpago. Nos aterra por segundos, nos instala en el poder de la naturaleza, por un breve tiempo, nos deja con la sensación de esperar la calma. Cuando ésta llega, nos sentimos geniales y esto significa, que de nuevo nos hacemos con el control de lo que llamamos “normal”.

El agua que se filtra como consecuencia de esa tormenta, que parece tan inocente, va horadando hasta el acero. Con el tiempo, esa pequeña gota abre un camino inexorable. Un hueco profundo, estrecho, oscuro e inescrutable. 

No temamos los grandes cambios. Posiblemente, sean los cambios más pequeños los que pueden traernos repercusiones insospechadas.

Posiblemente, lo peor es creernos jueces que condenan, sea lo que sea y como sea, por el hecho de ver solo la tormenta y no considerar las consecuencias que siempre deja a su paso. 

DEMOS EL VALOR QUE TIENE A CADA MOMENTO. ESTIMEMOS EL CAOS EN SU MEDIDA BIEN SEA GRANDE O PEQUEÑA. VALOREMOS POR ENCIMA DE LAS SITUACIONES Y SEAMOS CAPACES DE EXTRAER LAS ENSEÑANZAS QUE NOS TRAEN.

CREEMOS ESPACIOS, DEJEMOS QUE LAS IDEAS FLUYAN …Y ENTONCES, VEREMOS QUÉ PASA.

 

domingo, 17 de marzo de 2024

EL CLUB DE LAS BUENAS PERSONAS

 





Hay personas tan empáticas y solidarias que se olvidan de atender sus propias necesidades emocionales para resolver compulsivamente los problemas de los demás.

 

Hay personas que se pasan la vida pensando más en los demás que en sí mismos. Personas extremadamente empáticas y solidarias, cuya vocación consiste en ayudar a otros. De hecho, muchos profesionalizan esta pulsión innata con la que nacieron, convirtiéndose en médicos, enfermeros, psicólogos, asistentes sociales o voluntarios al servicio de alguna causa humanitaria. En muchos casos, incluso dedican sus vacaciones a enrolarse en alguna ONG, atendiendo a los más pobres y desfavorecidos.

 

En su ámbito familiar y social, por ejemplo, suelen convertirse en la persona de referencia a la que el resto de amigos acuden cuando padecen algún contratiempo, problema o penuria. Son los primeros en ir al hospital cuando alguien que conocen acaba de ser operado, sufre una enfermedad o ha tenido un accidente. O en echar una mano cuando alguien se cambia de piso y necesita ayuda con la mudanza.

 

Todos ellos suelen tener como referentes a la Madre Teresa de Calcuta o a Vicente Ferrer. Inspirados por su ejemplo, consideran que lo más importante en la vida es ser “buenas personas”. De ahí que por encima de todo se comprometan con la generosidad, el altruismo y el servicio a los demás. Sin embargo, este comportamiento aparentemente impecable puede albergar un lado oscuro. Tarde o temprano llega un punto en que su compulsión por ayudar les termina pasando factura.

 

FALTA DE AUTOESTIMA

“No hay amor suficiente para llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma.”

(Irene Orce)

 

Cuenta una historia que un joven fue a visitar su anciano profesor. Y entre lágrimas, le confesó: “He venido a verte porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas ni para levantarme por las mañanas. Todo el mundo dice que no sirvo para nada. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?” El profesor, sin mirarlo a la cara, le respondió: “Lo siento, chaval, pero ahora no puedo atenderte. Primero debo resolver un problema que llevo días posponiendo. Si tú me ayudas, tal vez luego yo pueda ayudarte a ti”.

 

El joven, cabizbajo, asintió con la cabeza. “Por supuesto, profesor, dime qué puedo hacer por ti”. El anciano se sacó un anillo que llevaba puesto y se lo entregó al joven. “Estoy en deuda con una persona y no tengo suficiente dinero para pagarle”, le explicó. “Ahora ves al mercado y véndelo. Eso sí, no lo entregues por menos de una moneda de oro”.

 

Una vez en la plaza mayor, el chaval empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Pero al pedir una moneda de oro por él, algunos se reían y otros se alejaban sin mirarlo. Derrotado, el chaval regresó a casa del anciano. Y nada más verlo, compartió con él su frustración: “Lo siento, pero es imposible conseguir lo que me has pedido. Como mucho me daban dos monedas de bronce.” El profesor, sonriente, le contestó: “No te preocupes. Me acabas de dar una idea. Antes de ponerle un nuevo precio, primero necesitamos saber el valor real del anillo. Anda, ves al joyero y pregúntale cuánto cuesta. Y no importa cuánto te ofrezca. No lo vendas. Vuelve de nuevo con el anillo.”

 

Tras un par de minutos examinando el anillo, el joyero le dijo que era “una pieza única” y que se lo compraba por “50 monedas de oro”. El joven corrió emocionado a casa del anciano y compartió con él lo que el joyero le había dicho. “Estupendo, ahora siéntate un momento y escucha con atención”, le pidió el profesor. Y mirándole a los ojos, añadió: “Tú eres como este anillo, una joya preciosa que solo puede ser valorada por un especialista. ¿Pensabas que cualquiera podía descubrir su verdadero valor?” Y mientras el anciano volvía a colocarse el anillo, concluyó: “Todos somos como esta joya: valiosos y únicos. Y andamos por los mercados de la vida pretendiendo que personas inexpertas nos digan cual es nuestro auténtico valor”.

 




GENEROSIDAD EGOCÉNTRICA

“Si das para recibir es cuestión de tiempo que acabes echando en cara lo que has dado por no recibir lo que esperabas.”

(Erich Fromm)

 

Dentro de este ‘club de buenas personas’ hay quienes dan desde la abundancia y quienes, por el contrario, dan desde la escasez. Es decir, quienes dan por el placer de dar y quienes, por el contrario, lo hacen con la esperanza de recibir. Centrémonos en estos últimos, indagando acerca de lo que mueve realmente sus acciones. Muchos de estos ayudadores se fuerzan a hacer el bien, siguiendo los dictados de una vocecilla que les recuerda que ocuparse de sí mismos, de sus propias necesidades, es “un acto egoísta”. No en vano, están convencidos de que para ser felices la gente les ha de querer. Y de que para que la gente les quiera y piense bien de ellos han de ser buenas personas.

 

Movidos por este tipo de creencias, suelen ofrecer compulsivamente su ayuda, atrayendo a su vida a personas necesitadas e incapaces de valerse por sí mismas. Al posicionarse como ‘salvadores’, consideran que los demás no podrían sobrevivir ni prosperar sin su ayuda. De ahí que tiendan a interferir en los asuntos de sus conocidos, ofreciéndoles consejos aun cuando nadie les haya preguntado. Sin ser conscientes de ello, pecan de soberbia, posicionándose por encima de quienes ayudan, creyendo que saben mejor que ellos lo que necesitan. Paradójicamente, su orgullo les impide reconocer sus propias necesidades y pedir auxilio cuando lo requieren.

 

Detrás de su personalidad agradadora, bondadosa y servicial se esconde una dolorosa herida: la falta de amor hacia sí mismos, el cual buscan desesperadamente entre quienes ayudan, volviéndose individuos muy dependientes emocionalmente. Esta es la razón por la que con el tiempo aflora su oscuridad en forma de reproches, sintiéndose dolidos y tristes por no recibir afecto y agradecimiento a cambio de los servicios prestados. En algunos casos extremos terminan estallando agresivamente, echando en cara todo lo que han hecho por los demás. También utilizan el chantaje emocional, el victimismo o la manipulación para hacer sentir culpables a quienes han ayudado, esperando así obtener el amor que creen que merecen y necesitan para sentirse bien consigo mismos.

 

SOLEDAD E INTROSPECCIÓN

“Si no te amas tú, ¿quién te amará? Si no te amas a ti, ¿a quién amarás?”

(Darío Lostado)

 

El punto de inflexión de estos ayudadores compulsivos comienza el día que deciden adentrarse en un terreno tan desconocido como aterrador: la soledad y la introspección, poniendo su empatía al servicio de sus propias necesidades. Solo así superan su adicción y dependencia por el amor del prójimo, volviéndose mucho más independientes y autosuficientes emocionalmente. Solo así logran poner limites a su ayuda –sabiendo decir “no”–, sin sentirse culpables o egoístas por priorizarse a sí mismos cuando más lo necesiten.

 

Antes de volver a ayudar a alguien, puede ser interesante que se pregunten qué es lo que les mueve a hacerlo, comprendiendo el patrón inconsciente que se oculta detrás de sus buenas intenciones. De este modo dejarán de acumular sentimientos negativos hacia aquellos que no les devuelven los favores prestados. A su vez, también pueden recordarse que cada persona es capaz de asumir su propio destino, aprendiendo a resolver sus problemas por sí misma.

 

En este sentido, es fundamental que comprendan que nadie hace feliz a nadie, puesto que la felicidad se encuentra en el interior de cada ser humano. Lo cierto es que este bienestar interno es el motor del verdadero amor, desde el que las personas dan lo mejor de sí mismas sin esperar nada a cambio. En vez de comportarse como buenos samaritanos, su gran aprendizaje consiste en ser personas felices. Es entonces cuando comprenden que dar es la verdadera recompensa.

 



miércoles, 6 de marzo de 2024

EVOLUCIONAR CORRECTAMENTE NOS EVITA SUFRIR

 


 


EL CONOCIMIENTO DE NOSOTROS MISMOS NOS DICE QUE “EL SER HUMANO ESTÁ EN UN PROCESO DE EVOLUCIÓN PERMANENTE”.

Por lo tanto, todo aquello que hagamos por favorecer el desarrollo, estará en coherencia con lo que constituye nuestra propia naturaleza. Es por ello que el hecho de asumir la responsabilidad de adquirir conocimiento y desplegar nuestros grandes potenciales, supone la medicina existencial por excelencia.

PODRÍA DECIRSE QUE EL CRECER Y DESARROLLARSE DE MANERA INTEGRAL, ES EL REMEDIO MÁS EFICAZ PARA HACER CESAR EL SUFRIMIENTO.

Sabemos que estando atentos y observando a nuestra mente, podemos desarticular las pautas de victimismo y dramatización que subyacen tras una mente que se resiste y sufre. Al respecto afirma Einstein: “Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de consciencia en el que se creó.” ¿Acaso esta idea no es la intuición que sentimos de que el crecimiento de por sí, conduce a un nivel de libertad y bienestar?

¿Quién no ha sentido gozo cuando, de pronto, se ha dado cuenta de que ante un obstáculo que en su vida se ha venido repitiendo, responde a éste de manera más adecuada que en anteriores etapas? Sin duda, tal “progreso psico-neurológico” es un logro que merece celebración. El hecho de dejar atrás el enredo y el desgaste, señala que hemos crecido, que somos capaces de dejar atrás caminos equivocados y dañinos para emprender otros más acertados y sanos.

Nos gustaría no sentirnos víctimas de sentimientos tales como el temor, la anticipación ansiosa o la reacción automatizada. Sin embargo, no puede negarse que uno de los maestros más eficaces del crecimiento es el error cometido por nuestras reacciones automáticas y el doloroso examen posterior que convierte tal error en experiencia.

Sabemos que el Universo está en permanente crecimiento. Todos crecemos, nada se estanca. Al parecer, tras aquel Big Bang no hemos cesado de expandirnos en espirales infinitas, da igual si creemos ir de ida o de vuelta.

La satisfacción de crecer adopta muchas formas: el niño anhela ser mayor como lo son sus padres. Le gusta que se mida su altura y comprobar que ha crecido hasta la “siguiente raya”; siente satisfacción también al dejar atrás la ropa que le va quedando pequeña. Más tarde, y siendo un joven, quiere madurar para adquirir experiencia; en realidad, desea disfrutar de la vida y gestionar con nuevos poderes las oportunidades que se le brindan.

Por su parte, los seres ya maduros se recrean observando cómo pueden crear distancia con las cosas que antes les arrastraban, al tiempo  que anhelan la felicidad para los demás, mientras ellos se recrean en la merecida paz alcanzada.

TODOS QUEREMOS CRECER. EL DESARROLLO NUNCA ACABA. TRAS DESCUBRIRSE EL PRINCIPIO DE NEUROPLASTICIDAD CEREBRAL, SABEMOS QUE NUESTRO CEREBRO PUEDE CRECER EN NEURONAS Y CONEXIONES, HASTA EL MISMO DÍA EN QUE LA VIDA DEL CUERPO ACABA. NADIE QUIERE VOLVER ATRÁS, AUNQUE CONSIDERE QUE HA PERDIDO OPORTUNIDADES QUE LLEGARON A SU VIDA.

Aceptamos vivir y vivirnos desde ese yo que cada uno traemos puesto, quizás porque se confía en que con el desarrollo todo puede ser posible por más inseguridades y carencias que hoy se tengan.

Se diría que el río sabe que cada etapa del camino, cada cascada por la que fluye y avanza, está más cerca del mar. EL SER HUMANO, A SU VEZ, SABE QUE CADA DÍA ESTÁ MÁS CERCA DE LA LUZ DE LA CONCIENCIA, y eso, de alguna forma, confirma que en nuestro destino existen salidas internas que nos permiten superar toda circunstancia adversa.

Sabemos que el tiempo va a favor del progreso, aunque a veces no lo parezca; y también sabemos que el ahora del ayer, nunca será mejor que el ahora del mañana.

ACABAMOS POR RECONOCER QUE, PASADO UN TIEMPO, “LAS CUENTAS SIEMPRE CUADRAN” INTUIMOS QUE LO MEJOR SIEMPRE ESTÁ POR LLEGAR Y QUE TAL ACTITUD NACE DEL SABER QUE NO VEMOS LAS COSAS COMO SON, SINO COMO SOMOS.

Si nosotros cambiamos, el mundo cambiará. Somos un proyecto ilimitado que, al igual que el árbol, cada año gana un círculo en su tronco y resiste mejor los vientos y las tormentas.

Estemos atentos. Recordemos de nuevo que mientras podamos crecer, lo mejor de nuestra vida estará siempre por llegar, sea cual sea nuestra circunstancia. Podremos superar y atravesar enfermedades y pérdidas, podremos envejecer y asistir al decaimiento de capacidades… Sin embargo, conforme relativizamos al yo, sucederá que la alegría de vivir y la paz profunda ocuparán cada vez más espacio en la vida interna.

Alguien dijo: “EL POBRE DESEA RIQUEZAS, EL RICO ANSÍA EL CIELO Y, EL SABIO, TAN SÓLO UNA MENTE SOSEGADA”. 

Al final, el propósito del crecimiento es dejar atrás las defensas que construimos frente al amor, un amor que somos en esencia y que nada ni nadie nos puede dar ni quitar; un amor que constituye nuestra esencia e identidad profunda que, cuando es descubierta, ilumina y libera.

La evolución correcta, supone cultivar la atención sostenida hacia dentro y hacia fuera, una práctica meditativa en la vida cotidiana desde la que abrir todas las puertas. El verdadero milagro de la vida se produce al ir tomando conciencia y descubrir las capas que velan lo que somos en esencia, al tiempo que desplegamos el amor, la verdad y la belleza.

El desarrollo transpersonal conlleva un tipo de crecimiento que va más allá de la mente pensante y las palabras. Es decir, un crecimiento atencional que se despliega mediante el silencio y la práctica de la atención plena.

SE TRATA DEL DESARROLLO DE LA AUTO CONSCIENCIA QUE, A SU VEZ, “ENSANCHA EL CONOCIMIENTO INTERNO” LO SUFICIENTE COMO PARA SOSTENER UNA MIRADA INCLUYENTE Y COMPRENDER MEJOR LO QUE LE SUCEDE A NUESTRA PERSONA.

LA APUESTA POR EL CRECER EN EL AUTODESCUBRIMIENTO Y LA COMPRENSIÓN, NO SÓLO ES UN GOCE, SINO TAMBIÉN EL ANTÍDOTO POR EXCELENCIA A NUESTRAS MISERIAS HUMANAS.

COMO NOS ENSEÑARON LOS GRANDES MAESTROS: “INVIERTE EN AQUELLO QUE UN NAUFRAGIO NO TE PUEDA ARREBATAR”.




 

martes, 13 de febrero de 2024

ALGO MUY HUMANO ………….. MIRAR PARA OTRO LADO

 




ESTAMOS ACOSTUMBRADOS A MIRAR PARA OTRO LADO CUANDO NO NOS GUSTA LO QUE VEMOS. NI LO PROPIO, NI LO AJENO. ES MÁS CÓMODO, MÁS FÁCIL Y, SOBRE TODO, MENOS COMPROMETIDO.

Enfrentar los retos de conocernos mejor y de esa forma descubrir nuestros puntos débiles, nos exige mucha energía y una gran dosis de valor porque nos obliga a asumir riesgos y a esforzarnos por superarlos.

Lo primero que debemos hacer es no entender los errores como fracasos, sino como resultados de aplicar acciones inadecuadas en unas circunstancias de un momento determinado.

Con lo cual hay que entender que nada tiene que ver con lo valiosos que somos, ni debe por tanto afectar a nuestra auto estima personal.

Estas situaciones, sin embargo, tienen una gran carga positiva, ya que nos permiten aprender qué es lo que no debemos hacer cuando se nos presenten similares ocasiones. Y por supuesto comprender de qué forma debemos enfrentar los problemas la próxima vez y sobre todo darnos la oportunidad de equivocarnos como el mejor exponente de nuestra humanidad.

SOLEMOS SER JUECES DEMASIADO DUROS CON NOSOTROS MISMOS Y SOMETERNOS A SUMARÍSIMOS JUICIOS EN LOS QUE SIEMPRE NOS ACABAMOS CONSIDERANDO CULPABLES.

El peso de dicha culpa nos cae como una losa que asfixia nuestras posibilidades de seguir con confianza y seguridad en nuestro día a día. Y, poco a poco, vamos edificando el muro tras el que quedaremos atrapados para siempre. Así se construyen las barreras desde las cuales iniciamos las relaciones con los demás.

Relaciones condenadas al fracaso, muchas veces, por presentarnos sin las medidas defensivas necesarias, que debemos tomar si intuimos que podemos ser atacados.


Estamos sensibilizados en exceso ante el daño que presuponemos van a hacernos y para evitar el dolor de dicho daño, eludimos la felicidad que pudiese traernos un comportamiento abierto y sincero capaz de albergar la inmensa satisfacción del entendimiento y la sintonía.

Ante este tipo de situaciones sería bueno que nos preguntásemos: ¿Cómo asumir, sin temor, la posibilidad del error?

LA RESPUESTA ES SENCILLA CON UNA GRAN CONFIANZA EN NOSOTROS MISMOS, Y CON LA SEGURIDAD DE SABER LO QUE QUEREMOS Y POR LO QUE MERECE O NO LA PENA QUE NOS ESFORCEMOS Y SOBRE TODO, LLENOS DE ILUSIÓN POR COMENZAR DE NUEVO DESPUÉS DE CADA CAÍDA.

 



domingo, 4 de febrero de 2024

TRATAR CON AFECTO SIGNIFICA TOCAR EL ALMA DE LOS DEMÁS CON RESPETO (Reflexiones para el Fin de Semana)





TRATAR CON AFECTO ES LA MEJOR SEÑAL DE RESPETO POR LOS DEMÁS. ES SINÓNIMO DE AMABILIDAD, RESPETO Y AMOR. ¿POR QUÉ? ¿QUÉ SENTIDO TENDRÍA SI NO TRATÁSEMOS A LAS PERSONAS QUE AMAMOS CON DULZURA? LA RESPUESTA ES SIMPLE: NINGUNO.

SIN EMBARGO, ESTA DECLARACIÓN MUY CLARA NO SUELE SER SINÓNIMO DE REALIDAD MUCHAS VECES. DE HECHO, OLVIDAMOS FÁCILMENTE LA IMPORTANCIA DE TRATAR CON GENTILEZA, DE PONER NUESTRAS MANOS EMOCIONALES SOBRE LOS DEMÁS, DEDICAR ACCIONES O PALABRAS DE AFECTO A DIARIO.

Respuestas abruptas, falta de respeto, insolencia, gritos, demandas … Seguramente cada una de estas reacciones está demasiado presente en nuestras relaciones y en nuestra forma de interactuar.

CÓMO NOS CONECTAMOS EMOCIONALMENTE

Una palabra, una pregunta, un gesto, una mirada, un toque … Cada expresión constituye un intento de conexión emocional con el que decimos «Quiero sentirme conectado contigo». En base a esto, recibiremos una respuesta positiva o negativa a nuestra solicitud.

Si nos detenemos a pensar, es impresionante la frecuencia con la que ignoramos o damos respuestas desagradables a tales intentos de conexión. De ahí la importancia de aprender a tratar a los demás con afecto y respeto.

Por lo tanto, los intentos de conexión emocional serían mucho más productivos si supiéramos reconocer las necesidades emocionales de los demás. Muchas disputas son el resultado de malas interpretaciones y la sensación de desconexión que se puede evitar con una conversación.

Si no hablamos por respeto a los demás, nuestras relaciones se desvanecen y se deterioran. Conversaciones no sostenidas, gestos descuidados de afecto, peleas, falta de empatía, etc.

 Cuando dejamos de lado la importancia de la conexión, generalmente favorecemos nuestro propio aislamiento, insatisfacción e inestabilidad.

COMO TOCAR EL ALMA DE LOS DEMÁS

Las relaciones completas y satisfactorias no se obtienen de la noche a la mañana, sino que deben desarrollarse poco a poco, con diversos gestos que crean estabilidad y afecto en nuestros patrones de interacción.

Digamos que todos los días y con cada pequeño gesto agregaremos ladrillos a nuestro castillo y que, seguramente, estos intercambios son los pilares de la información emocional que alimenta nuestro afecto.

Las respuestas positivas conducen a una interacción continua y saludable.  Sin embargo, los comentarios negativos cancelan cualquier intento de conexión. 

EN RESUMEN, TENEMOS VARIAS OPCIONES PARA RESPONDER A LOS INTENTOS DE OTRA PERSONA:

  • Responda con empatía: por ejemplo, cuando una persona hace un comentario juguetón y la otra se ríe. Si favorecemos este tipo de conexión, obtendremos relaciones duraderas llenas de buenos sentimientos como recompensa.
  • Responda con hostilidad: las personas que responden de esta manera pueden ser llamadas beligerantes o controvertidas. Usar este tipo de respuesta denota sarcasmo y desprecio. 
  • Ignorando al otro: esto es sinónimo de indiferencia hacia la actitud de los demás, lo que obviamente destruye nuestras relaciones.

TRATAR A LAS PERSONAS QUE VALORAMOS CON AFECTO NO DEBERÍA SER UNA EXCEPCIÓN, SINO UNA REGLA. MUCHAS VECES DESCUIDAMOS ESTOS DETALLES Y DEBILITAMOS NUESTRAS RELACIONES, QUE SE DETERIORAN SIN SOLUCIÓN.

ENTONCES NOS DESPERTAMOS Y NOS OCUPAMOS DE LAS RESPUESTAS QUE DAMOS EN NUESTRA VIDA DIARIA. NO PERMITIMOS QUE LOS MALOS GESTOS SE ALIMENTEN Y SATISFACEMOS LOS INTENTOS DE CONEXIÓN EMOCIONAL COMO DEBEMOS, CON RESPETO Y TOLERANCIA.


 


domingo, 21 de enero de 2024

LA EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA






EL SER HUMANO IGNORA, NO SABE CÓMO DEBE SUPERAR LOS OBSTÁCULOS DEL MEDIO PORQUE HAY AUSENCIA DE PATRONES DE EVALUACIÓN INTELIGENTES Y EMOCIONALES DE CARÁCTER EVOLUTIVO.    


LA EVOLUCIÓN DEL ESPÍRITU HUMANO SIGUE LA DINÁMICA DE CAMBIOS Y TRANSFORMACIONES QUE CARACTERIZA A LA EVOLUCIÓN UNIVERSAL.  


El ser vivo avanza desde la ignorancia hacia la sabiduría y el amor. Y en ese largo camino evolutivo, las sensaciones, la observación, la comparación, el juicio crítico, las emociones, los sentimientos, los ensayos acertados o desacertados y el desarrollo de las tendencias conductuales, permitirán la maduración fructífera de las pautas y criterios con que ha de enfrentar nuevos conocimientos y sentimientos.

Durante este proceso de asimilación de experiencias, el individuo incurre en tendencias equivocadas que se apoyan fundamentalmente en el orgullo y el egoísmo como facetas erróneas aún muy presentes en su naturaleza espiritual. Como consecuencia se generan conductas que acarrean dolor, desengaños, frustraciones, pero también maduración existencial.

Los primeros pasos del ser vivo transcurren entonces en la ignorancia, la ausencia de conocimientos y experiencias que le permitan el aprendizaje por el error o por el acierto.      


ES DECIR: “EL SER NO SABE SER Y HACER”.     

El ser humano ignora, no sabe cómo debe superar los obstáculos del medio porque hay ausencia de patrones de evaluación inteligentes y emocionales de carácter evolutivo.    AÚN NO HA DESARROLLADO O CONFORMADO SU SISTEMA DE EVALUACIÓN

Conductual o Responsabilidad Conciencial que se deriva y se forma a partir de las experiencias de vida, es decir, de la comparación entre las conductas ensayadas, realizadas o programadas y sus consecuencias o efectos.      


POR LO TANTO, NO HAY AÚN CONCIENCIA DEL ERROR, NI RESPONSABILIDAD CONSCIENTE.

Son las experiencias de la vida en la materia las que desarrollan y conforman la conciencia del espíritu y su personalidad. Se evidencia una vez más la necesidad del espíritu de encarnar, de nacer, para poder tener experiencias, aprendizajes y así evolucionar.


LA RESPONSABILIDAD DE LA CONCIENCIA ES UNA ADQUISICIÓN QUE LOGRA AQUILATAR EL ESPÍRITU A LO LARGO DE MÚLTIPLES Y DIFERENTES EXISTENCIAS.

 

Es una conquista evolutiva que se desarrolla a lo largo de la evolución biológica y gracias a ella, y que posibilita la conformación del sistema de evaluación conductual, que permite evidenciar y desarrollar los valores éticos. 




ESTA RESPONSABILIDAD ÉTICA, ES UN PRODUCTO DE LA MADURACIÓN DEL ESPÍRITU HUMANO, SOBRE LA BASE DE EXPERIENCIAS DE VIDA.    

Y MIENTRAS EL ESPÍRITU PERMANECE EN LA IGNORANCIA DE LA FINALIDAD TRASCENDENTE DE LA EXISTENCIA, VA MEDIANTE EL PROCESO DE LA REENCARNACIÓN REALIZANDO APRENDIZAJES, SIENDO PROTEGIDO Y CONDUCIDO POR LAS LEYES DIVINAS, AUNQUE LAS IGNORE O SE REBELE A ELLAS. ESTAS LEYES LO IRÁN LLEVANDO, GUIANDO A SU DESPERTAR ESPIRITUAL, HASTA QUE ÉL MISMO SE RECONOZCA ESPÍRITU INMORTAL.      


Comienza entonces a transitar el camino de la evolución consciente donde va comprendiendo la trascendencia de sus actos, pensamientos y sentimientos. Se hace cargo de los mismos, los reconoce como propios y busca deliberadamente el desarrollo de los sentimientos, el conocimiento y el saber que lo habiliten para su libertad. Libertad para amar, para ser generoso, solidario, altruista, respetuoso del semejante.      


LA CERTEZA DE LA INMORTALIDAD ES UNA CONQUISTA TRASCENDENTE PARA EL PROGRESO DEL ESPÍRITU. CONQUISTA A LA QUE SE ACCEDE POR PROPIO ESFUERZO.

 

Significa comprender fehacientemente que nada de lo que sucede en la vida es en vano, que se es responsable de los propios sentimientos, pensamientos y acciones, es decir, de la propia vida.

Implica reconocer que los logros y el progreso constituyen el fruto del trabajo personal. 


EN EL SER DEBERÍA ANIDAR LA ÍNTIMA SEGURIDAD DE QUE SU CONDUCTA NO DEPENDE DE PRECEPTOS EXTERNOS, MIEDOS, DOGMAS O CONVENCIONALISMOS, SINO DE CONVICCIONES INTERIORES, DE RAZONAMIENTOS Y SENTIMIENTOS INMANENTES.  


POR ESO LOS SERES HUMANOS DEBERÍAMOS PROCURAR QUE NUESTROS ACTOS, PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS SEAN HONESTOS Y COHERENTES CON LOS GRANDES OBJETIVOS DE BIEN QUE COMPRENDEMOS Y DE ESTA MANERA ROBUSTECER NUESTRA CONCIENCIA, SIENDO CAPACES DE HACER LAS COSAS BIEN, AUNQUE NADIE NOS ESTÉ MIRANDO.   



martes, 9 de enero de 2024

¿QUÉ PODEMOS HACER, CUANDO NO ENCONTRAMOS SENTIDO A NUESTRA VIDA?

 


 


PODRÍAMOS DEFINIR EL SENTIDO DE LA VIDA COMO EL SIGNIFICADO QUE DA CADA UNO A SUS VIVENCIAS, PROPÓSITOS Y PROYECTOS QUE TIENE EN SU MENTE.

EVIDENTEMENTE VARÍA EN FUNCIÓN DE CADA SER HUMANO, PUES CADA INDIVIDUO NECESITA ENCONTRAR SU PROPIO SENTIDO A LA VIDA, Y LA FORMA CORRECTA DE HACERLO ES REALIZANDO UN VIAJE A SU INTERIOR.

 

Mi vida no tiene sentido. Voy a la deriva y sin rumbo. No sé qué quiero, nada me motiva lo suficiente y no encuentro mi camino en la vida “. Lo normal es sentirnos identificados con estas palabras, ya que todos nos hemos sentido así en algún momento, en determinadas etapas vitales.

GENERALMENTE, LAS CRISIS EXISTENCIALES NACEN ANTE CIERTAS SITUACIONES DOLOROSAS, como una ruptura amorosa, la muerte de un ser querido, un desengaño, una pérdida de trabajo…

En definitiva, todas aquellas situaciones que nos generan dolor y desesperanza podrían precipitar una crisis existencial. Si bien es cierto que para algunas personas son crisis temporales, para otras no encontrarle sentido a la vida puede resultarles dramático.

La magnitud de una crisis existencial, hace que nos sintamos muy perdidos. Dudamos de quiénes somos, mirando al futuro con la inseguridad que propicia la sensación de indefinición.

Lo cierto es que la vida tiene sentido en cualquier circunstancia, porque en situaciones de sufrimiento y de adversidad si una persona es capaz de dar sentido a la adversidad, puede convertir su tragedia en un logro, en una forma de superación.

EL SENTIDO DE LA VIDA PARA CADA PERSONA ESTÁ AHÍ, ESPERANDO A SER ENCONTRADO.

Cada uno de nosotros escribimos nuestra propia historia, decidimos cómo sentirnos frente a determinadas situaciones y configuramos día a día 
a existencia.




En esos momentos en los que mi vida no tiene sentido posiblemente experimente ciertas emociones asociadas a ese estado. Es importante prestarles atención a las señales de alarma, pues son síntomas de que algo no va bien. Es probable que experimentemos:

1.- SENTIMIENTO DE TRISTEZA. Nos sentimos apáticos, la tristeza nos invade sin saber descifrar exactamente el motivo. Es más, algunas personas piensan que no tienen motivos para sentirse así, ya que tienen un buen trabajo, familia, amigos… y todavía así sienten una tristeza que no saben explicar.

2.- NO SÉ QUIÉN SOY. Se produce un desconocimiento hacia uno mismo. De tal forma que “mi vida no tiene sentido y me siento perdido, sin saber quién soy ni qué quiero”.

3.- PERDIDA DE INTERÉS por aquellas actividades que antes te agradaban. No disfrutas de las cosas, nada te resulta gratificante. Por ello, nace un sentimiento de aburrimiento frente a toda acción.

4.- AISLAMIENTO SOCIAL. La tristeza, la falta de interés y frustración frente a la insatisfacción de tu vida, conducen a un mayor aislamiento social, ya que no te apetece relacionarte con los demás.

CUANDO NOS ENCONTREMOS EN UNA CRISIS EXISTENCIAL, LO MÁS CONVENIENTE ES BUSCAR EN NUESTRO INTERIOR LAS RESPUESTAS DE PORQUE ESTAMOS EN DICHA SITUACIÓN.

Debemos dedicar tiempo a mirar dentro de nosotros y en esa búsqueda es muy posible que necesites plantearte ciertas cuestiones acerca de ti mismo:

¿NECESITO HACER CAMBIOS EN MI VIDA?,

¿QUÉ SIENTO?,

¿QUÉ PIENSO?,

¿QUÉ QUIERO?,

¿DOY PREFERENCIA A LO QUE NECESITO?, 

y la más importante ¿SOY REALMENTE QUIEN QUIERO SER?

Buscar respuestas a estas cuestiones nos pueden guiar en nuestro camino a un mejor conocimiento de nosotros mismos. Y es probable que para encontrar dicho sentido sea necesario conectar con nosotros mismos y darnos el valor y el tiempo que necesitamos.

PENSEMOS, ¿REALMENTE PUEDE TENER SENTIDO Y SIGNIFICADO NUESTRA VIDA SI NO SABEMOS QUIÉNES SOMOS?

DEBEMOS TENER MUY PRESENTE QUE EL VACÍO EXISTENCIAL (PÉRDIDA DEL SENTIDO DE LA VIDA) IMPLICA LA PÉRDIDA DE CONTACTO CON UNO MISMO, COMO SI POCO A POCO TE FUERAS DESCONECTANDO DE TI MISMO Y COMENZARAS A SER UN ESPECTADOR MÁS DE TU VIDA.

POR ESO CUANDO ESTO TE SUCEDA, NO LO DUDES NI UN MOMENTO …..…… MIRA DENTRO DE TI, CAMINA HACIA TU INTERIOR Y CONECTA CON TU PROPIO SER.